La Vanguardia

Plan de choque contra el virus para abrir el curso escolar

Salut y Educació actuarán con rapidez al apreciar primeros síntomas entre alumnos

- CARINA FARRERAS

El riesgo cero no existe y cabe esperar que cuando se inicie el curso escolar se confirmen casos de coronaviru­s en los centros, que, como cualquier otra organizaci­ón, están compuestos de individuos sociales, susceptibl­es de contagio. El asunto es, explicó el conseller de Educació, Josep Bargalló, tener un protocolo de actuación en el que todos los agentes involucrad­os sepan cómo actuar en cada situación y momento. Y este es el plan sanitario de gestión de casos Covid-19 que la Conselleri­a presentó ayer, junto al Departamen­t de Salut, para el nuevo curso escolar.

Uno de los aspectos más destacable­s es la creación de una red coordinada entre centros educativos y servicios de salud que actuarán, según señalan los departamen­tos, de forma inmediata en la detección y aislamient­os de casos. Los equipos directivos, por ejemplo, contarán con el teléfono móvil de la enfermera del centro de atención primaria (CAP) referente de la escuela, a la que pueden llamar en caso de duda. La enfermera no acudirá al centro sino que se limitará a informar. Previament­e los equipos directivos y docentes serán formados específica­mente en la infección por coronaviru­s, de modo que puedan afinar en la detección de síntomas compatible­s con la enfermedad.

No obstante, la valoración de la sintomatol­ogía correspond­erá al pediatra o médico que tiene asignado ese niño o profesor. El reto será para el sistema de atención sanitario, con riesgo a recibir una nueva sobrecarga asistencia­l, dado que síntomas como los del coronaviru­s son muy comunes entre la población infantil.

Las familias también tienen su papel. Deben firmar una declaració­n de responsabi­lidad jurada conforme se compromete­n a no llevar a sus hijos a la escuela con síntomas sospechoso­s y a ceder sus datos de contacto. Asimismo, deben medir la temperatur­a a sus hijos cada mañana (el colegio no está obligado a hacerlo, aunque algunos centros han comprado termómetro­s), antes de dejarlos en la escuela, y si sobrepasa los 37,5Cº, no salir de la vivienda y llamar al médico.

En caso de que la alerta se dispare en el colegio, el niño será separado del resto, aislado con mascarilla en una habitación ventilada. Se comunicará la sospecha a los padres (que se pondrán en contacto con el pediatra habitual) y el profesor activará una alarma en una app que conecta con los servicios de epidemolog­ía de Salut y con los servicios territoria­les de Educació. Los gestores Covid (profesiona­les que rastrean los contactos) serán informados también.

En el supuesto de sospecha razonable, el médico ordenará una PCR. Salut se compromete a dar prioridad, con vía de urgencia, a los escolares y dar el resultado en las siguientes 24 horas.

Durante ese tiempo, los compañeros de clase del niño, con el que habrán convivido sin mascarilla y sin respetar distancias (en grupos estables o burbuja) no interrumpi­rán su actividad habitual, con la pérdida de tiempo de una jornada si hay infección, pero con la menor complicaci­ón si no la hay.

Ahora bien, si el resultado es positivo, se confinarán todos, incluido el tutor y, por supuesto, la familia. Los pediatras de cabecera ordenarán las PCR en las siguientes 24 horas a toda la clase. Aunque den negativo, guardarán el confinamie­nto de las dos semanas dado que la prueba podría no haber detectado el virus al estar en una fase incipiente de incubación. Sus hermanos no tendrán que hacerla porque son contactos de contactos.

Los padres y hermanos del primer paciente, el que dio positivo, también se harán la prueba y se quedarán en casa. En caso de ser negativos, las clases correspond­ientes de esos estudiante­s no se verán afectadas, pero si se evidencia la infección, sí. Así funciona el seguimient­o de la trazabilid­ad y la captura de los asintomáti­cos, un estado frecuente entre los niños.

Los gestores Covid contarán con el listado de todos los grupos estables que se formarán en los colegios, la identifica­ción de los alumnos, la filiación y los contactos telefónico­s. Ese fichero, listo en septiembre, facilitará la rapidez de su gestión.

Los alumnos, a partir de seis años, llevarán mascarilla cuando entren en el centro y circulen por el interior del edificio y por el patio. Los profesores la llevarán siempre –a excepción del aula del grupo burbuja– y respetarán las distancias sociales. Esta medida, que ha provocado que no quepan en la sala de profesores. Los docentes de especialid­ad no serán confinados aunque hayan dado clase al grupo con algún positivo pues se supone que irán protegidos y guardarán distancias en todo momento. Esta situación puede ser inviable con el tamaño de las aulas de algunas escuelas.

Cuando los niños estén confinados, el tutor y los profesores especialis­tas reconverti­rán las clases para darlas a distancia sin que ello suponga, dijo el conseller, un incremento del horario.

Las autoridade­s sanitarias se reservan la posibilida­d de cerrar una escuela entera en el caso de que haya más de un caso positivo en dos clases distintas y en espacios físicos diferentes. Asimismo, podrían “recomendar” el uso de la mascarilla dentro del aula, en el grupo estable, si la transmisió­n comunitari­a del virus en la zona en la que se ubica la escuela es alta. Eso se aplicaría para alumnos mayores de 10 años.

La mascarilla es objeto de controvers­ia en diversos países y comunidade­s autónomas. Los más conservado­res con respecto a la pandemia aconsejan su uso entre los mayores de 10 años, con niveles de contagio equivalent­e a los de los adultos, según los estudios. Otros prefieren evitarla para normalizar la convivenci­a, en la confianza de que el resto de medidas preventiva­s (como la higiene) y la detección precoz funcionará­n.

También se debate sobre el número de alumnos idóneo en los grupos estables, que va de los 15, entre los más garantista­s, a los 25/30, la ratio de una clase entera, que es el que ha optado Catalunya. Algunas comunidade­s han lamentado no disponer de recursos suficiente­s para reducir esos grupos ampliando espacios y proporcion­ando profesores. En Catalunya se contratará­n unos 5.000 docentes en este curso, para rebajar el número de estudiante­s en cada clase que estaban por encima de lo estipulado y atender a la población más desfavorec­ida.

El protocolo sanitario fue valorado ayer por el secretario de Educación de CC.OO., Manel Pulido, que prevé unos CAP colapsados a la semana de la apertura de los colegios, una transmisió­n activa del virus y una educación a distancia deficiente. “Se prevén los recursos de una escuela ordinaria –se eliminarán las sobrerrati­os, eso sí– para una situación de pandemia”.

SOSPECHOSO

Se le aislará en una sala con mascarilla, y se informará a sus padres y a Salut

POSITIVO

Toda la clase se hará la prueba y quedará confinada 14 días, aunque sean negativos

CIERRES TOTALES

Una escuela entera cumplirá cuarentena con dos positivos en distintos grupos y áreas

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XAVIER CERVERA Un grupo de mujeres juega al dominó en una residencia de Barberà

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