El milagro de la Schubertíada
La pandemia ha tenido en vilo a organizadores y músicos, pero hoy arranca la cita en Vilabertran
Hace una semanas, incluso unos pocos días, la viabilidad de esta edición de la Schubertíada de Vilabertran podría haber sido puesta en cuestión, pero las recientes medidas que restringen la actividad cultural para contener la pandemia del coronavirus no afectan a esta cita estival con el lied y la música de cámara. La canónica de Santa Maria no deja de ser un lugar cerrado, una nave única pero con cielos altos. Y aplicando las reducción de aforo a un máximo de 120 personas, el festival cumple la normativa al pie de la letra. Es más, el público puede tener la sensación de salón musical, más cercano a las schubertíadas originales de Viena con el propio Schubert... Algo que se podrá comprobar hoy en el concierto inaugural del Cuarteto Quiroga (21 h) que interpretará junto a la cellista Erica Wise el Quinteto para cuerdas del compositor austriaco.
Tanto es así que ante el hecho de quedar la mitad del público en la calle, ha habido artistas internacionales que han demostrado su implicación con la Schubertíada y motu proprio han decidido hacer doblete. Es el caso del Quartet Casals, que cierra esta edición el 30, y del barítono Matthias Goerne, otra de sus estrellas indiscutibles. Acompañado al piano como de costumbre por Alexander Schmalcz, Goerne dará un concierto de una hora, descansará otra y volverá a repetir el programa de Beethoven y Brahms.
“Repetir un Winterreise o una Bella molinera sería imposible por el elevado grado de concentración que exigen, pero hay programas que sí lo permiten, aunque este con A la amada lejana de Beethoven será difícil. Es una obra magnífica con interludios pianísticos entre canción y canción”, apunta Jordi Roch, el alma mater de esta Schubertíada que desde hace unos años dirige Víctor Medem.
A pesar de las limitaciones y las modificaciones –el pianista Malcolm Martineau canceló ayer al no poder viajar desde el Reino Unido a causa de la cuarentena–, el cartel en Vilabertran es de altos vuelos. Tras el concierto inaugural habrá tres recitales seguidos con voces referenciales del lied en los que “se ampliará de algún modo el aforo, siempre cumpliendo las medidas sanitarias requeridas”, apunta Medem. Florian Boesch, el barítono austríaco que ha sido artista residente del Wigmore Hall de Londres y de la Kontzerhaus de Viena, interpretará –él sí– el ciclo de canciones de Schubert La bella molinera junto a Christian Koch, que sustituye a Martineau al piano; Juliane Banse, la soprano liederista para la que Roch decidió crear una schubertíada, hará un Winterreise en versión femenina con el pianista Wolfram Rieger, y el barítono Andrè Schuen, que acaba de firmar en exclusiva con Deutsche Grammophon, cantará lieder de Mahler y Schubert.
La programación incorpora además a la británica Imogen Cooper (día 26), considerada una de las mejores pianistas schubertianas del mundo. Actuará el Kallias Ensemble (29) con las canciones folklóricas que arregló Beethoven para trío. Y actuará el dúo de piano Anton & Maite (día 23) con la Sonata a cuatro manos de Mozart. El resto estará dedicada al cuarteto, con los Casals, Cosmos y Gerhard, estos últimos en el concierto que el festival programa en Castelló d’empúries.
“Celebro que podamos poner el foco sobre los cuartetos de cuerda que son la excelencia de la cultura musical, y la Schubertíada siempre ha incidido en esta formación. Yo soy un entusiasta, he seguido a los Casals desde que surgieron, y estoy convencido de que la Bienal de Barcelona que impulsan será un éxito”, concluye Roch.
Matthias Goerne o el Quartet Casals han decidido hacer doblete de su concierto para no dejar público en la calle