Una comedia bien vestida
La boda de Rosa
Dirección: Icíar Bollaín Intérpretes: Candela Peña, Sergi López, Nathalie Poza, Ramón Barea
Producción: España, 2020. Duración: 97 minutos. Comedia
Como la Mary Kay Place de la película Diane, Candela Peña, la Rosa del título, es una mujer que parece vivir para los demás, entregando su generosidad a cambio de nada: un padre viudo que necesita atención, un hermano y una hermana a quienes siempre ayuda, una hija que vive lejos pero ahora regresa… Y, encima, su no menos asfixiante trabajo como diseñadora de vestidos. Hasta que un día decide que hasta aquí hemos llegado, pone el reloj en hora y empieza una nueva vida, con la intención de reabrir el taller de confección que regentara su madre y casarse… consigo misma.
Pero la magnífica película de Kent Jones era un drama severo y realista, mientras que La boda de Rosa, abordando un tema similar, apuesta por la comedia fresca y distendida. Una comedia clásica de enredos y confusiones: al anunciar su boda, todos los miembros de la familia entienden que tiene un novio y, cada uno por su cuenta, empiezan a programar el gran banquete (que ella quería íntimo), creando un caudal de situaciones muy divertidas. Ese es el gran logro de la película, escrita con inventiva por Icíar Bollaín y Alicia Luna, su colaboradora en Te doy mis ojos: las situaciones se encadenan con gracia y agilidad, cada dos por tres hay un giro, una escena reveladora, un cruce de diálogos inspirado. Y entre el humor, la caricatura y un cierto aire costumbrista, el filme toma el pulso de nuestro tiempo como quien no quiere la cosa, a través de teléfonos móviles que suenan constantemente y de personajes que hablan mucho pero no saben escuchar.
Sergi López, fenomenal como el resto del reparto que encabeza una prodigiosa Candela Peña, alude en una frase cargada de ironía al movimiento #Metoo. La boda de Rosa, naturalmente, es afín a la corriente reivindicativa, y en momentos puntuales (básicamente el tramo final y la secuencia de la playa) destila un perfume de película “con mensaje” demasiado explícito: ya lo habíamos pillado, señoras. Pero esto para nada empaña la estimable categoría de una comedia muy bien construida, impecablemente interpretada, narrada con ritmo, con brío, con alegría, con simpatía… De estas no se ven cada día.