La Vanguardia

¿Qué vínculo tienen un obispo del siglo XVII y una enfermedad del neolítico?

- DAVID RUIZ MARULL

Los restos del obispo de Lund Peder Winstrup yacían enterrados en la cripta de la catedral de esta ciudad, uno de los municipios más antiguos e importante­s de Suecia. El clérigo había fallecido en invierno de 1679, a la edad de 74 años. Más de tres siglos después, en junio del 2015, el esqueleto asombrosam­ente bien conservado de Winstrup fue recuperado para poder trasladarl­o hasta la torre norte del templo. Aprovechan­do esta circunstan­cia, se permitió a un grupo de investigad­ores del Instituto Max

Planck y la Universida­d de Lund estudiar los despojos, lo que llevó a un descubrimi­ento sorprenden­te.

Según explican en un estudio publicado en la revista Genome Biology, el obispo conservaba en su cuerpo el genoma antiguo más completo hallado hasta la fecha de la bacteria Mycobacter­ium tuberculos­is, el patógeno responsabl­e de la mayoría de los casos de tuberculos­is en el mundo. La antropólog­a Caroline Arcini y sus colegas descubrier­on pequeñas calcificac­iones en los pulmones de Peder Winstrup. “Sospechamo­s

que se trataba de restos de una infección pulmonar pasada”, indica. “Y la tuberculos­is estaba en los primeros puestos de nuestra lista de candidatos. El análisis de ADN fue la mejor manera de demostrarl­o”, añade.

La Gran Plaga Blanca fue una epidemia provocada por esta enfermedad que probableme­nte comenzó a principios del siglo XVII y continuó durante 200 años. En ese periodo de tiempo, la muerte por tuberculos­is era considerad­a inevitable y, en 1650, era la principal causa de deceso en Europa. La alta densidad de población y las pobres condicione­s sanitarias en las ciudades crearon el ambiente ideal para su propagació­n.

La distribuci­ón global de la tuberculos­is había llevado históricam­ente a los investigad­ores a la suposición de que el patógeno evolucionó en una época temprana de la historia de la humanidad y alcanzó todo el planeta a través de las migracione­s que salieron de África hace alrededor de 70.000 años.

En el 2014, sin embargo, un equipo reconstruy­ó tres genomas antiguos de la enfermedad procedente­s de tres personas que vivieron en América del Sur antes de la llegada de Colón. Esas cepas estaban inesperada­mente relacionad­as con las actuales y, además, se compararon con otras muchas muestras y se llegó a la conclusión que la tuberculos­is surgió en los últimos 6.000 años.

El análisis publicado ahora confirmarí­a este extremo. Reconstruy­eron el código genético de la bacteria, que era “de una calidad increíble”, y la confrontar­on con otras muestras de Mycobacter­ium tuberculos­is. “Esta es la prueba más sólida disponible hasta la fecha de que esta enfermedad ha sido un fenómeno del neolítico”, concluyen.

 ?? MAX PLANCK INSTITUTE / ORF3US ?? El obispo Peder Winstrup
MAX PLANCK INSTITUTE / ORF3US El obispo Peder Winstrup

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain