Un salto de calidad en Europa
El Barça se juega en San Mamés y contra el Atlético de Madrid el pase a semifinales
Cuando en la final de Budapest del año pasado las jugadoras del Barcelona fueron a recoger las medallas de subcampeonas de Europa después de ser vapuleadas por el todopoderoso Olympique de Lyon (4-1), las lágrimas se esparcían por los rostros de todas ellas. Tristeza. Frustración. Rabia. Impotencia. Cada una sentía el dolor a su manera.
Durante la previa de ese partido histórico, plantilla y cuerpo técnico se intentaban convencer de que esa final era lo más parecido a un premio. Llegaba antes incluso de lo que se habían imaginado y, por tanto, solo quedaba disfrutar sin presión de la experiencia. Nada más lejos de la realidad. Darse de bruces despertó el orgullo herido y el animal competitivo de ese Barça. Desde ese mismo día el equipo se conjuró para trabajar más duro con la misión de no volver a sentirse jamás un juguete inofensivo a manos del rival.
Para recortar distancias con los grandes hacía falta intensificar los entrenamientos con dobles sesiones y elevar la carga de trabajo hasta unos límites desconocidos en la sección. Las de Lluís Cortés recogieron los frutos en la Liga gracias a ese esfuerzo y a los fichajes estelares de Jenni Hermoso y Caroline Graham Hansen. La incógnita sobre si ese salto de calidad sería suficiente en Europa quedó en el aire por la pandemia. Sin embargo, podrá empezar a obtener respuestas a partir de hoy en esta fase final con formato accidental.
Tanto el Barça como el resto de equipos empiezan la nueva temha porada de la manera más extraña y con una recompensa glotona como es una Champions. Hasta el 30 de agosto Bilbao y San Sebastián tomarán el relevo de Lisboa para ser el epicentro de este nuevo fútbol con el modo silencio activado en las gradas. Se echará de menos al público vasco en San Mamés y Anoeta, estadios de dos aficiones siempre comprometidas con el fútbol femenino como son las del Athletic y la Real Sociedad. Lo que no faltará es esa aura mística de la Catedral. De allí saldrá bendecido el Barça o el Atlético de Madrid como semifinalista de la competición continental.
A priori el Barça lo tiene todo de cara para avanzar ronda si uno empieza a enumerar los contratiempos de las de Dani González. Los dos equipos son ahora mismo la noche y el día. Mientras el Barça apostado por dar continuidad al proyecto –renovaciones de futbolistas con presente y futuro y sin desprenderse de ninguna figura– y llega de la pretemporada pletórico físicamente y de moral, en el Atlético son todo interrogantes. Han tenido que pasar diez días sin entrenar al detectarse cinco positivos de coronavirus, eso es, cinco bajas que se suman a la ausencia por sanción de Ludmila y a la de Virginia Torrecilla por larga enfermedad.
La marcha de varias jugadoras ha obligado al cuadro rojiblanco a realizar ocho fichajes en cuestión de pocos días, de los cuales solo seis han podido ser inscritas. Cortés desconfía de tanto caos. “Con tantos condicionantes e incógnitas nos ha sido difícil preparar el partido. Nos adaptaremos a los cambios que proponga el rival siendo nosotras mismas. Nos centraremos en desarrollar nuestro modelo de juego y en hacer nuestro partido”, aseguró el técnico catalán, convencido de su propuesta.
La hoja de ruta bien trazada en la sección después de muchos años de trabajo contrasta con la crisis galopante que atraviesa el club. Es un oasis en medio del desierto. Ahora es el momento de dar un paso al frente en Europa para levantar los ánimos de la hinchada y empezar a incomodar al Lyon y el Wolfsburgo. Las francesas, pese a tener la baja de Ada Hegerberg, volverán a ser las rivales por batir. Solo una hipotética final volvería a cruzar su camino con el de las blaugrana.
“Tras esa final no nos quedamos de brazos cruzados, sino que sacamos la parte positiva de esa frustración. Estoy orgullosa de nuestra respuesta como grupo. Gracias a todo lo que vivimos estamos mejor que el año pasado”, quiso subrayar Alèxia Putellas.
El proyecto blaugrana contrasta con la improvisación rojiblanca, con numerosas bajas
Los cuartos de final