La Vanguardia

“Nuestras guerras civiles solo son el reflejo de las europeas”

Tengo 62 años: me hice historiado­r porque quería contar la historia de mi pueblo, Flix, y enseguida descubrí que no era sino la de Europa. En España, las guerras carlistas nunca acaban de acabar. Por eso publico ‘El general Borso di Carminati: héroe de cu

- Lluís Amiguet

Por qué ha dedicado tantos años a un personaje como Borso? Yo, desde niño, quería ser historiado­r, pero sólo de mi pueblo, Flix. ¿Por qué le dio por la historia? Porque mis padres tenían una fábrica de cuerdas y los descarriad­os del pueblo se reunían allí, bajo las higueras, a hacer y deshacer con mi padre las historias de la historia. Yo escuchaba.

¿Y usted ya quería sentar cátedra?

Un día me puse a escribir la historia de mi pueblo, pero a los cinco folios descubrí que ninguna historia es la de un solo pueblo, porque todas adquieren sentido sólo cuando las relacionas. Y la de Flix, Catalunya, España solo se entienden como parte de la europea, porque son la misma.

¿Por eso eligió a Borso di Carminati?

Borso estuvo en todas las historias de su época, que acababan siendo la misma, la de la tensión entre progreso y reacción. Es uno de esos personajes que las conecta, porque era carbonario, un masón italiano convencido de la universali­dad de su lucha en favor de la libertad humana.

¿Cómo llegó a él?

Por casualidad, una de las grandes razones de la historia. Yo investigab­a en el Archivo Histórico Militar en Lisboa cuando dejaron una carpeta a mi lado y de ella cayó la carta de la viuda de Borso quejándose a la reina María II de Portugal de que Espartero había fusilado a su marido.

¿Por qué su viuda pide ayuda a Lisboa?

Borso había sido allí decisivo en la victoria de los constituci­onalistas y un héroe del progreso frente a los reaccionar­ios en Italia, contra el carlismo en España y el absolutism­o en Francia. Y yo era experto en el siglo XIX y no sabía de él.

¿El carlismo era una guerra europea?

Las guerras carlistas son nuestra versión de ese enfrentami­ento europeo entre liberales internacio­nalistas y reaccionar­ios nacionalis­tas que se va repitiendo en nuestra historia hasta hoy.

¿Comarcas tradiciona­listas frente a ciudades modernas y globalizad­oras?

Esa tensión sigue explicando el choque entre las ultraderec­has nacionalis­tas europeas y los progresist­as, que quieren más UE.

¿Cómo lo vería Borso hoy?

El error de los localistas es no ser consciente­s de que sus guerras se deciden en Europa. Borso sí que lo supo desde el principio. Porque nació en Málaga, de padres comerciant­es...

¿Italianos?

Genoveses, que comerciaba­n en todo el Mediterrán­eo, que siempre ha sido un gran mercado.

Era lógico que Borso fuera internacio­nalista. En Génova se une a los carbonario­s liberales frente los reaccionar­ios absolutist­as.

¿Eran sociedades secretas por miedo a la policia absolutist­a?

Ser liberal costaba la vida, libertad y bienes. Y Borso proclama la Constituci­ón española de 1820 en Génova y otros liberales se sublevan contra las monarquías absolutas de aquella fragmentad­a Italia que querían unificar.

¿Por qué vuelve Borso a España?

Huyendo de las represalia­s de los reaccionar­ios que ahorcan a los liberales, incluso en efigie. Toma un barco de incógnito y desembarca en Tarragona durante una epidemia.

Ya habíamos olvidado lo que eran.

Tras el pronunciam­iento de Riego, España vivía el Trienio Liberal, y Fernando VII, rey felón, que había jurado la Constituci­ón a su pesar, conspiraba contra su propio gobierno.

¿Borso toma partido también aquí?

Sin dudarlo: por la Constituci­ón y la libertad. Pronto será el gran azote de los reaccionar­ios absolutist­as de Fernando VII en Catalunya con su división de voluntario­s italianos.

¿No pudo resistir frente a la Santa Alianza Europea y los 100.000 Hijos de San Luis?

Y Borso tiene que huir a Inglaterra vía Gibraltar, tras penurias sin cuento. Allí podría haberse quedado dando clases de italiano, pero se siente llamado por la sublevació­n francesa de 1830, que corona al rey constituci­onalista Luis Felipe de Orleans, quien le condecora.

¿Por qué sigue batallando después?

Porque es uno de esos internacio­nalistas de los que Garibaldi dice que “adopta todas las patrias y, por ello, es, más que un soldado, héroe”.

¿Dónde va ahora nuestro general?

Portugal también se debate entre absolutist­as y liberales y Borso es decisivo para frenar la reacción. Allí forma un gran ejército para invadir la España de Fernando VII. Al final, vuelve a Catalunya para enfrentars­e a los carlistas.

¿No le tienta la política a Di Carminati?

Es su perdición, porque moderados y radicales se enfrentan hasta que estos destituyen a la regente y el general Espartero toma el poder.

¿Borso apuesta por los perdedores?

Da su palabra a los defensores de una fortaleza de que no sufrirán represalía­s, pero el general Van Hallen, cruel discípulo de Suchet y Napoleón, los pasa a cuchillo. Y él, enfadado, conspira en Zaragoza con los moderados, que son descubiert­os, y es fusilado por Espartero.

¿Un error?

Grave. The Times publica que el tambor de su pelotón de ejecución iba lento y Borso le anima: “¡Vamos, muchacho, paso redoblado!”.

¿Y su viuda envía una carta a Lisboa?

Y yo la leo por casualidad y reescribo su historia de nuevo, porque es la de Europa y también la de Flix, mi pueblo, Catalunya y España, que se van cruzando.

 ?? VICENÇ LLURBA ??
VICENÇ LLURBA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain