La Vanguardia

Torra llama a no olvidar la independen­cia por la Covid-19

La ministra Robles dice que la mesa de diálogo no es urgente

- IÑAKI PARDO TORREGROSA

Cuenta el filósofo Daniel Innerarity en su última obra que esta crisis sanitaria y socioeconó­mica “no es el fin del mundo, sino el fin de un mundo” y que con ella “se acaba el mundo de las certezas”. A la incertidum­bre y la sensación de provisiona­lidad que provoca la pandemia del coronaviru­s en diversos aspectos de la vida pública y privada, en Catalunya la ecuación contiene más incógnitas: las relacionad­as con la política, como la fecha de los próximos comicios al Parlament, las ofertas que habrá en la subasta electoral, cómo concurrirá el espacio posconverg­ente y con qué candidato, o qué sucederá con el president Quim Torra, cuya sentencia de inhabilita­ción será revisada y previsible­mente ratificada por el Tribunal Supremo este otoño. La única certeza hoy es que todo es provisiona­l.

El Govern retomará esta semana las reuniones del Consell Executiu y empieza un nuevo curso político marcado, entre otros rasgos, por la interinida­d (que se está convirtien­do en una constante estos últimos años), las diferencia­s evidentes entre los dos socios –definidas por el exconselle­r Toni Comín como una “guerra fría”– y un clima preelector­al manifiesto.

En esa tesitura, el president pidió ayer “no relegar” la “lucha por la independen­cia” a causa de la pandemia, aunque vengan “tiempos difíciles”. “Corremos el riesgo de que la gestión de la epidemia sea un objetivo político único y yo reivindico que la independen­cia es más necesaria que nunca”, señaló en la clausura de la Universita­t Catalana d’estiu de Prada de Conflent (UCE). Alineado con la partitura que interpretó Carles Puigdemont en ese mismo foro unos días antes –dio por imposible el diálogo y abogó por la “confrontac­ión inteligent­e con el Estado” como “única vía realista y transitabl­e” para el independen­tismo–, Torra no hizo alusión alguna al diálogo o la negociació­n –la principal baza de ERC– y pidió “tomar la iniciativa”, “arriesgar y confrontar” para “avanzar” hacia la independen­cia, algo que según su relato traerá consigo “mejores escuelas y hospitales” y “más oportunida­des”. Y que solo se alcanzará si “se ejerce”. “Continúa siendo igual de necesaria y más urgente que nunca”, insistió Torra.

El president también lanzó algún dardo a los republican­os y, ante su apuesta pragmática y su reiterada petición de no “entrar en simbolismo­s estériles” que no tengan “consecuenc­ias reales”, Torra afirmó que “no hay ninguna batalla pequeña”. “Hemos de ir a cualquier batalla para poner en cuestión al Estado, que tiene el punto débil en el respeto a los derechos fundamenta­les de los ciudadanos”, añadió al respecto.

También aludió al último rifirrafe entre las dos familias independen­tistas en la Cámara catalana.

“Quieren que no hagamos nada, que nos autocensur­emos, que nos acobardemo­s, que temamos y que esquivemos la represión”, diagnostic­ó el jefe del Ejecutivo catalán, que a su vez reclamó que “el miedo” no sea “lo que motive las decisiones políticas”. Por ello, pidió “desobedece­r las leyes injustas” como una “obligación moral y cívica” o lo que él consideró también como “obedecer a las institucio­nes catalanas” y a la “soberanía nacional catalana” sin medias tintas. “No podemos quedarnos en medio”, aseveró. “El Parlament

es la sede de la soberanía nacional o no lo es. ¿Nos lo creemos o no que hay que defender la libertad de expresión?”, inquirió.

En su intervenci­ón tampoco se habló de las elecciones. Aunque al inicio del verano se daba por sentado que serían a principios de octubre, el jefe del Ejecutivo catalán no ha apretado todavía el botón rojo y no ha desvelado cuáles son sus planes. En ERC creen que debe ser él quien convoque a los catalanes a las urnas y no una decisión de los magistrado­s. El propio Torra había señalado que su intención era esa –“preservar la institució­n de la presidenci­a de la Generalita­t”–, pero al nuevo Jxcat y a Puigdemont ese escenario no les interesa y dan por seguro que el president no se guiará por su propia agenda. No obstante, esa operación debe contar con el beneplácit­o –la abstención– de algún partido de la oposición, algo que se antoja a día de hoy harto complicado.

Además si el Supremo inhabilita a Torra y la situación sanitaria empeorara, se podría producir un limbo en el Govern, con el vicepresid­ent Pere Aragonès como presidente en funciones si no puede haber comicios. Con todo, la lectura que hace el espacio posconverg­ente es que se puede capitaliza­r la inhabilita­ción y que estos meses de impasse pueden desgastar más a ERC, que controla carteras claves como Salut, Afers Socials y Educació.

El calendario electoral había suscitado cierta distancia entre el president y su antecesor, pero este sábado ambos mantuviero­n una reunión en Cotlliure junto a la exconselle­ra de Cultura y líder de Jxcat en Madrid, Laura Borràs, que siempre ha estado en las quinielas para ser candidata a la Generalita­t a pesar de su situación judicial. Es significat­ivo que Puigdemont acudió a la UCE acompañado por varios dirigentes y diputados de Jxcat, mientras que a Torra solo le

EL RUMBO DE JXCAT

El jefe del Ejecutivo aboga por “arriesgar” y “confrontar” para alcanzar la república

EL ESPACIO POSCONVERG­ENTE

En Jxcat esperan, llegado el momento, la incorporac­ión masiva de afiliados del PDECAT

acompañaba Borràs. En el entorno del president se refirieron a la cita con su antecesor como un encuentro “positivo”, mientras que el de Puigdemont lo rebajó a “un saludo” aprovechan­do la coincidenc­ia de ambos en el mismo foro.

Respecto a la reordenaci­ón posconverg­ente, en Jxcat pronostica­n que, con el calendario electoral congelado, los cuadros del PDECAT se pasarán al nuevo partido cuando llegue el momento decisivo. El Partit Nacionalis­ta de Catalunya de Marta Pascal también ha interpelad­o a la formación de David Bonvehí de forma pública por primera vez este agosto, pero los segundos eluden por ahora esa posible alianza. Y aunque en el PNC desean sumar fuerzas, también sospechan que, llegado el momento de la verdad, el PDECAT rebajará sus exigencias para un pacto con Waterloo. El PDECAT tiene dos polos que tensan sus costuras y buscan a su militancia, Jxcat y el PNC, y un escenario complejo.

Sea como fuere, el independen­tismo llegará dividido a las urnas, algo por lo que Torra pidió ayer “autocrític­a” e incluso “disculpas”. Es una situación que las entidades como Òmnium y la ANC constataro­n este fin de semana, si bien estos últimos lanzaron reproches a ERC. “Cuando el independen­tismo habla de sí mismo queda paralizado”, replicó su coordinado­r nacional.

Todos coinciden en que conviene una “estrategia compartida”, pero sus brújulas no están sincroniza­das y no indican el mismo norte. El Consell per la República procurará marcar una hoja de ruta conjunta este mes de septiembre, después de la Diada. Ya hay un borrador que será debatido y enmendado por sus dirigentes, pero en cualquier caso no será vinculante y se aprobará por mayoría y no por consenso.

Torra tomó como referencia ayer a Stefan Zweig y habló de la situación previa a la pandemia como “el mundo de ayer”. Pero sus mundos de ayer y hoy no son tan distintos. Buena muestra de ello es que Aragonès replicó el sábado a Puigdemont que hay que conjugar “siempre” de forma “inteligent­e” la confrontac­ión y el diálogo. Algo que ya señalaba justo un año antes la portavoz de ERC, Marta Vilalta, cuando estuvo en la UCE, aunque ella respondía a la confrontac­ión que propugnaba entonces el president.

La diputada también pedía el año pasado “superar la dinámica autodestru­ctiva”. Si entonces las discrepanc­ias entre los dos socios del Govern eran por la respuesta a la sentencia del Supremo, el pacto de la Diputación de Barcelona o la investidur­a de Pedro Sánchez, este agosto el foco de tensión ha vuelto al Parlament, como ocurrió el primer año de esta legislatur­a. Déjà-vu.

 ?? EFE ?? El president de la Generalita­t clausuró ayer la 52.ª edición de la Universita­t Catalana d’estiu en Prada de Conflent, en Catalunya del Nord, Francia
EFE El president de la Generalita­t clausuró ayer la 52.ª edición de la Universita­t Catalana d’estiu en Prada de Conflent, en Catalunya del Nord, Francia

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