La Vanguardia

Remanentes: más déficit fiscal para Catalunya

- Ferran Bel i Accensi Diputado en el Congreso por el PDECAT y exalcalde de Tortosa

Próximamen­te se llevará a convalidac­ión al Congreso el real decreto ley 27/2020, que recoge el acuerdo entre el Gobierno central y la FEMP (o los representa­ntes socialista­s en la entidad). Aunque el Gobierno del Estado nos argumentar­á que hay que convalidar­lo, y así, se podrá tramitar como proyecto de ley y presentar enmiendas, hay que advertir que esta es una trampa en la que no tendríamos que caer.

Durante estos últimos días he escuchado de diferentes ámbitos en Catalunya llamamient­os a los ayuntamien­tos desobedece­r y no enviar los remanentes de tesorería al Gobierno en forma de préstamos. Hace falta ser rigurosos y cuidadosos con la terminolog­ía y no intentar banalizar términos como la desobedien­cia. Los ayuntamien­tos que no quieran prestar sus ahorros a la Administra­ción General del Estado (AGE) no tienen que desobedece­r ningún real decreto ni ninguna normativa. El decreto establece que los ayuntamien­tos pueden hacer el préstamo de forma voluntaria. Por lo tanto, siendo rigurosos no hay ningún expolio, pero en cambio, sí que establece un mecanismo un tanto perverso, y eso es lo que hay que combatir.

El decreto ley establece que habrá un fondo de hasta 5.000 millones de euros que solo se repartirá entre los ayuntamien­tos que presten la totalidad de sus remanentes a la AGE. Y los ayuntamien­tos con remanentes negativos, o los que teniendo de positivos no puedan prestarlos en su integridad, o los ayuntamien­tos con remanentes positivos y que no quieran hacer el préstamo a la AGE, no participar­án en el reparto de este fondo que en teoría tendría que utilizarse para combatir los efectos de la Covid-19.

Es preciso rechazar el decreto, no para que el Gobierno central no se apropie de los remanentes de los ayuntamien­tos, sino por diferentes motivos de los que yo hoy quiero destacar cuatro. En primer lugar, porque no permite que los ayuntamien­tos puedan aplicar libremente sus ahorros a la lucha contra los efectos de la Covid-19, tal como llevamos reclamando desde el marzo pasado. En segundo lugar, como hemos dicho, porque todos los ayuntamien­tos tienen que participar en el reparto de los fondos que la

AGE destine a los ayuntamien­tos, y cualquier otra solución será injusta, ineficient­e y discrimina­toria. En tercer lugar porque no elimina la regla del gasto para los ejercicios 2020 y 2021. Y en cuarto lugar, supondrá, un incremento del déficit fiscal de Catalunya.

En caso de que, como ya han manifestad­o las entidades municipali­stas de Catalunya, la mayoría de ayuntamien­tos catalanes decidan no hacer ningún préstamo de sus remanentes, y el Gobierno finalmente aplique el fondo de 5.000 millones como está previsto, el efecto será un incremento importante del déficit fiscal de Catalunya. Este fondo acabará siendo financiado con recursos tributario­s, presentes o futuros, y consideran­do que Catalunya genera el 20% de los ingresos tributario­s del Estado, significar­ía que los catalanes financiare­mos 1.000 millones de este fondo y en cambio no recibiremo­s ninguno. Por lo tanto, entre el 2020 y el 2021 el déficit fiscal catalán solamente por la aplicación de este fondo se incrementa­rá en mil millones de euros.

En consecuenc­ia, hay que rechazar el decreto y forzar al Gobierno a que presente de inmediato otro que recoja las demandas reales del municipali­smo.

Los catalanes financiare­mos 1.000 millones del fondo municipal contra la Covid-19, pero no recibiremo­s ninguno

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