Cardiólogo de referencia
AMADEU BETRIU I GIBERT (1941-2020) Cardiólogo, exjefe del servicio de cardiología del hospital Clínic de Barcelona
El pasado día 30 de julio falleció en Barcelona, a los 79 años, el doctor Amadeu Betriu i Gibert, reconocido cardiólogo y exdirector del Institut Clínic de Malalties Cardiovasculars del hospital Clínic de Barcelona (ICMCV). Su muerte ha dejado una profunda sensación de tristeza en todos sus compañeros y, sobre todo, en más de 30 generaciones de residentes y fellows que se formaron a su lado.
El doctor Betriu nació en Ribas de Fresser en 1941 y pronto se trasladó a Barcelona junto a sus padres. Cursó el bachiller en el Col.legi San Miquel; gran aficionado al deporte, fue campeón de Catalunya juvenil de velocidad (100 m) en 1959, afición que conservó toda su vida.
Se licenció en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en 1965. Inmediatamente comenzó su formación en cardiología en la Escuela de Cardioangiología de la Universitat de Barcelona junto a maestros tan insignes como los doctores Torner y Balaguer Vintró. Entre 1969 y 1974 continuó su formación en el Laboratorio de Embriología del Instituto Nacional de Cardiología de México, el Instituto de Cardiología de Montreal y el Toronto
General Hospital en Canadá. Fue en estos dos últimos centros donde desarrolló su interés por la hemodinámica cardiaca a la que dedicó toda su vida profesional. Alcanzó el grado de doctor cum laude en 1986 y fue profesor titular de cardiología en la Facultad de Medicina desde ese mismo año hasta su jubilación en el 2010.
El año 1974 se incorporó como jefe de sección de hemodinámica al recientemente creado servicio de cardiología del hospital Clínic de Barcelona, del que posteriormente fue su jefe (1998-2006) y director del ICMC hasta su jubilación. Con unos medios inicialmente muy precarios, en un hospital en plena transformación, puso en marcha un laboratorio de hemodinámica pionero en España. Su dedicación, seriedad en el trabajo y capacidad docente pronto convirtieron su laboratorio en un centro de referencia en el que se formaron, a lo largo de los años, más de 100 profesionales de numerosos países, especialmente latinoamericanos.
Junto a la docencia, la faceta más relevante de su actividad profesional fue la investigación cardiovascular. Con más de 150 publicaciones en las revistas internacionales más importantes, podemos decir que el doctor Betriu ha participado o dirigido los ensayos clínicos internacionales que han perfilado el tratamiento actual del infarto agudo de miocardio. En el 2003 recibió el premio Andreas Grüntzig de la Sociedad Europea de Cardiología y fue conferenciante invitado en el congreso de la Sociedad Americana de Cardiología en New Orleans. Meticuloso en su trabajo, eran famosas y temidas por sus colaboradores sus múltiples y precisas correcciones a los trabajos que iban a presentarse en un congreso o enviar para su publicación.
Tras un carácter sobrio y aparentemente distante, el doctor Betriu escondía una humanidad desbordante, una amabilidad exquisita y un liderazgo que marcó el devenir del servicio y de muchas personas, médicos y enfermeras, que trabajamos con él o se formaron a su lado. Los múltiples mensajes de condolencia que estos días están recibiendo su esposa María Eugenia y sus hijos Oriol y Carles desde todas partes del mundo cardiológico dan fe de ello.
Su dedicación al trabajo nunca le impidió gozar de múltiples aficiones, entre ellas el deporte, especialmente seguir y sufrir a su Barça. Muy versado en la buena mesa, y en la propia cocina; excelente conversador, ágil en la discusión sobre los temas de nuestro tiempo, siempre coherente con unos principios éticos que ha mantenido hasta el final. Fue un
Betriu participó o dirigió los ensayos que han perfilado el tratamiento del infarto agudo de miocardio
profundo amante de Catalunya, amor que llevó a todos los foros en que se movía, proclamando con pasión los valores y anhelos de su tierra, su motivo de conversación preferente en estos últimos años.
Amadeu se nos ha muerto, se ha marchado prematuramente, en plena actividad científica y con él hemos perdido un amigo entrañable, un profesional único y un catalán universal. Descanse en paz.