El epílogo más triste para Stuani
El epílogo de Cristhian Stuani (Tala, Uruguay, 1986) en esta eterna y extraña temporada no fue el que el destino parecía tener escrito. La controvertida expulsión del pichichi de Segunda División a instancias del VAR a falta de media hora para el final le generó una frustración y desánimo que contagió a todo el Girona.
“Después de descender la temporada pasada, lo más fácil habría sido marcharme teniendo en cuenta las propuestas que tenía encima de la mesa, pero en verano tomé la decisión de quedarme aquí para intentar recuperar la categoría perdida”, decía en una entrevista a este diario pocos días antes de paralizarse la competición por culpa de la pandemia. En ese momento, el Girona luchaba por clasificarse para jugar el playoff de ascenso y aunque Stuani se resistía a renunciar al ascenso directo, consciente de que tener que disputar la promoción le creaba un conflicto personal importante, convocado como estaba para jugar la Copa América con su país en esas mismas fechas. La aparición de la Covid-19 provocó, entre muchas otras cosas, el aplazamiento de esta cita hasta el 2021, y Stuani de golpe se vio liberado de tener que elegir.
Finalmente, Stuani se quedó sin nada. Ni Copa América ni ascenso pese a ser un jugador letal durante toda la temporada por el conjunto catalán. 29 goles durante la fase regular. 31 tantos si se suman los playoff, el 60% del total de los marcados por el Girona.
Un saco de goles insuficientes para devolverlo a la élite del fútbol español un año después. Protagonista en la eliminatoria del Almería marcando en los dos partidos, no pudo hacerlo en ninguno de los dos compromisos contra el Elche. La expulsión fue una losa demasiado pesada para un Girona que aguantó con uno menos todo lo que pudo, hasta el cruel tiempo de descuento.
Este final no enturbia su temporada excepcional ni todo su recorrido en el Girona. “El mejor fichaje que he hecho nunca”, reconoce siempre entre risas el director deportivo, Quique Cárcel. Y es que no hay para menos. Fueron 22 goles del delantero charrúa en ese primer curso y otros 21 la temporada siguiente, por convertirse este año en un goleador inalcanzable por los delanteros de la categoría de plata.
La dependencia del Girona hacia su figura es incuestionable y por este motivo, a parte de convertirse en el jugador franquicia del club, es también un líder para sus compañeros tanto dentro como fuera de los terrenos de juego hasta convertirse en poco tiempo en uno de los capitanes del equipo. Su hambre, entrega y trabajo a sus 34 años están fuera de duda, como también su profesionalidad. Sin embargo, no recuperar la máxima categoría del fútbol español dificultará retener a un jugador aún con mucha gasolina para seguir siendo competitivo. De momento, tiene contrato por dos temporadas más. Stuani tendrá la última palabra.
CONTINUIDAD EN EL AIRE
Los 31 goles del uruguayo durante esta eterna temporada no han servido para lograr el objetivo