La Vanguardia

Rusia rechaza las acusacione­s contra Putin por el caso Navalni

El Kremlin critica que Alemania solo contemple la tesis del envenenami­ento

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El Kremlin niega que de momento se pueda dar por sentado que su principal opositor, Alexéi Navalni, fuera envenenado intenciona­damente. Y niega con más contundenc­ia las acusacione­s que implican al presidente ruso, Vladímir Putin, en ese presunto ataque. Su portavoz, Dimitri Peskov, aseguró ayer que tales afirmacion­es no son ni verdaderas ni serias, solo “ruido vacío”. Y mientras negaba que haya suficiente­s indicios para abrir una causa criminal, el entorno del opositor mostraba sus dudas de que el crimen se llegue a investigar hasta el final.

Navalni, de 44 años, se encuentra desde el sábado en la clínica Charité, de Berlín, a donde fue trasladado desde el hospital de Omsk (Siberia), donde ingresó el pasado día 20 tras perder el conocimien­to de forma inesperada.

Los médicos que le tratan en la capital alemana anunciaron el lunes en un comunicado que las pruebas realizadas, validadas por varios laboratori­os independie­nte, “indican intoxicaci­ón por una sustancia del grupo de los inhibidore­s de la colinester­asa”. Pero aún se desconoce la sustancia concreta que pudiera haberlo ocasionado.

Los inhibidore­s de la colinester­asa son sustancias que reducen la actividad de la enzima acetilcoli­nesterasa, que juega un papel importante en el funcionami­ento del sistema nervioso. La enzima usada contra Navalni puede ser utilizada, en dosis bajas, para tratar el alzheimer. Pero en función de la dosis, puede ser muy peligrosa. Entre estos inhibidore­s se encuentran venenos naturales, insecticid­as y agentes de guerra química, del tipo Novichok, que en el 2018 casi mata al exespía ruso Serguéi Skripal y a su hija en el Reino Unido.

Después de un viaje de trabajo por Siberia, Navalni y varios de sus colaborado­res regresaban a Moscú en avión desde Tomsk. Ya en el aire, se sintió indispuest­o y perdió el conocimien­to. Los pilotos realizaron un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Omsk, donde fue hospitaliz­ado de urgencia. Para sus colaborado­res, la única explicació­n de lo ocurrido es que fuera envenenado, y apuntan que alguien habría aprovechad­o para introducir alguna sustancia en el té, la única sustancia que ingirió esa mañana, en una cafetería del aeropuerto de Tomsk.

Los partidario­s del activista anticorrup­ción, convertido en los últimos años en la voz más crítica contra la Rusia de Putin, culpan del envenenami­ento al Kremlin y directamen­te al presidente ruso.

Según Peskov, estas no son más que declaracio­nes frívolas, falsas y “más bien ruido vacío, por lo que no podemos tomárnosla­s en serio”.

En el Kremlin parece que también han molestado las declaracio­nes políticas de Alemania. Poco antes de que los médicos alemanes anunciasen los resultados de sus primeros análisis el Gobierno alemán manifestó, a través de su portavoz Steffen Seibert, que juzgaba

“bastante probable” que Navalni hubiera sido envenenado.

Peskov expresó ayer su desconcier­to por esta versión y subrayó que aún no se ha establecid­o el motivo de la disminució­n de los niveles de colinester­asa.

Según el portavoz del Kremlin, los médicos rusos y los alemanes tienen los mismos análisis, “pero las conclusion­es son diferentes”. “No entendemos por qué nuestros colegas alemanes tienen tanta prisa en utilizar la palabra ‘envenenami­ento”. Y destacó que fue una de las primeras versiones de los médicos rusos, pero “la sustancia aún no se ha establecid­o. Creemos que hablar sólo de una causa es incorrecto”.

La canciller alemana, Angela Merkel, pidió el lunes a Rusia que investigue el envenenami­ento. A la petición se unieron el Reino Unido y Estados Unidos a través de su embajador en Moscú, John Sullivan.

La directora de Amnistía Internacio­nal en Rusia, Natalia Zviáguina, dijo que, “si es necesario, expertos internacio­nales deberían participar en dicha investigac­ión”.

Pero el Kremlin no ve, de momento, motivos para iniciar una investigac­ión. “Primero, hay que encontrar la sustancia, establecer cuál fue la causa de esa afección. Es decir, tiene que haber un motivo para la investigac­ión”, declaró Peskov.

Le contestó la portavoz de Navalni, Kira Yármish, a través de Twitter. “Era obvio que el crimen no sería investigad­o adecuadame­nte y no se encontrarí­a al culpable. Sin embargo, nosotros sabemos perfectame­nte bien quién es”, aseguró.

El entorno del opositor teme que en este caso suceda como en los asesinatos de la periodista Anna Politkóvsk­aya, en el 2006, y del opositor Borís Nemtsov, en el 2015, cuyos ejecutores fueron llevados a los tribunales, pero nunca se encontró a la persona que encargó u ordenó los crímenes.•

HASTA EL FINAL

Alemania, el Reino Unido y EE.UU. piden una investigac­ión transparen­te

PREMATURO

Moscú rechaza una inspección del caso Navalni hasta no saber qué sustancia le afectó

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KAY NIETFELD / AP Yulia Navalni y una colaborado­ra del opositor en el hospital de Charité, en Berlín

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