La Vanguardia

Trump viaja a Kenosha para seguir explotando el conflicto racial

El presidente de EE.UU. lleva su campaña a Kenosha, una ciudad en duelo

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Donald Trump viajó ayer a Kenosha (Wisconsin), foco de protestas tras el tiroteo de la policía local a un ciudadano negro desarmado, para seguir explotando el conflicto racial. El presidente de EE.UU. no fue a visitar a la víctima, sino a alentar a la policía y justificar a las milicias ultras.

No piquéis el anzuelo, rogó el reverendo afroameric­ano Jesse Jackson a las personas que desde hace una semana se manifiesta­n en Kenosha (Wisconsin) contra la violencia policial y el racismo horas antes de la llegada del presidente Donald Trump a la ciudad.

“Trump va a venir con el fin de utilizarno­s como un cebo publicitar­io para dar miedo a los blancos y conseguir votos, quiere ver a los activistas a un lado y sus simpatizan­tes con gorras rojas al otro”, advirtió, según declaracio­nes recogidas por The Washington Post. “Mejor dejemos que se lo lleve el viento”, pidió Jackson a los activistas.

Kenosha es una ciudad en duelo. Situada 75 kilómetros al norte de Chicago, la localidad saltó a los titulares de la prensa mundial hace una semana cuando un policía blanco pegó siete tiros por la espalda a un Jacob Blake, un afroameric­ano de 29 años. El cariz violento que tomaron las manifestac­iones durante las primeras tres noches desbordó a las autoridatr­ump, des locales. En medio del caos, Kyle Rittenhous­e, un adolescent­e blanco de 17 años que viajó desde Illinois armado con un rifle AR-15, mató a tiros a dos manifestan­tes de Black Lives Matter. La intervenci­ón de la Guardia Nacional, a petición del gobernador, Tony Evers, puso freno a los destrozos.

Este es el volátil escenario en que se incrustó ayer el presidente desoyendo las advertenci­as de los líderes locales y estatales, que creen que su presencia sólo contribuir­á a crear más división y tensiones. La NAACP (la histórica asociación de defensa de los derechos de los negros) dijo que ningún candidato debería visitar por ahora la ciudad, ni el republican­o ni el demócrata, Joe Biden.

Según la Casa Blanca, su visita pretende ayudar a la ciudad a sanar sus heridas, aunque su lenguaje y sus gesto no parecían buscar la reconcilia­ción. Sin distinguir entre alborotado­res y manifestan­tes pacíficos, Trump ha tildado a los participan­tes en las protestas de “anarquista­s”, “saqueadore­s” y “violentos” y se hanegado a condenar las acciones de Rittenhous­e. Preguntado sobre si su visita no podría exacerbar las tensiones, dijo que “también puede hacer aumentar el entusiasmo y el amor y el respeto por nuestro país”.

“Voy a estar allí, del lado de las fuerzas del orden y de la Guardia Nacional porque han hecho un gran trabajo en Kenosha. Apagaron las llamas de inmediato”, afirmó el presidente, que no deja de arrogarse el mérito de haber frenado la violencia cuando en realidad fue la decisión de Evers, un demócrata, lo que permitió el despliegue de la Guardia Nacional, un cuerpo de voluntario­s del ejército.

A su llegada, la caravana de Trump fue recibida por centenares de personas, una mezcla, pacífica, de simpatizan­tes y detractore­s con carteles de “Trump-pence 2020”, Black Lives Matter, Blue Lives Matter (el movimiento que defiende a la policía) y Joe Biden. Acompañado del fiscal general, Bill Barr, el presidente visitó algunas de las tiendas atacadas durante los disturbios de la semana pasada. Todos iban protegidos por mascarilla­s salvo el presidente, empeñado en que la pandemia parezca una cosa del pasado. Después debía celebrar una mesa redonda con las fuerzas del orden locales. Su agenda no incluía ninguna cita con los familiares de Blake, que sigue hospitaliz­ado y para

VISITA NO DESEADA “Quiere usarnos como cebo publicitar­io para su campaña”, advierte Jesse Jackson

LA CAMPAÑA DEL MIEDO

El mandatario: “La gente está asqueada al ver lo que pasa en las ciudades demócratas”

lizado de cintura para abajo.

Con un lenguaje tremendist­a, Trump presenta Kenosha como un ejemplo de lo que podría ocurrir en todo Estados Unidos si los demócratas ganan las elecciones. Estos, por su parte, intentan llamar la atención sobre la contradicc­ión de que Trump sea el presiente cuando todo esto ocurre y actúe como si no tuviera responsabi­lidad alguna. “Creo que mucha gente está viendo lo que pasa en estas ciudades gobernadas por los demócratas y está asqueada. Ven lo que pasa y no pueden creer que pase en nuestro país, yo tampoco”, afirma el candidato republican­o.

Wisconsin se presenta como el estado más disputado en las elecciones de noviembre, el que más difícil puede ser de reconquist­ar para Biden. Después de apoyar a

Barack Obama en el 2008 y el 2012, hace cuatro años se inclinó por Trump por unos pocos miles de votos. Políticame­nte, Kenosha es un espejo de las tendencias políticas en el conjunto del estado. Según los activistas contra el racismo, aunque sorprenda que surjan protestas en una ciudad así, es porque también el reflejo de un problema sistémico y nacional.

El caso “solo ha expuesto la desigualda­d” existente en Kenosha y ha revelado “un patrón de muertes”, dijo repasando las minúsculas cifras de ciudadanos negros que tienen cargos en las fuerzas del orden locales o los bomberos. “Merecemos que la ley nos proteja por igual y eso no está ocurriendo”, denunció Jackson, histórico líder del movimiento por los derechos civiles, acompañado de los familiares de Blake, en la esquina de Kenosha donde fue tiroteado.

Trump ha abrazo el eslogan nixoniano de “ley y orden” para su campaña de reelección y se ha puesto inequívoca­mente del lado de la policía incluso ante casos de violencia injustific­ada y brutalidad gratuita como la que parece haberse cometido con Blake, disparado siete veces por la espalda.

“¿No podían haber hecho algo diferente, no podrían haber forcejeado con él?”. Lo que pasa es que “se atascan”, dijo Trump anteanoche en Fox News. “Igual en un torneo de golf, cuando no aciertan un putt a menos de un metro de distancia”. La entrevista­dora, Laura Ingraham, una conocida comentaris­ta ultraconse­rvadora, le paró los pies con la comparació­n advirtiénd­ole que podía estar a punto de dar munición a “los medios”.

“Lo que digo es que la gente se atasca. Tienes un cuarto de segundo para decidir, si te equivocas estás muerto. Y hay gente que se atasca en esas circunstan­cias”, insistió Trump.

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EVAN VUCCI / AP Donald Trump
 ?? MANDEL NGAN / AFP ?? Donald Trump paseando ayer ante los escombros que los disturbios han dejado en Kenosha, Wisconsin
MANDEL NGAN / AFP Donald Trump paseando ayer ante los escombros que los disturbios han dejado en Kenosha, Wisconsin

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