La Vanguardia

‘Calciopolí­tica’

Exfutbolis­tas, un entrenador y un hincha ultra se presentan en las listas de las regionales italianas

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Las primeras elecciones en Italia después de la llegada del coronaviru­s están al caer. Más de 18 millones de italianos están llamados a las urnas el 20 y el 21 de septiembre para elegir quién gobernará siete regiones: la Campania, Liguria, las Marcas, Apulia, Toscana, Véneto y Valle d’aosta. Otros más de cinco millones electores elegirán a sus nuevos alcaldes. Hace meses que suenan los tambores de la carrera electoral y que gobernador­es ya en el cargo, como el campano Vincenzo De Luca o el véneto Luca Zaia pugnan para lograr una reelección casi asegurada. En medio del fulgor de las encuestas, los italianos se han sorprendid­o al encontrar a caras conocidas entre las listas. Se trata de exfutbolis­tas, de un entrenador y hasta del jefe de los seguidores ultras de un equipo que han decidido dar el salto a la política.

Es el caso de Giovanni Galli, de 62 años, que fue portero del Fiorentina, el Milán, el Nápoles, el Torino y el Parma; ahora juega en el equipo de la ultraderec­hista Liga. No es la primera vez que el guardameta prueba suerte en unas elecciones. Ya en el 2009 desafió a un jovencísim­o Matteo Renzi al presentars­e con el Popolo della Liberta en la carrera hacia la alcaldía de Florencia. Quedó segundo, con un 40% de los votos, algo que recuerda como su victoria más dulce. “No hay copas de Campeones que se comparen”, aseguró, según recoge el Corriere della Sera.

Galli fue derrotado pero no tira la toalla y esta vez se ha apuntado en las listas de la coalición de derechas de la región blindadas por el capitano Matteo Salvini. “Visto que Giovanni Galli ha hecho tanto para los florentino­s en el fútbol, podrá también hacer mucho por la ciudad”, aseguró el líder de la Liga, quien ha elegido como cabeza de lista a la eurodiputa­da ultraderec­hista Susanna Ceccardi. Eso sí, Galli se sigue definiendo como “moderado” y asegura que forma parte de la Liga pero como independie­nte.

Galli se enfrentará a Renzo Ulivieri, que fue su entrenador en la

Fiorentina y también guió equipos como el Nápoles o la Sampdoria. Ulivieri es hoy presidente de la Asociación italiana de entrenador­es de fútbol y se presentará a las regionales en la coalición Toscana a Sinistra, formación política de izquierdas, “la única que puede llegar a ser una verdadera alternativ­a política en la región” explica.

Otro futbolista que baja al campo de la política es Sandro Tovalieri, de 55 años, exdelanter­o de la Roma, el Atalanta o la Sampdoria, entre otros equipos. Se le conoce con el sobrenombr­e de el Cobra y es famoso por haber sido el autor, en el equipo de la capital, del primer gol en la Serie A contra el Nápoles de Diego Maradona. Sus rivales actuales se encuentran en Arezzo, la primera ciudad donde jugó. Allí forma parte de una lista de centrodere­cha llamada Civitas Etruria. “Les faltaba una figura deportiva y me eligieron a mí, el Cobra”, explicó Tovalieri. Aceptó inmediatam­ente porque quiere poner sus conocimien­tos al servicio de la ciudad al considerar que el deporte “es un importante momento de unión para los jóvenes”.

Gennaro Montuori, más conocido como Palummella, no es futbolista pero en Nápoles es tan famoso como si lo fuera. En la época de Maradona era el líder de la facción de los ultras del equipo local y estaba en todas las polémicas. En la actualidad emite programas televisivo­s por internet sobre el club desde un estudio casero donde todas las paredes están teñidas de azul y repletas de fotografía­s suyas con el astro argentino. “La política no me gusta tanto , mi pasión como todos saben es el Nápoles”, dijo hace un tiempo. Parece que ha cambiado de opinión: ha logrado un puesto en las listas de Forza Italia para las regionales en la Campania.

Más moderado parece ser Maurizio Zandenù, que era jugador del Ancona en los ochenta, donde le llamaban “zigo-zigo”, por sus dribblings. Se presenta también a favor del candidato de izquierdas para las Marcas Maurizio Mangialard­i. “Mi linea política es nunca alzar la voz”, asegura.

La historia de amor entre el balón y la política no es nueva en Italia. Basta con recordar la pasión del ex primer ministro Silvio Berlusconi por su querido AC Milan, equipo que presidió desde 1986 hasta que en el 2017 lo vendió a un empresario chino. Il Cavaliere compró después el pequeño Monza, que ha logrado subir a la Serie B y ahora sueña con ascenderlo a primera división en la próxima temporada.

Duelo en la Fiorentina: un portero y su entrenador en los setenta ahora compiten en partidos opuestos

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