El taxi de Barcelona adaptará su reglamento a la crisis
El IMET está dispuesto a restringir la flota por norma, aunque no podrá ser hasta principios del 2021. El sector quiere un plan de rescate
Septiembre comenzó ayer con toda la flota de taxis de Barcelona –más de 10.000 vehículos– disponible. La regulación permite trabajar al 80% mientras el 20% disfruta de su día de descanso, demasiados para la demanda existente, muy mermada a causa de la crisis de la Covid-19, que ha puesto a los taxistas al borde de la ruina. Sus organizaciones reclaman una modificación del reglamento para que se pueda restringir el servicio. El Institut Metropolità del Taxi (IMET) ha recogido el guante e iniciará el proceso para adaptarlo a la nueva situación, según acordó ayer en una reunión con representantes del sector. Pero su aprobación definitiva no podrá hacerse antes de principios del 2021. Hasta entonces, el citado ente recomendará que no circule más del 60%.
Desde que comenzó la pandemia, la flota de taxis ha oscilado entre el 20% –durante el estado de alarma, por decreto estatal– y el 60% en julio –gracias a un apaño legal del IMET– y en agosto, mediante una autolimitación voluntaria del sector. Pero ahora no hay restricción y los taxistas no quieren autorregularse porque no conlleva obligación. Aunque creen que llega tarde, las organizaciones aplauden que se inicie la reforma del reglamento. En paralelo reclaman al Gobierno y a la Generalitat un plan de rescate sectorial que podría nutrirse de fondos europeos de reconstrucción.
El IMET asegura que, sin una adaptación reglamentaria, el único modo de aplicar una restricción efectiva sería mediante una orden de Salut de la Generalitat motivada por la Covid y por ahora no está prevista. Y aunque va a pedirla, cambiará su reglamento. Sin este paraguas legal podrían prosperar reclamaciones patrimoniales de titulares de licencias disconformes.
En la reunión también se acordó la devolución de los festivos del 2021 gastados en julio para que parte de la flota pudiese quedarse en casa y no superar el 60% en la calle, y estudiar una nueva regulación horaria. Asimismo se impulsará junto a entidades de comerciantes del centro de Barcelona un plan que incentivará el desplazamiento de clientes en taxi así como el consumo en sus establecimientos.