La Vanguardia

Los Mossos solo reconocen dos narcopisos en Ciutat Vella

La policía autonómica y la Guardia Urbana insisten en que ahora mismo solo quedan los puntos de venta en los que no hay consumo

- MAYKA NAVARRO Barcelona

En el distrito de Ciutat Vella funcionan dos narcopisos y hay otros cuatro puntos de venta que están siendo investigad­os por un equipo conjunto de los Mossos d’esquadra y la Guardia Urbana para comprobar si solo comerciali­zan con droga o también se permite su consumo. Esa es la realidad a 2 de septiembre en el distrito centro de la ciudad y de ella están informadas puntualmen­te las asociacion­es vecinales y de comerciant­es que, en los últimos tiempos, se han convertido en colaborado­res imprescind­ibles de los policías a los que informan de cualquier movimiento sospechoso en un inmueble vacío.

En la siempre ajetreada comisaría de los Mossos d’esquadra en la calle Nou de La Rambla, ayer se sumó la tarea de elaborar un informe actualizan­do la situación de los narcopisos después de que la plataforma Acció Raval denunciara que desde el confinamie­nto se habían reabierto 27 narcopisos. Otra plataforma, Ravalnet, elevaba la cifra asegurando que en los puntos de venta se permite el consumo.

La respuesta unánime desde las comisarías de los Mossos y de la Guardia Urbana fue contundent­e: “Esas cifras no se ajustan a la verdad y los vecinos lo saben”.

Otra cosa son los puntos de venta de estupefaci­entes en inmuebles; o el incremento en la vía publica de traficante­s que desde el confinamie­nto proliferan y merodean por la sala de venopunció­n Baluard.

Pero el fenómeno de los narcopisos que en el verano del 2017 llegó a contabiliz­ar hasta 70 solo en el Raval se exterminó literalmen­te tras una sucesión de investigac­iones más que exitosas capitanead­as por el grupo de salud pública de la unidad de investigac­ión de los Mossos de Ciutat Vella, que trabajan codo con codo con el grupo de delincuenc­ia urbana de la policía municipal en el mismo distrito. “Cerramos todos” y la única pieza que queda por desmantela­r hace tiempo que ha dejado de ser un problema policial para convertirs­e en un conflicto social que tienen que arreglar el banco propietari­o del bloque o alguna administra­ción adquiriend­o y saneando el inmueble, añaden fuentes policiales en referencia el número 14 de Príncep de Viana.

Sin narcopisos, los toxicómano­s han vuelto a consumir en la vía pública. Un riesgo previsible que se asumió cuando se cerraron uno a uno los inmuebles de compra y consumo. Fuera del cobijo de las cuatro paredes de los pisos ocupados ilegalment­e, el consumo ha vuelto a las aceras, entre los coches, en los

Plataforma­s vecinales del Raval insisten en que el fenómeno vuelve a estar desbordado en varios pisos ocupados

parques y en las porterías, a plena luz del día, para malestar de los vecinos, muy especialme­nte los que viven cerca de Baluard, desbordaba durante el confinamie­nto.

“Tampoco es ese un problema exclusivam­ente policial. ¿Qué hace un mosso en la puerta de una sala de venopunció­n? Nada. La gestión social, sanitaria y social de los alrededore­s de ese equipamien­to la tiene que asumir el Consistori­o y sus responsabl­es de salud, y nosotros los uniformado­s hacer lo que nos toca”, insisten desde la comisaría de Nou de la Rambla.

Solo en lo que va de año en el distrito de Ciutat Vella los Mossos d’esquadra han realizado 400 detencione­s por delitos contra la salud pública. En el mes de agosto, 38 arrestos. “Admitimos los problemas cuando los hay, pero precisamen­te los narcopisos no son ahora un problema porque sencillame­nte no hay”, insisten.

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ÀLEX GARCIA Fachada del narcopiso de Príncep de Viana 16, en una imagen de hace un par de meses

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