“Al entrar en la plantación en la que filmamos estaba cargada de odio”
Janelle Monáe, música y actriz, estrena ‘Antebellum’
Entró en el mundo del cine como un torbellino, ayudada por un rostro bello e inusual y su fama de cantante, experimentado como se gana el Oscar a la mejor película con
Moonlight y haciendo saltar la taquilla con Figuras ocultas. Y aunque en su breve carrera cinematográfica han habido fracasos como Bienvenidos a Marwen, Janelle Monáe ha sido bastante precisa a la hora de elegir papeles y proyectos. Y si bien ya había tocado el tema de la esclavitud en
Harriet: en busca de la libertad ,en
Antebellum el debut en el largometraje de Gerald Bush y Christopher Genz, se ha metido de cabeza a explorar los horrores del sistema esclavista.
¿Cómo fue para usted estar en ese plató que reproducía la esclavitud en las plantaciones? Para empezar tengo que aclarar que yo no nací en Estados Unidos porque eligiera este país. Estoy aquí porque mis antepasados fueron obligados a venir. Y cuando entré en la plantación en la que filmábamos la película estaba cargada de muchísimo odio hacia cada persona que fue responsable de obligar a mis antepasados a estar en Estados Unidos contra su voluntad. Lo que me permitió hacer mi trabajo fue saber que yo estaba haciendo una película, mientras que ellos vivieron como esclavos. Mi misión fue honrarles, ser honesta con respecto a cada emoción que sentí y reproducir fielmente lo que yo creo que ocurrió en esos lugares, conectando el pasado, el presente y lo que posiblemente sea el futuro. Cuando leí el guion, en lo único en lo que podía pensar era que estábamos en medio de una batalla que lleva siglos, contra el racismo, la opresión sistemática y la violencia policial. No podemos hablar sobre las injusticias que enfrenta la gente negra en este país si no examinamos nuestra historia con la esclavitud. Nuestro futuro está determinado por cómo lidiamos con eso, porque estamos en medio de un ajuste de cuentas. Todos los que viven en este país, tanto los que dicen algo como los que callan, están creando un futuro que o bien protege y estimula la vida de los negros o continúa oprimiéndoles, abusando de ellos y matándoles.
Fuera de Estados Unidos no mucha gente sabe a qué se refiere el título de la película.
Yo creo que la gente tiene que investigar de qué se trata. Creo que no tengo por qué educar a la gente sobre lo que era Antebellum en el sur de Estados Unidos. Si investigan, van a descubrir que hay gente que sigue glorificando esa etapa, celebrando bodas en las plantaciones. Para mí, como mujer negra, eso es un problema.
¿Filmarla película le hizo sentir más la urgencia de continuar la lucha por la igualdad racial?
Absolutamente. Interpretar a Verónica, teniendo que trabajar en una plantación, me hizo simpatizar mas con las mujeres negras que tienen que hacer eso todos los días. Son las que tienen que luchar contra la supremacía blanca a diario. No debería ser la tarea de una mujer negra la de salvar a su país, pero somos los que estamos en la primera linea de lucha y los primeros a los que ataca la policía.
¿Cuál fue su mayor desafío en este filme?
Canalizar y administrar mis emociones. A veces era enojo, y a veces frustración. Otras veces era odio. Pero también hubo lugar para el amor y, en menor medida, para la diversión. Pero yo sabía que tenía muy pocas semanas para honrar a mi ancestros, por lo que me entregué en cuerpo y alma a la tarea. Hubo ocasiones en las que permanecía dentro del personaje, y no quería tocar el móvil. Me resultó muy difícil deshacerme de Verónica. Me llevó meses. Permanecí en un estado de ansiedad y supervivencia durante demasiado tiempo. Es que el rodaje fue una experiencia horrible, más allá de que trabajar con el elenco y el equipo técnico haya sido asombroso. Pero pensar que estaba en una plantación, la misma en la que mis ancestros tuvieron que vivir, fue exasperante. Sobre todo porque para mi el pasado sigue estando presente.
SU CLAVE
“Sabía que yo hacía una película mientras mis antepasados vivieron como esclavos”
INTENSO RODAJE
“¿Mis emociones? A veces era enojo, y a veces frustración. Otras veces era odio”