Los créditos, un pulso de la economía
La concesión de créditos por parte de la banca es un buen termómetro del devenir de la economía. Hasta el pasado 30 de julio, el crédito bancario a empresas no financieras y a familias creció un 2,4% de forma interanual, frente al descenso del 0,3% registrado en febrero de este año. Este cambio de tendencia se debe a que las empresas han incrementado sus necesidades financieras “sustancialmente” por la pandemia. Los depósitos bancarios de las empresas han pasado de crecer a tasas inferiores al 4% en febrero al 13% el pasado mes de junio. Por el contrario, el crédito concedido a las familias se redujo en junio a tasas del 1,8%, frente al práctico estancamiento del mes de febrero. El crédito destinado a la compra de viviendas registró una caída interanual del 2,7%, casi un punto más que en el mes de febrero. Pero donde ha habido cambios significativos es en el crédito al consumo: crecía a tasas interanuales del 15% en febrero y llegó a caer a una tasa del 2,5% en mayo. En junio, volvió a crecer un 2,3%. Estas cifras demuestran que las empresas están anticipándose a necesidades financieras (pagar impuestos aplazados, a proveedores...), mientras que las familias se están apretando el cinturón por las incertidumbres laborales y los ingresos. Lo que está claro es que uno de los negocios de la banca es conceder créditos, pero midiendo bien los riesgos para que no se dispare la mora. De hecho, según Hernández de Cos, “las entidades cotizadas españolas presentaron pérdidas netas consolidadas de 10.500 millones en el primer semestre del año, frente a unas ganancias de un orden de magnitud similar en el mismo periodo del año 2019”. Así que toca buscar cómo mejorar los ingresos.