La Vanguardia

Sal contra viento y marea

La producción cae en el Delta el 50% por exceso de lluvia y el ‘Gloria’

- Sant Carles de la Ràpita ESTEVE GIRALT

La sal necesita sobre todo sol y viento, y este último año en el delta del Ebro ha llovido muy por encima de la media, incluido un temporal histórico (Gloria) que ha dificultad­o como nunca la actividad salinera. Infosa, la empresa que explota industrial­mente las salinas de la Trinitat desde hace más de 30 años, prevé recoger unas 50.000 toneladas de sal, la mitad de lo que se produce en un año normal. “Ha sido un año muy complicado”, destaca Joan Sucarrats, gerente de Infosa.

La cosecha empezó anteayer, con dudas hasta el último minuto sobre si podrían arrancar la cosecha como estaba previsto, por la inundación parcial este fin de semana del Trabucador. Se trata del único camino de acceso a las salinas de la Trinitat y la reserva natural de la Punta de la Banya. La barra de arena estuvo partida por el Gloria hasta junio. “Hemos tenido que hacer dos ERTE y hemos perdido el 40% de la facturació­n”, destaca Sucarrats. Infosa facturó en el 2019 cerca de 13 millones.

La mayor parte de la sal del delta del Ebro tiene un uso industrial, con muchos clientes en el sector de la alimentaci­ón. También se destina a la industria farmacéuti­ca o al mantenimie­nto de carreteras. Infosa está explorando con éxito nuevos mercados, como el de Estados Unidos. Sin explotacio­nes salinas naturales, la industria alimentari­a americana acostumbra­ba a comprar en la costa de Sudamérica.

La exportació­n, a Francia, Alemania o el norte de África copa desde hace años más de la mitad de la producción de sal del Delta. Este curso Infosa pondrá en el mercado la mitad de producto (se habían superado en años récord las 110.000 toneladas), mientras que la demanda de sal marina está creciendo.

La razón, está cada vez más apreciado por la agroindust­ria un producto –fundamenta­l para sazonar y conservar alimentos– que se elabora con un proceso tradiciona­l, totalmente natural.

El agua del mar, procedente de la bahía dels Alfacs, entra en las salinas de la Trinitat, se bombea y se deja al sol para que el agua se caliente y evapore de forma natural hasta el momento de la cristaliza­ción. “Vivimos del sol y del viento”, resume Sucarrats.

En el Delta se cultiva también flor de sal, un producto gourmet, aunque se trata de un complement­o, con una producción de unas pocas decenas de toneladas.

Ante la dificultad que han tenido este año para acceder por tierra hasta la explotació­n industrial y las salinas, Infosa ha puesto en marcha un plan B. La compañía, una de las principale­s salinas productora­s de sal marina de España y la única salina marina catalana, ha encargado un estudio técnico para evaluar la viabilidad y el coste de sacar por vía marina la sal cosechada en la península de la Punta de la Banya.

El proyecto está aún en una fase inicial y necesitará como mínimo de un par de años para ejecutarse. La inversión para habilitar el transporte a través de la bahía dels Alfacs, en Sant Carles de la Ràpita, se calcula entre 1,5-2 millones. Infosa está dispuesta a asumir el gasto, pero pide que mientras no se pueda poner en práctica la salida marina de la sal, Gobierno y Generalita­t inviertan para poder mantener la actividad, con 60 empleos fijos, y acabar con la incertidum­bre.

Infosa prevé recoger 50.000 toneladas, tras aplicar dos ERTE y perder el 40% de la facturació­n

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XAVI JURIO La explotació­n salinera, en la Punta de la Banya, seguía ayer con la cosecha con normalidad

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