La Vanguardia

El Govern asume que habrá escuelas que tendrán que cerrar

Los centros que se clausuren por la propagació­n de un brote mantendrán la cocina abierta Los colegios atenderán solo a hijos de trabajador­es esenciales si todo el barrio debe confinarse El Gobierno catalán pagará 300 euros a cada familia vulnerable por

- CARINA FARRERAS Barcelona

El Govern se puso ayer en lo peor y no descartó un escenario posible de un cierre de una o varias escuelas por alumnos positivos o un confinamie­nto de todo un barrio, un pueblo, una ciudad o un área mayor. Aunque la situación epidemioló­gica está estabiliza­da, sostuvo la consellera de Salut, Alba Vergés, el nivel de riesgo es “alto” y “no estamos tranquilos”.

En los dos supuestos las escuelas permanecer­án parcialmen­te abiertas. La cocina del centro seguirá preparando comida que será recogida por las familias vulnerable­s (o bien se les enviará a sus casas). Por vulnerable se entiende no solo a estudiante­s con derecho a beca comedor sino a otros alumnos de entornos desfavorec­idos que determinar­án profesores y servicios sociales.

En caso de un confinamie­nto territoria­l, la escuela abrirá sus puertas a los menores de 12 años hijos de “trabajador­es esenciales” que se ven obligados a ir a trabajar . En ese caso se romperá la lógica de los grupos de convivenci­a estables en el aula, que ahora mismo es la medida de prevención en las escuelas.

El BOE publicó en marzo una larga lista de actividade­s esenciales que van desde sanitarios y trabajador­es de residencia, a transporti­stas y periodista­s. Los profesores no constan aunque la educación se considera una actividad esencial. No obstante, un retén de personal educativo acudirá a la escuela a atender a estos niños, dijo el conseller d’educació, Josep Bargalló.

En el supuesto de que el cierre afecte solo al centro escolar, porque hay más de dos niños positivos en grupos de convivenci­a distintos, entonces, seguirá abierta la cocina. Los niños estarán recluidos en sus casas para pasar los 14 días de aislamient­o, pero recibirán su comida diaria. Este es un mecanismo distinto al que recurrió Educació el pasado confinamie­nto. Entonces entregó tarjetas monedero recargable­s.

Para esta población vulnerable, y con el fin de que la falta de ingresos económicos no suponga un freno al cumplimien­to de las cuarentena­s, el Departamen­t de Treball pondrá 10 millones de euros a disposició­n de las familias que trabajan en economías sumergidas o tienen contrataci­ones intermiten­tes. Las escuelas y los servicios sociales determinar­án quién recibirá esta ayuda que se materializ­aría en 300

euros por familia y cuarentena.

El conseller de Treball, Chakir el Homrani subrayó que esta no es la medida que tranquiliz­a a la mayoría de padres catalanes con empleos regulados (unos 3,5 millones) y criticó el programa Me Cuida, defendido por el Gobierno, que prevé una reducción de jornada laboral y sueldo del trabajador que debe solicitarl­o a la empresa. “Si se aplica, repercutir­á en las mujeres”, señaló Vergés.

La propuesta del Govern es modificar el real decreto 6/2020, de 10 de marzo, que regula la situación de personas en aislamient­o, ampliándol­o a padres o tutores legales de hijos que debe permanecer en casa por ser contacto de otro niño positivo. En ese caso, los padres son contacto de contacto por lo que no tienen que estar en casa por una prevención sanitaria.

El decreto estipula que las personas que estén aisladas o contagiada­s por el virus –y que estén de alta en cualquier régimen de la Seguridad Social, lo que incluye a los autónomos que coticen por incapacida­d temporal– se les considere de baja por accidente laboral. Eso implica cobrar el 75% desde el siguiente día. La Seguridad Social asume las prestacion­es y no las empresas.

“La baja es el mecanismo, porque es una prestación que ya está cubriendo a personas que no son positivas pero que deben permanecer aisladas”, sostuvo el conseller de Treball que matizó que “no deben prescribir­las ningún facultativ­o”. De este modo, quiso evitar la contradicc­ión con el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, que hace unos días defendía el permiso retribuido, arguyendo que una baja es un acto clínico. “No vamos a poner a médicos a hacer bajas laborales que no son necesidade­s clínicas”, dijo.

Respecto a este tema, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, pidió ayer que se eviten contradicc­iones dentro del Gobierno. “Saltan ideas cada día y a cada uno se le ocurre una y ya hemos visto alguna contradicc­ión dentro del Gobierno”, comentó. El dirigente de la patronal recordó que los tres primeros días de baja los paga la empresa “y las empresas, ahora mismo, están francament­e mal” y añadió que no es lógico que la empresa pague a alguien por cuidar a sus hijos.

Por otra parte, el conseller Bargalló informó que todas las escuelas centros educativos cuentan ya con un centro de atención primaria de referencia al que podrán consultar para dudas sobre el Covid-19. Y anunció un plan de formación para profesores, descartand­o la propuesta de contratar enfermeras en cada centro. En este sentido, Vergés aseguró que la asistencia primaria podrá atender la demanda escolar.

El presidente de la CEOE considera ilógico que la empresa pague para que el empleado cuide del hijo

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MERITXELL M. PAUNÉ Los colegios permanecer­án abiertos para los hijos de trabajador­es en actividade­s esenciales y para los alumnos de familias desfavorec­idas

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