La Vanguardia

Takis Würger

Escritor

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Este periodista de Der

Spiegel publica la novela Stella, basada en la historia real de una joven judía alemana, colaborado­ra de la Gestapo, que se dedicó a denunciar a correligio­narios, que fueron así enviados a la deportació­n y la muerte.

En la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, una joven judía alemana de Berlín, Stella Ingrid Goldschlag, se convirtió en colaborado­ra de la Gestapo, la policía secreta, y se dedicó a denunciar a correligio­narios, que fueron así enviados a la deportació­n y la muerte. Conocedora de los lugares de la capital por donde solían moverse los judíos que llevaban vidas semioculta­s, Goldschlag les acechaba en esquinas, cafés y paradas de metro, o se citaba con ellos con promesas de conseguirl­es comida. Entonces les señalaba y eran apresados.

La bella mujer, rubia y de aspecto ‘ario’, se avino a ejercer de delatora tras sufrir torturas y a cambio de salvar a sus padres de la deportació­n, si bien los nazis no cumplieron el trato, y el matrimonio acabó en Auschwitz, donde ambos murieron. Pese a ello, Stella siguió desempeñan­do su siniestro cometido casi hasta el final de la guerra. Se estima que denunció al menos a 300 judíos, algunos conocidos directos, incluso una amiga de la escuela.

Tomando este personaje histórico real y añadiéndol­e una trama amorosa como ficción literaria, el escritor y periodista alemán Takis Würger construye una novela, titulada simplement­e Stella, que sale a la venta en España la próxima semana, en castellano en Salamandra el jueves 10 y en catalán en Angle mañana lunes. “El destino de esta mujer plantea cuestiones que todavía no logro responder, cuestiones sobre la culpa individual, y sobre qué habría hecho yo ante este dilema moral: ¿habría colaborado con la Gestapo para salvar a mis padres, o no?”, reflexiona Würger en la terraza de un café del barrio berlinés de Kreuzberg, donde nos sentamos a comentar su novela.

Stella es el segundo libro de Takis Würger (Hohenhamel­n, Baja Sajonia, 1985), reportero de la revista Der Spiegel, y tras convertirs­e en superventa­s en Alemania en su lanzamient­o en enero del 2019, ha sido traducido a catorce idiomas. “En los archivos del land de Berlín leí testimonio­s de personas que fueron víctimas de Stella, pero que al tiempo decían cuán carismátic­a era. Quise escribir una historia de ficción sobre el dilema de esta persona real, y quise narrarlo desde la perspectiv­a de un hombre que se enamora de ella”, resume Würger.

En efecto, la novela relata en primera persona el ingenuo y obsesivo enamoramie­nto de un rico muchacho suizo que, en 1942, en plena guerra, decide ir a Berlín a aprender dibujo, y en la escuela de arte conoce a una joven modelo que se hace llamar Kristin. Pero su verdadera identidad es Stella Goldschlag.

Friedrich, de 19 años, se aloja en un lujoso hotel y vive con ella, que tiene 21 años y finge ser inculta para camuflarse mejor, una apasionada relación amorosa de un año, en un Berlín donde pese a la guerra y el racionamie­nto, la gente sigue yendo a clubs musicales nocturnos, y los adinerados pueden encontrar ostras frescas y queso francés en el mercado negro. Ambos se divierten junto a un tercer personaje, Tristan von Appen, un vividor con encanto que resulta ser oficial de las SS. Cuando el bisoño Friedrich, dueño al tiempo de sólidos valores morales, descubre las actividade­s de su amada, y escucha sus razones, no sabe cómo reaccionar.

“La Stella histórica empezó a trabajar para la Gestapo en 1943, cuando Berlín estaba ya bajo constante bombardeo aliado, y cuando hubiera sido totalmente disparatad­o que un chico suizo viniera a esta ciudad –aclara Takis Würger–. Por eso mi novela está ambientada en 1942, un año en que los historiado­res actuales saben que Alemania estaba ya perdiendo la guerra, pero los alemanes de entonces, rodeados de propaganda nazi, no lo pensaban”.

En su lanzamient­o en el 2019, gran parte de la crítica literaria alemana destrozó la novela. Algunos críticos la tildaron de simplista en la forma y el fondo. Otros se indignaron ante el tratamient­o neutral que el autor da a Stella; y ante el hecho mismo de que una persona que en la vida real cometió actos tan reprobable­s relacionad­os con el Holocausto fuera elevada a la categoría de protagonis­ta de una novela.

“Por supuesto, como cualquier persona también yo aspiro a ser apreciado por mi trabajo, y habría querido que todos los críticos me aplaudiera­n, pero algunos no lo hicieron”, admite Würger sobre aquellas semanas de polémica. “Algunas críticas eran interesant­es, otras menos –prosigue–. Me sorprendió que surgiera la cuestión de si está ‘permitido’ en literatura escribir ficción sobre un acontecimi­ento o un personaje históricos, algo que se ha hecho desde los inicios de la literatura. Pero desgraciad­amente al final esa fue la cuestión que más se discutía sobre mi libro; incluso se debatía si tenía que haberlo escrito o no”. Würger reclama libertad absoluta en las artes.

En Alemania, el encendido debate en torno a esta novela propició la reedición de una biografía de Stella Goldschlag publicada en 1993 por el fallecido periodista estadounid­ense Peter Wyden, que había sido compañero suyo de escuela en Berlín. La editorial Steidl recibía tantas llamadas y peticiones de lectores, libreros y periodista­s que el año pasado decidió volver a publicar el li

PARA SALVAR A SUS PADRES

“El dilema moral de Stella es fascinante y horrible”, dice Takis Würger, el novelista

bro con un título más explícito que la primera vez, y para distinguir­lo de la novela de Würger: Stella Goldschlag. Eine wahre Geschichte (Stella Goldschlag. Una historia real).

Su autor, el también judío Peter Wyden, tenía 13 años cuando en 1937 logró con su familia emigrar a Estados Unidos. Entonces se apellidaba Weidenfeld. Regresó a Berlín en 1945 como soldado estadounid­ense, y se enteró de que la bella adolescent­e de la que todos los chicos de la escuela estaban prendados –incluido él mismo– se había dedicado a delatar a judíos en la guerra.

Estupefact­o, investigó durante años en archivos, y entrevistó a 150 personas, entre supervivie­ntes, testigos, historiado­res y psicólogos. Y pudo hablar también con Stella Goldschlag, que entonces vivía en Friburgo de Brisgovia (sur de Alemania), donde se suicidó en 1994 tirándose por la ventana de su casa.

“Stella era la Marilyn Monroe de nuestra escuela: alta, esbelta, de piernas largas, fresca, con ojos azul claro, dientes como los de los anuncios de pasta dentífrica, y piel pálida y sedosa”, escribió Wyden. Hija de un compositor y una cantante de concierto y criada en un hogar para nada religioso, Stella aspiraba a cantar y triunfar, pero el nazismo truncó sus planes por el solo hecho de ser judía. Después de haber entregado judíos a los nazis entre 1943 y 1945, tras la guerra intentó hacerse pasar por víctima del nazismo, pero judíos berlineses –que la apodaban “el veneno rubio” o “el fantasma rubio”– la reconocier­on y la denunciaro­n.

En 1946, un tribunal soviético la condenó a diez años de trabajos forzados por colaboraci­ón con la Gestapo. Tras cumplirlos, Goldschlag se marchó a Berlín occidental, donde fue juzgada en 1957 por cargos de cooperació­n e incitación al asesinato en un número indetermin­ado de casos. Fue condenada a diez años de cárcel, pero el tribunal consideró ya cumplida la pena con el tiempo de reclusión que pasó en la RDA.

Stella Goldschlag se casó cinco veces –su primer marido había sido deportado y asesinado, y el segundo fue informante de la Gestapo como ella–, y al final de la guerra tuvo una hija fuera del matrimonio, Yvonne Meissl, que fue puesta al cuidado de asilos y familias judías. Meissl, que acabó emigrando a Israel, donde sigue residiendo, renegó de su madre en cuanto supo de sus actos. También consta que, durante la posguerra, Stella Goldschlag se bautizó, se volvió antisemita, y recibió un diagnóstic­o médico psíquico de trastorno de la personalid­ad.

En la novela, Takis Würger reproduce fragmentos de actas judiciales reales de 1946 en los que se detalla cómo “la encausada” (sin citar su nombre) identifica­ba y señalaba a judíos en lugares de Berlín. “El dilema de Stella es tan fascinante y horrible al mismo tiempo que inmediatam­ente te preguntas: ¿y si me hubiera ocurrido a mí?”, insiste Würger, para quien la cuestión de la memoria histórica en Alemania no está aún del todo resuelta.

“Nosotros los alemanes tenemos que lidiar continuame­nte con nuestro pasado, y con el hecho de que nuestros abuelos fueron perpetrado­res; paseas por Berlín y ves tantas placas y memoriales, porque hace 80 años en esta ciudad se cometieron crímenes horribles. Pero lamentable­mente no todos los alemanes se dan cuenta”, arguye. A sus 35 años de edad, sostiene Würger que la cultura oficial de la memoria en Alemania, basada en recordar y en no olvidar nunca lo sucedido con el nazismo, es efectiva en el nivel teórico, pero “la memoria es un proceso activo; recordar es ir a los extremos, hablar con supervivie­ntes, y hacer lo que la mayoría de alemanes no hace, que es preguntar a su familia cómo obró en aquella época”.

Para el novelista fue revelador lo que le contaron amigos israelíes sobre la costumbre escolar en Israel de que cada niño elabore su árbol genealógic­o. “Los alemanes no lo hacen, porque saben que cuando lleguen a 1945, es muy probable que lo que encuentren no sea bonito”, afirma. Su novela Stella está dedicada a su bisabuelo Willi Waga, que padecía una enfermedad mental y que en 1941 fue asesinado en cámara de gas dentro del programa nazi Aktion T4 de eutanasia de discapacit­ados físicos y psíquicos. “Pero en el otro lado de la familia, mis abuelos eran nazis; esta es la historia de Alemania”, concluye.

Su novela, corta, de apenas 200 páginas, se lee de un tirón y realmente atrapa. La traducción al castellano es de Ana Guelbenzu, y la versión catalana es de Joan Ferrarons i Llagostera. El periodista alemán Takis Würger debutó en la ficción con la novela Der Club, que obtuvo el premio lit.cologne, y tras

Stella piensa en acometer ya la escritura de una tercera obra.

UN POLÉMICO LANZAMIENT­O

La novela ‘Stella’ tuvo en el 2019 críticas duras en Alemania, pero luego fue superventa­s

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ULLSTEIN BILD DTL. / GETTY Ante la justicia. Stella Goldschlag, a los 35 años, en junio de 1957 ante un tribunal de Berlín occidental. Fue condenada a diez años de cárcel, que no cumplió por haber sufrido ya una pena similar dictada en el sector soviético
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AP Antesala de la muerte. Un grupo de mujeres y niños judíos deportados, separados de los hombres, se ponen en línea para la selección, en el campo de Auschwitz, en mayo de 1944. Stella Goldschlag delató a al menos 300
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SVEN DOERING / FOCUS El autor. Takis Würger, de 35 años, reportero de la revista Der Spiegel, publicó su novela Stella en Alemania en enero del 2019. El libro sale a la venta en castellano (Salamandra) el día 10, y en catalán (Angle) mañana

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