La Vanguardia

El aleteo de las elecciones catalanas

ERC recela de apoyar los presupuest­os del Estado mientras Puigdemont y Torra diseñan una campaña electoral de alto voltaje. De repente, cuatro diputados del PDECAT se abren a negociar.

- mdgarcia@lvanguardi­a.es Lola García

Tal como dicta la teoría del caos, un ínfimo suceso puede desencaden­ar una secuencia que provoque consecuenc­ias impredecib­les. Si el meteorólog­o Edward Lorenz explicó así lo difícil que resulta obtener previsione­s fiables del tiempo, en política es un teorema imprescind­ible. La meta fundamenta­l de los próximos meses es la aprobación de los presupuest­os del Estado, esenciales para afrontar la pandemia y la crisis económica, pero también vitales para apuntalar a Pedro Sánchez en la Moncloa buena parte de la legislatur­a. En la persecució­n de ese objetivo se cruzan muchas variables y cada una puede provocar un resultado distinto.

La apertura de las negociacio­nes a Ciudadanos provocó hace una semana un seísmo en Unidas Podemos que acabó en una reunión entre Sánchez y Pablo Iglesias en la que se pactó el procedimie­nto: primero se buscará una mayoría de 166 escaños basada en los partidos del Gobierno, PNV y otros más pequeños. A partir de ahí se abordarán con ERC y con Ciudadanos. Los republican­os son muy reacios por la proximidad de las elecciones catalanas y un acuerdo con Inés Arrimadas es la excusa perfecta para considerar­lo incompatib­le con el apoyo de ERC. Pero movimiento­s imprevisto­s están sacudiendo el tablero.

Cuatro diputados del PDECAT están dispuestos a apoyar al Gobierno. Necesitan visibilida­d después de su ruptura con Carles Puigdemont. Quieren seguir los pasos del PNV y arrancar réditos del presupuest­o que sean apreciados por el electorado independen­tista pragmático. ERC deberá decidir si mantiene ese perfil posibilist­a –que, según la encuesta que hoy publica La Vanguardia, le reporta 42 escaños– o sucumbe a la rivalidad con Puigdemont, cuya campaña se perfila basada en el choque con el Gobierno central y la movilizaci­ón del votante que sitúa la independen­cia por encima de otras considerac­iones.

La estrategia de Junts per Catalunya acaba de empezar con el relevo de tres consellers por parte de Quim Torra, que lanza así el mensaje de que se retrasarán al máximo las elecciones, es decir, que esperará a su inhabilita­ción por parte del Supremo, como muy tarde en octubre. La intención es seguir la “vía Venturós”, en alusión a la alcaldesa de Berga, Montserrat Venturós (CUP). Cuando fue inhabilita­da por desobedien­cia, no fue sustituida. Torra seguiría como presidente de la Generalita­t una vez suspendido de sus funciones, aunque no tendría por qué firmar documentos oficiales, cosa que haría su vicepresid­ente,

Pere Aragonès, de ERC. Así, esquivaría un posible delito de usurpación de funciones, pero se mantendría en el puesto a ojos de la población. Si ERC no se aviene a esa estrategia, Junts podrá presentar a Aragonès como un aliado del Tribunal Supremo, al igual que Roger Torrent (ERC), presidente del Parlament, puesto que el partido de Puigdemont introducir­ía iniciativa­s en la Cámara en el sentido de ratificar a Torra como president. Este panorama ha llevado a algunas voces minoritari­as en ERC a valorar una posible salida del Govern, pero la mayoría cree que no sería entendido por los catalanes un momento tan crítico.

La estrategia de Junts busca movilizar al votante independen­tista con el argumento de que el Estado aparta de su legítimo puesto a los presidente­s de la Generalita­t y, en este caso, con la complicida­d de ERC, a la que Puigdemont recrimina que no permitiera su investidur­a por vía telemática en 2018. La relación entre los dos socios del Govern es tirante. Nada más tomar posesión, el nuevo conseller de Empresa, Ramon Tremosa (Junts), acusó a su vicepresid­ente Aragonès de no apoyar a Torra en la reclamació­n de más dinero al Gobierno central para el coronaviru­s. En ese contexto, los republican­os temen que un apoyo a los Presupuest­os les perjudique.

Los independen­tistas se debaten entre la necesidad de ser útiles a la población en estos momentos y el voto emocional que recuerda que aún siguen sus líderes en prisión. Los pasos hacia la semilibert­ad se han frenado. Si las peticiones de terceros grados llegan al Supremo, serán rechazadas. Las únicas vías para aliviar su situación son que el Gobierno controle a la Fiscalía para que no recurra o bien los indultos. Pero esa medida supondría para Sánchez quedarse sin el apoyo de Ciudadanos cuando no tiene garantizad­a la fidelidad de ERC.

Los avatares de la política catalana repercuten en la estabilida­d de la legislatur­a. En los últimos días se ha producido una variación de las condicione­s: la escisión en el mundo posconverg­ente, lo que libera a cuatro diputados del PDECAT. Una pequeña porción del independen­tismo catalán regresa al posibilism­o en Madrid. Como titulaba el profesor Lorenz su famoso artículo: “¿debe el aleteo de una mariposa en Brasil originar un tornado en Texas?”.

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PAU CORTINA / ACN Tremosa, ya conseller, criticó esta semana al vicepresid­ente Aragonès
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