Mario Abdo
Presidente de Paraguay
El presidente de Paraguay se implicó directamente en un ataque del ejército contra la guerrilla del EPP, acción que acabó con la muerte de dos niñas de 11 años. Un hecho calificado por la ONU de “gravísimo”.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo, está en el punto de mira tras la muerte de dos niñas de 11 años –Lilian y Carmen–por disparos del ejército en una operación contra un campamento de la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) ocurrida el miércoles en una zona fronteriza con Brasil. El escándalo ha ido creciendo, pues organizaciones sociales, la Iglesia Católica, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o la ONU ven un posible crimen contra los derechos humanos al abatir los militares a las dos menores y hacerlas pasar por guerrilleras. El fin de semana se produjeron protestas en Asunción.
El representante regional de la comisión de DDHH de la ONU, Jan Jarab, calificó el hecho de “gravísimo” tras recibir “información inquietante” sobre la posible manipulación del escenario en el que ocurrieron las muertes. Jarab solicitó una investigación “sin demora y de forma imparcial”. La reacción del gobierno fue mantener su versión y descalificar al delegado de la ONU. El ministerio de Exteriores informó de la decisión de “retirar la confianza al señor Jarab”.
El contraataque del ejecutivo se explica porque el propio presidente Abdo se implicó directamente en el ataque del ejército, fotografiándose en el campamento guerrillero junto a los militares y con una pistola en la cintura. El mandatario calificó entonces de “exitoso” el operativo y tuiteó: “Dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos”. Dos días más tarde, Abdo culpó al EPP de la muerte de las niñas por utilizarlas “de manera cobarde”.
No obstante, en un comunicado el gobierno lamentó el sábado “el fallecimiento de dos menores de edad”, pero insistió en la “condena al reclutamiento de menores por parte del EPP”.
La versión oficial asegura que las jóvenes –de nacionalidad argentina– tenían aproximadamente entre 16 y 18 años y fueron abatidas con ropa de combate y portando armas de fuego. Sin embargo, las autoridades argentinas señalaron que las dos niñas tenían 11 años y eran la hija y la sobrina de Osvaldo Villalba y Magna Meza, la pareja que lidera el EPP, una pequeña organización de un centenar de miembros que opera en el norte de Paraguay extorsionando y secuestrando a granjeros, y cooperando con el narcotráfico brasileño. El ministerio de Exteriores argentino también ha pedido explicaciones al gobierno de Abdo.
Al parecer, en el campamento había una docena de guerrilleros, incluidos Villalba y Meza, que escaparon. La madre de Lilian, Míriam Villalba, denunció que las niñas fueron torturadas, vestidas con ropas militares y ejecutadas.