Riad reduce la condena para los asesinos de Khashoggi
Un tribunal de apelación saudí rebajó ayer sustancialmente las penas de todos los condenados por el asesinato de Jamal Khashoggi. La sentencia de diciembre pasado debía ser revisada y las penas de muerte conmutadas, según la ley saudí, después de que los hijos del periodista perdonaran a los autores del crimen en marzo.
El fiscal anunció como definitiva la sentencia revisada de ayer, que incluye cinco penas a veinte años de cárcel, tres a diez años y dos a siete.
Khashoggi fue asfixiado y descuartizado hace dos años en su propio consulado en Estambul. Sus restos nunca han sido hallados. El periodista saudí necesitaba arreglar sus papeles para poder contraer un nuevo matrimonio, con una ciudadana turca.
Sus críticas en The Washington Post a las purgas del príncipe heredero saudí, Mohamed ben Salman, habrían atraído la ira de este, tanto como su proximidad a foros dominados por Turquía y Qatar, sus adversarios regionales.
Hace dos meses, un juez de Estambul abrió un juicio paralelo, imputando en rebeldía a veinte ciudadanos saudíes. Además de los asesinos que se desplazaron a la metrópolis turca siguiendo órdenes, también han sido imputados, “por asesinato premeditado”, el número dos de la inteligencia saudí, Ahmed al Asiri, y el consejero de seguridad de Bin Salman,
Saud al Qahtani. Este último ni siquiera ha sido investigado en el reino, mientras que el primero fue liberado “por falta de pruebas”. De hecho, la justicia saudí ni siquiera ha difundido el nombre de los reos, que han sido juzgados a puerta cerrada.
Jamal Khashoggi, de ascendencia turca, no era un disidente, ni podía permitírselo, sin un clan saudí capaz de vengarle. Por mucho que fuera nieto del médico del rey Abdulaziz, sobrino del traficante de armas Adnan Khashoggi y primo de Dodi al Fayed.
El exdirector de diarios oficialistas se recicló en mano derecha del superespía saudí, príncipe Turki al Faisal, cuando este aceptó la embajada en Washington, después del 11-S. Ahora la CIA acusa a Bin Salman de estar tras su muerte.
El perdón de los hijos del periodista saudí obligaba a conmutar las cinco penas capitales