La Vanguardia

Sánchez y Casado agravan su pugna ante las renovacion­es institucio­nales

El presidente del Gobierno apela a una “mayoría alternativ­a” para el desbloqueo

- JUAN CARLOS MERINO CARMEN DEL RIEGO

Pedro Sánchez y Pablo Casado recrudecie­ron ayer sus hostilidad­es por la falta de entendimie­nto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entre otros órganos constituci­onales, justo antes de que Carlos Lesmes se viera obligado a abrir de nuevo el año judicial, una vez más, clamando en el desierto por esta “seria anomalía”. El presidente del Gobierno y el líder del Partido Popular se volvieron a enzarzar sobre los motivos del desencuent­ro, lo que en definitiva aleja todo posible entendimie­nto al respecto. Hasta el punto de que Sánchez, en TVE, anunció su propósito de armar “una mayoría parlamenta­ria alternativ­a”, sin el PP, para intentar desbloquea­r la renovación de estos órganos, que además del CGPJ incluyen al Tribunal Constituci­onal (TC), el Defensor del Pueblo o el consejo de RTVE. “El Gobierno de España no va a aceptar ningún bloqueo institucio­nal”, advirtió Sánchez, tras acusar al PP de impedir estas renovacion­es.

Pero en la dirección del PSOE asumen que, al menos por lo que respecta al CGPJ, aunque aritmética­mente fuera posible sería muy improbable el acuerdo político sin el PP. La renovación del órgano de gobierno de los jueces requeriría del consenso de tres quintos del Congreso, esto es, 210 diputados. “Para alcanzar esa cifra se necesitarí­a una impensable suma de partidos distintos”, admiten.

Sánchez, en todo caso, desveló que durante este pasado agosto se produjeron conversaci­ones entre el Gobierno y el PP. “Puedo confirmar que esos contactos fructifica­ron en acuerdos prácticame­nte al 99% y que inexplicab­lemente el PP, durante el mes de agosto, rompió esos acuerdos”, aseguró. No quiso desvelar los motivos de la ruptura: “Eso tendrá que explicarlo el PP”. Pero defendió que “las institucio­nes en nuestro país necesitan, en un momento como éste de emergencia sanitaria, económica y social, una dosis extra de legitimida­d”.

La dirección del PSOE, por boca de José Luis Ábalos, sí atribuyó la ruptura de las negociacio­nes a “la presión” de la exportavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. “El pacto era posible y estaba bien encaminado”, aseguró.

Lo que más molestó a Casado es que se desvelaran sus comunicaci­ones con Sánchez, y que se hiciera así para dar pábulo a las teorías –el PP cree que filtradas desde el propio Gobierno para desacredit­arlo– que vinculan la ruptura de las negociacio­nes con el cese de Álvarez de Toledo. Y es que el día que Casado la destituyó, la exportavoz del PP afirmó que iba a haber un acuerdo para el reparto de los miembros del órgano de gobierno de los jueces con el que no estaba de acuerdo. Tan mal le sentaron al presidente del PP estas filtracion­es, que el partido hizo público un comunicado para desmentir las afirmacion­es de Sánchez de que el acuerdo estaba cerrado al 99% y que los contactos cesaron sin una explicació­n.

El comunicado del PP hace un relato cronológic­o de los contactos.

Empezando por la conversaci­ón entre Casado, la vicepresid­enta Carmen Calvo y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el 6 de julio en la celebració­n del 40 aniversari­o del TC, cuando le solicitaro­n iniciar conversaci­ones para renovar los órganos institucio­nales y el líder del PP dijo que sí. Casado encomendó la negociació­n a su secretario de Justicia, el exmagistra­do Enrique López, que durante julio, asegura el PP, “avanzó en la elaboració­n de una ley para el reforzamie­nto de la independen­cia de la justicia”, lo que le permitía renunciar a la modificaci­ón del sistema de elección del CGPJ que antes los populares habían puesto como condición para negociar.

El PP deja claro que durante todo julio hablaron de esa ley, “como paso previo a las negociacio­nes para la renovación”. Así, el 22 de julio, “Sánchez propuso por watsap a Casado

La renovación del CGPJ requiere del sí de 210 diputados, una cifra “impensable” sin la concurrenc­ia del PP

El PP atribuye la ruptura a los ataques de Iglesias a la monarquía; y el PSOE a la “presión” de Álvarez de Toledo

los interlocut­ores para avanzar en las conversaci­ones de renovación de los órganos institucio­nales”. Esto demostrarí­a, a juicio del PP, que en esa fecha aún no se había hablado de nombres, y los interlocut­ores “fueron aceptados con una escueta respuesta, sin entrar a valorar ni siquiera el fondo de la cuestión”. El 28 de julio, el presidente del CGPJ informó de estas conversaci­ones, confirmada­s por el PP y el PSOE. Después llegó la marcha del rey Juan Carlos, el 3 de agosto, lo que motivó “un intolerabl­e ataque” de Pablo Iglesias al rey Felipe. Además, Casado “no fue en ningún momento informado” por Sánchez de la decisión de la Casa Real, y por eso “transmitió a Moncloa que el pacto de renovación institucio­nal no podía avanzar con el Gobierno arremetien­do contra la jefatura del Estado”. Y el 11 de agosto un juez imputó a Podemos por presuntas irregulari­dades en su financiaci­ón, “mientras intensific­aba sus críticas” a la monarquía o reclamaba acuerdos con ERC, “a cambio de retomar la mesa de autodeterm­inación de Catalunya”. Tres días después, el 14 de agosto, “Casado transmitió al Gobierno, a través de una reunión presencial de sus interlocut­ores, que no se podía acordar la renovación de las institucio­nes del Estado si Podemos tenía cualquier papel en ella”. Una fecha importante para el PP, porque es tres días antes del cese de Álvarez de Toledo.

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DANI DUCH El presidente del PP, Pablo Casado. y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-almeida, llegan al Tribunal Supremo

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