La Vanguardia

El Parlament conmemora su 40.º aniversari­o en un “contexto difícil”

Torrent lamenta la ausencia de Forcadell, en prisión por una “causa política”

- JULIO HURTADO Sergi Pàmies

Tal vez, como dice el tango, cuarenta años no sean nada, pero las nieves del tiempo casi nunca han llegado a platear las sienes de las institucio­nes españolas, históricam­ente sometidas a rupturas y restauraci­ones, pronunciam­ientos, guerras civiles y cambios de régimen que no las dejaban madurar, por lo que el cuadragési­mo aniversari­o del Parlament, creado en 1932, en la Segunda República, y recuperado en la transición, en 1980, después del largo paréntesis de la dictadura franquista, es un logro democrátic­o que debe celebrarse pese a la situación gravemente anómala de la política catalana actual.

Así al menos se decidió que sucediera ayer en el viejo arsenal de la Ciutadella reconverti­do en sede de la soberanía del pueblo de Catalunya, donde el presidente de la institució­n, Roger Torrent, presentó un acto de reconocimi­ento a todos los diputados, 919 en total, que durante los últimos cuatro decenios han ocupado alguno de los 135 escaños del hemiciclo. Torrent lamentó la ausencia de su predecesor­a, Carme Forcadell, que cumple 900 días sin libertad por una “causa política”, recordó. Pese a este “contexto complicado”, dijo Torrent, el “sentido institucio­nal” obliga a conmemorar “con orgullo” que el Parlament lleva “cuarenta años construyen­do Catalunya”, como reza el lema del acto.

La primera de los diferentes protagonis­tas de las once legislatur­as que han transcurri­do en tomar la palabra fue Concepció Ferrer, una de las primeras ocho mujeres que fueron elegidas diprimera putadas, que tuvo un recuerdo para dos “luchadores por la democracia”, el democristi­ano Miquel Coll i Alentorn y el comunista Antoni Gutiérrez Díaz.

Francesc Codina, que participó en la elaboració­n de la Constituci­ón y la habilitaci­ón del Parlament, situó aquel periodo entre los más felices de su vida, mientras que Dolors Montserrat, la mujer que fue portavoz de un grupo parlamenta­rio, recordó la concordia que imperaba, hoy añorada, en sus 27 años en la “casa de todos los catalanes”.

Manuela de Madre, pionera en presidir un grupo parlamenta­rio, rememoró la sesión inaugural, que siguió emocionada por televisión, e hizo un llamamient­o a recuperar aquel espíritu primigenio de unidad. Y Ernest Benach, en representa­ción de los expresiden­tes del Parlament, glosó la “historia trágica” de la institució­n desde sus orígenes hasta hoy, con la expresiden­ta Forcadell condenada por sedición.

Algunos explicaron anécdotas y otros se mostraron más solemnes, pero todos destacaron el inmenso honor de haber sido representa­ntes de la ciudadanía.

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QUIQUE GARCÍA / EFE Manuela de Madre durante su discurso en el acto institucio­nal
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