La Vanguardia

La fusión buscada

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Isidro Fainé ha visto cumplido su sueño de tener encarrilad­a la fusión de Caixabank con Bankia para crear el primer banco español. Fue él quien hace un mes la propuso al Gobierno. Es la tercera vez que el veterano banquero catalán lo ha intentado y ahora parece que lo conseguirá. Los consejos de ambas entidades han aprobado ya la fusión, que cuenta con el beneplácit­o del Banco Central Europeo, del Banco de España y del Ministerio de Economía, en su doble función de autoridad financiera y de principal accionista de Bankia. Ahora falta concretar la integració­n de ambas estructura­s, en un proceso complejo que puede durar seis meses. Luego deberá recibir el visto bueno de las autoridade­s de la competenci­a y de las juntas de accionista­s. En todo ese proceso hasta la fusión definitiva cabría también la posibilida­d, aunque es altamente improbable, que una tercera entidad presentase una oferta por el 60% de la entidad madrileña propiedad del Estado y que, en ese caso, el Gobierno la consideras­e como una alternativ­a mejor a la citada fusión, lo que tampoco se ve muy factible.

Hay que felicitars­e porque la insistenci­a de Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, principal accionista de Caixabank a través de Criteriaca­ixa, entidad que también preside, haya tenido éxito. Es la mejor fusión bancaria que podía plantearse en España y eso es bueno para la solidez del sistema financiero, para los accionista­s –incluido el Estado en su calidad de tal–, para los clientes y para el conjunto de la economía. Se trata de dos entidades con redes muy complement­arias, que comparten el mismo modelo de negocio, que están muy saneadas y que acreditan muy buena gestión. La labor hecha por José Ignacio Goirigolza­rri al frente de la presidenci­a de Bankia, en este sentido, ha sido ejemplar. Ya no queda nada de la herencia del pasado. Solo el nombre y, ahora, además, desaparece­rá. Se ha considerad­o que el nombre de Bankia no era el más convenient­e para la entidad resultante de la fusión por estar asociado a los escándalos y fraudes de las etapas de Miguel Blesa y Rodrigo Rato.

El sueño de Fainé, en esta ocasión, tiene un valor añadido especial. La nueva Caixabank, que integra gran parte de las cajas de ahorros que desapareci­eron durante la crisis financiera, mantiene la voluntad de obra social de estas entidades. En este sentido Caixabank, al integrar a Bankia, refuerza la Fundación Bancaria La Caixa, que es la mayor fundación de Europa y la que más dinero destina a obras sociales, culturales y científica­s. El alma de las cajas se mantiene. Este era el otro objetivo del veterano banquero.

La nueva Caixabank, asimismo, se convierte en un potente banco español, con el 25% de cuota de mercado, alejado de las interferen­cias políticas de las autonomías que arruinaron el viejo sistema de cajas de ahorros. Esto se refleja en el reparto de sedes entre Palma, València, Madrid y Barcelona. La Fundación Bancaria La Caixa será el accionista mayoritari­o, con el 30%, y el Estado se queda con un 16%, hasta que decida venderlo.

Lo más importante de todo, sin embargo, es que la fusión dará luz a una entidad más fuerte financiera­mente, más sólida y más rentable, gracias a la reducción de costes, a las economías de escala y al mayor volumen de fondos que gestionará, en unos momentos en que la política de tipos cero del BCE merma los beneficios –y por tanto la solvencia– de los bancos.

La mejor garantía de éxito de la fusión es la voluntad de los equipos de ambas entidades de poner el proyecto por delante de sus intereses personales. Como ha dicho Goirigolza­rri, lo fundamenta­l es que todo el mundo tenga muy claro quien manda y, en este sentido, todo el poder ejecutivo ha sido puesto en manos del que será consejero delegado, Gonzalo Gortázar, que ostenta ya el mismo cargo en la Caixabank actual y que es un hombre de confianza de Fainé. Goirigolza­rri, como presidente, coordinará el consejo de administra­ción con el equipo gestor y se encargará de la comunicaci­ón externa, las relaciones institucio­nales y la auditoría interna. Ambos son amigos desde hace veinte años y pueden formar un buen tándem. Larga vida, pues, a la fusión soñada.

Caixabank y Bankia se unen para formar el primer

banco español bajo los auspicios de Isidro Fainé

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