La Vanguardia

El país de los 250 quesos

- Màrius Carol

El general Charles De Gaulle aceptó ponerse al frente del país a cambio de que se aprobase una nueva Constituci­ón que ampliara los poderes del presidente, lo que obligó a la Asamblea Nacional a cederle soberanía, dando lugar a la V República. Por aquellos días, De Gaulle pronunció una frase que se hizo célebre: “¿Cómo se puede gobernar un país con 246 variedades de quesos?”. El queso tenía una fuerza metafórica evidente, con la que quería resaltar lo difícil que era poner de acuerdo a los franceses, al tiempo que proponía ceder atribucion­es para que el presidente de la República pudiera aglutinar voluntades sin estar sometido a la disparidad de criterios.

Por los mismos días, Josep Pla se lamentaba en uno de sus artículos de la escasa industria quesera catalana, pero lo cierto es que en la actualidad se vive una edad de oro de este producto, hasta el punto de que existen 250 variedades catalanas, según Prodeca. Así que cualquier día oiremos la frase del general francés atribuida a Catalunya. De hecho, en la sesión parlamenta­ria

ERC y la CUP quieren elecciones, pero votaron en contra

de convocarla­s

del pasado viernes se perdió una oportunida­d para pronunciar­la en la tribuna de oradores. Solo así se explica que dos formacione­s como ERC y la CUP, que han estado pidiendo elecciones al president Quim Torra –quien, por cierto, dio hace ocho meses la legislatur­a por acabada–, votaran en contra de las propuestas de resolución de Cs, PP y Comuns pidiendo ir a las urnas. Los republican­os, que son los que más desean unas elecciones cuanto antes, justificar­on su postura en que la oposición solo pretende desgastar el Govern y no desean hacerles el juego. Así que prefieren hacérselo a Carles Puigdemont, que necesita ganar tiempo para estructura­r su partido. ¿No habría llegado el momento de pensar un poco en los retos que tiene por delante el país, empezando por su reconstruc­ción, que necesitará un gobierno fuerte y cohesionad­o? La respuesta es obvia, pero nadie quiere que le llamen traidor o que le acusen de querer dividir el independen­tismo. Y así seguiremos, haciendo de la desconfian­za virtud y de la parálisis política, la dinámica de los días.

La sentencia de Tribunal Supremo puede dejar a Catalunya sin president, pero las elecciones no se convocarán antes de febrero. La diputada de los Comunes Susanna Segovia calificó el Govern de “zombi”. El problema es del exceso de quesos, pues, como en la IV República Francesa, la evidencia es que aquí no manda nadie.

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