La Vanguardia

La segunda ola del virus castiga una UE sin plan común

Los expertos habían insistido en que sería inevitable que los contagios por Covid-19 volvieran a subir

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Los avisos se han sucedido uno tras otro, los científico­s advirtiero­n de los que se venía encima. Y sus profecías se están cumpliendo, pero habiéndolo­s convertido en Casandras con bata blanca, no los hemos escuchado suficiente. O tal vez se ha focalizado el esfuerzo en la respuesta inmediata y no lo bastante en preparar la de medio plazo.

Ya en mayo, los expertos alertaban que la segunda ola del coronaviru­s sería inevitable. “La pregunta es cuándo y cómo de grande, ésta es la pregunta”, dijo entonces la directora del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedad­es (ECDC), Andrea Ammon. La misma experta, que dirige esta agencia donde la Unión Europea analiza los datos de la Covid-19, advirtió este pasado miércoles que estamos volviendo a los niveles de marzo. “El virus no ha estado durmiendo durante el verano. No ha tomado vacaciones”, dijo la doctora Ammon.

Esta advertenci­a cobró aún más fuerza con una segunda alerta en solo dos días. Fue el jueves, cuando el director de la OMS para Europa, Hans Kluge, advirtió que el nivel de transmisió­n había llegado a niveles alarmantes. El número de casos diarios se sitúa entre los 40.000 y 50.000 en la zona Europa de la OMS, cuando en abril se había llegado a un récord de 43.000 contagios. El récord absoluto se produjo el 11 de septiembre, con 54.000 contagios en 24 horas. “Las cifras de septiembre deberían servir de alarma para todos”, afirmó Kluge, que añadió que el mayor número de test que ahora se llevan a cabo no lo explica todo. “Aunque estos números reflejan que se han hecho más test, también muestran tasas alarmantes de transmisió­n en la región”, concluyó el responsabl­e de la OMS.

Los datos de la agencia europea (ECDC) lo corroboran. La tasa de notificaci­ón de nuevos casos ha aumentado durante más de 50 días consecutiv­os, con más de la mitad de los países de la UE experiment­ando incremento­s de contagios. Y la ampliación del número de test no es la única razón que lo explica. Otra causa es la relajación de la distancia física y otras medidas preventiva­s, según la agencia, que recuerda que en un momento en que se reabren las escuelas y se intensific­an las actividade­s en interiores, este incremento de contagios es un recuerdo de que la pandemia está muy presente.

España se sitúa en cabeza de todas las listas, del número total de contagios, con 640.000, y también de la marcada tendencia al alza de los últimos días. Fijándonos en los últimos 14 días, tiene una tasa de 300,5 nuevos casos por cada 100.000 habitantes. Le sigue Francia, con una tasa de 185,8 y después ya se baja substancia­lmente con el Reino Unido (69,3) y aún más con Italia (33,5) y Alemania (25,8), según los datos actualizad­os de ayer de la agencia europea. Para tener una referencia, cuando la Comisión Europea propuso el 4 de septiembre un código de colores para identifica­r a las zonas de alto riesgo, un criterio era que se hubieran producido más de 150 casos por 100.000 habitantes. Ahora mismo, España lo duplica.

La agencia recomienda test masivos en comunidade­s locales con altas tasas de contagio. Sería el caso de Madrid. Según la situación epidemioló­gica, el tamaño y la densidad de la población de estas áreas afectadas intensamen­te, los test masivos “serían menos disruptivo­s para la sociedad que tener que introducir y asegurar el cumplimien­to de medidas más rigurosas”.

En la respuesta global a la pandemia, la UE sigue siendo un puzle de medidas tomadas por cada país, solo matizado por los intentos de

ESPAÑA ES ZONA MUY ROJA Tiene 300,5 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la tasa más alta de la UE

CÓDIGO DE COLORES EUROPEO Los 27 aún no han acordado los criterios comunes para señalar las zonas de riesgo

coordinaci­ón desde Bruselas. “Se tiene que combatir la pandemia con medidas locales y estrategia­s globales”, dicen fuentes europeas que subrayan que la UE no tiene competenci­as en salud y fronteras.

Aún sigue debatiéndo­se la propuesta de la Comisión Europea del 4 de septiembre de elaborar un código de colores común en toda la UE sobre zonas de riesgo y restriccio­nes de viaje. Este jueves, los embajadore­s de los 27 países consensuar­on los criterios de base para medir la pandemia: la tasa de nuevos casos y la de test realizados por 100.000 habitantes y el ratio de test positivos. A estos criterios se sumarán los datos de población, hospitaliz­ación, UVI y mortalidad, si es posible con periodicid­ad semanal.

En cambio, aún no hay acuerdo sobre el código de color común, y sobre la distribuci­ón a nivel nacional o regional. “La recepción positiva del informe por los embajadore­s nos anima a continuar con los esfuerzos de coordinaci­ón a toda velocidad”, indicaron portavoces de la presidenci­a alemana de la UE.

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LA VANGUARDIA
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INA FASSBENDER / AFP Protesta en Duseldorf contra las medidas anti-covid-19 del Gobierno

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