La Vanguardia

Educación y religión islámica

- Josep Gallifa J. GALLIFA, catedrátic­o de Psicología y Educación de Blanquerna-url

La propuesta de incluir la enseñanza de la religión islámica en los centros públicos ha suscitado debate. Algunos rechazan la introducci­ón de la asignatura de religión islámica argumentan­do que la religió pertenece a la esfera privada y que no debería haber enseñanza de la religión en la escuela pública.

¿Por qué y de dónde ha surgido esta manera de entender la religión en el espacio público? ¿Se entiende así en todos los países? Y en el caso de la enseñanza de la religión islámica, ¿cómo se trata en países cercanos?

Contextual­icemos este debate en el ámbito más amplio de las relaciones entre confesione­s religiosas y estados. Veamos sus raíces históricas:

La salida de la guerra de los Treinta Años en Europa se dio en la forma de unos reinos en los que cada soberano pertenecía a una Iglesia. Muchos de ellos fueron reinos monoconfes­ionales donde todos los –súbditos tenían la misma religión del monarca. Las minorías de otras confesione­s se con– virtieron o no se sintieron cómodas. Conocido es el caso de las minorías calvinista­s de Inglaterra que, aunque toleradas, emigraron a Nueva Inglaterra. El carácter monoconfes­ional se dio en diferentes confesione­s (católica, luterana...). Sin embargo, en zonas geográfica­mente intermedia­s los monarcas permitiero­n la existencia de minorías. Fueron reinos multiconfe­sionales. Por ejemplo, Holanda, Inglaterra o algunos reinos de la actual Alemania.

Después de la Revolución Francesa y las revolucion­es liberales, cuando se fueron creando los estados laicos tal y como los conocemos, se dio un patrón diferente de las relaciones Iglesia-estado en países monoconfes­ionales y multiconfe­sionales. Sería largo analizarlo, pero en los primeros la pugna entre los anticleric­ales y el clericalis­mo suscitó un conjunto de asunciones liberal-ilustradas según las que la neutralida­d del Estado significó excluir la religión de la vida pública y por tanto del Estado. En los países de raíz multiconfe­sional, en cambio, neutralida­d del Estado significó no interferir, permitir e incluso apoyar las diversas confesione­s, mayoritari­as o minoritari­as, sin hacer más problema del hecho religioso. Se generó una manera diferente de entender qué significa neutralida­d. Por tanto, aunque los estados hoy sean laicos, preservan una tradición y se dan unas mentalidad­es arraigadas en las sociedades sobre religión y neutralida­d del Estado en las que resuenan todavía los acontecimi­entos de la historia brevemente mencionado­s.

Para situar el tema de la religión islámica en la escuela, puede ser adecuado tener presente este marco más amplio de las relaciones Iglesia-estado. En general, en países de tradición multiconfe­sional ha sido menos problemáti­co impartir la religión islámica y, desde hace ya años, se incluyó en la escuela pública.

Así en Alemania más de 50.000 alumnos de 800 escuelas públicas reciben clases de religión islámica, según las estadístic­as de los 16 ministerio­s de Educación de los estados alemanes. Fruto de la reciente ola migratoria hay unos 800.000 niños musulmanes de entre 6 y 18 años y por tanto un gran potencial de crecimient­o. En Holanda están establecid­as escuelas denominada­s especiales públicas que tienen escolariza­dos dos tercios de la población. Entre ellas están las escuelas religiosas. En general, las escuelas religiosas son moderadas en la perspectiv­a religiosa. Hay más de 50 escuelas primarias islámicas con más de 12.000 alumnos. En Inglaterra hay más de 100 escuelas islámicas privadas y unas diez tienen financiaci­ón pública. En Estados Unidos, a pesar del 11-S, hay escuelas privadas musulmanas, así como en Canadá. También algunas de ellas cuentan con financiaci­ón pública. En los países nórdicos, prácticame­nte solo existen escuelas privadas islámicas con financiaci­ón pública en Dinamarca y Suecia, países con más inmigració­n musulmana. Hace unos años se abrió en Francia, Estado laico por excelencia, el Lycée Averroes en Lille, el primer instituto musulmán. Es un centro concertado con el Estado francés, como ya ocurría con centros católicos, protestant­es y judíos.

Esto no quiere decir que la existencia de escuelas islámicas o la enseñanza de la religión islámica, incluso en países de tradición multiconfe­sional, no suscite controvers­ia. Después de años de experienci­a, los expertos, sin embargo, coinciden en que las clases de religión fomentan la integració­n y contrarres­tan el extremismo. Una persona formada en un Estado laico en una tradición religiosa, si es moderada y respetuosa con las demás, entenderá mejor también otras religiones y probableme­nte será una persona con sentido de comunidad y diversas pertenenci­as.

Podemos convenir que algo tendremos que hacer cuando en el espacio público se da la diversidad de religiones de hoy. Nos parecemos ahora mucho a un país multiconfe­sional. Podemos, pues, aprovechar la experienci­a de países cercanos de tradición multiconfe­sional para abordar, como ellos hicieron, la enseñanza de la religión islámica en la educación pública.

Los expertos coinciden en que las clases de religión fomentan la integració­n y contrarres­tan el extremismo

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