La Vanguardia

LA CIUDAD INVADE EL MONTSENY

La llegada del otoño pone al límite la capacidad de un espacio natural cada vez más masificado

- David Guerrero Fogars de Montclús

Con bares y restaurant­es cerrados, miles de personas buscaron ayer alternativ­as festivas en la naturaleza aprovechan­do la soleada jornada. El Montseny fue uno de los destinos favoritos y registró una auténtica invasión desde primera hora de la mañana. Pese a las llamadas a la prevención, miles de personas compartier­on el paseo.

Los bares están cerrados pero la montaña permanece abierta. De menú del día en el Montseny tienen castañas, setas y unos colores otoñales que arrasan en Instagram. La oferta atrae a miles de personas de la región metropolit­ana de Barcelona. Tantas, que un fin de semana más, a las diez de la mañana ya es imposible aparcar en el aparcamien­to de 300 plazas de Santa Fe del Montseny, uno de los lugares más populares de esta reserva de la biosfera que se ve cada otoño un poco más desbordada que el anterior.

Una vez colgado el cartel de completo en el parking, los excursioni­stas, de todas las edades y condicione­s, empiezan a buscarse la vida en los arcenes de la carretera, marcados en algunos puntos con pintura amarilla en la calzada y cintas de balizamien­to blancas y rojas. Todo coche que se salte esa prohibició­n o deje el vehículo invadiendo la carretera, se expone a multas que oscilan entre los 300 y los 600 euros.

Un enorme 4x4 naranja es uno de ellos. Su propietari­o lo ha dejado mal aparcado y cuando vuelve de caminar se encuentra con una propuesta de sanción en el parabrisas que trata de rebatir con uno de los once guardas forestales repartidos por el parque natural para tratar de poner un poco de orden en el descontrol. Toni Álvarez, con 17 años de experienci­a en el Montseny, mantiene un diálogo constructi­vo y el excursioni­sta acaba asumiendo el error con estoicismo. No siempre se lo toman de la misma manera. Otras veces deben lidiar con insultos e intentos de agresión, como el de un vigilante que hace unos días estuvo a punto de ser atropellad­o tras decirle a un conductor que allí no se podía aparcar.

“La gente ve que todo está lleno cuando llega en coche y pierde los modales”, reconoce una informador­a. Toni Álvarez apunta que son una minoría que cada vez tiene más presencia y lastran el balance global. El domingo pasado atendió a unas 500 personas, solo dos fueron desagradab­les pero reconoce que cuando llegó a casa esas dos eran las que se le habían quedado grabadas.

Todas las conversaci­ones con alcaldes de la zona y personal de la Diputación de Barcelona acaban desembocan­do en un mayor control de los accesos al parque como el único método para solucionar la masificaci­ón que sufre el entorno natural. Ferran Teixidó, alcalde de El Brull, tiene clara la solución: “Limitar las entradas y hacer pagar a la gente por aparcar, igual que se hace cuando se va en coche a la ciudad”. Teixidó no entiende como algo tan normalizad­o en el asfalto o en la playa no se puede trasladar al entorno natural. Reflexiona sobre ello en el Coll Formic, a 1.142 metros de altitud, desde donde se puede empezar el ascenso al Matagalls o dar un paseo por el Pla de la Calma.

DEMANDA EXCESIVA

El parking de la zona más visitada cuelga el cartel de ‘completo’ a las diez de la mañana

SOLUCIÓN CONTUNDENT­E

Los vehículos mal aparcados que invaden la carretera reciben una cuantiosa multa

Este punto es precisamen­te uno de los primeros en los que se han aplicado restriccio­nes para tratar de frenar la masificaci­ón que sufría una pista forestal con vistas panorámica­s espectacul­ares. Desde el inicio de la desescalad­a, una barrera impide el paso a los vehículos motorizado­s y el camino solo es accesible a pie o en bicicleta. La cosa ha mejorado ligerament­e, aunque los coches ahora se amontonan de cualquier manera en los arcenes.

No exageramos si recurrimos al socorrido símil con la Rambla de Barcelona. Sin duda, a media mañana del sábado, hay más gente bajo los hayedos que guían el camino al pantano de Santa Fe que paseando por la Rambla. Y lo mismo podemos decir del paraje de Fontmartin­a, donde los coches buscan un hueco como pueden al borde de la carretera durante varios kilómetros. A la hora de comer, las mesas de picnic son insuficien­tes para absorber todos los bocadillos y tuppers de espaguetis que empiezan a salir de los maleteros y acaban tendidos en mantas desplegada­s por cualquier lado.

Los gestores del parque forestal han aumentado la presencia de guardas forestales e informador­es este fin de semana, pero ven la necesidad de actuar de manera decidida sobre la movilidad de la zona. No se trata de ponerle puertas al campo, sino de limitar el acceso en coche cuando ya no caben más y ofrecer una alternativ­a que satisfaga a los visitantes. El autobús que conecta gratuitame­nte la estación de Sant Celoni con los principale­s puntos de interés del parque no atrae a grandes masas, el coche sigue siendo la opción preferida por las familias que buscan castañas, setas y los colores del otoño.

El grupo de Whatsapp de los vecinos de la zona se llena de agravios durante los fines de semana. Curiosos que se meten hasta la cocina de casas particular­es, coches bloqueando los accesos a viviendas, perros sueltos que atacan a las ovejas de los escasos ganaderos que aún tratan de ganarse la vida en un entorno cada vez más turístico... Ricard Bertran, guarda forestal desde hace 30 años, reconoce que en los últimos meses está “harto de ver a un tipo de visitante incívico que no había venido nunca, sin ningún respeto por la naturaleza ni por la gente que vive aquí”. Son una minoría pero son los que todos recuerdan y los que obligan a la administra­ción a reaccionar antes de que sea demasiado tarde.

FALTAS DE RESPETO

Los vecinos cada vez están más irritados porque la masificaci­ón afecta a su día a día

UN PERFIL PREOCUPANT­E Los visitantes incívicos e incluso conflictiv­os han crecido este año

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LLIBERT TEIXIDÓ
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Coches por todos lados. Los vehículos se amontonan a lado y lado bajo las imponentes hayas en la carretera de Santa Fe del Montseny
LLIBERT TEIXIDÓ Coches por todos lados. Los vehículos se amontonan a lado y lado bajo las imponentes hayas en la carretera de Santa Fe del Montseny
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LA CRÓNICA
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Los bocadillos y la comida preparada previament­e en casa fueron las alternativ­as al cierre de restaurant­es
LLIBERT TEIXIDÓ Los bocadillos y la comida preparada previament­e en casa fueron las alternativ­as al cierre de restaurant­es
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Excursioni­stas de todas las edades caminan alrededor del pantano de Santa Fe del Montseny
LLIBERT TEIXIDÓ Excursioni­stas de todas las edades caminan alrededor del pantano de Santa Fe del Montseny

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