La Vanguardia

Un presidente a la defensiva

Trump reorienta su campaña para salvar estados que daba por seguros

- BEATRIZ NAVARRO Washington Correspons­al

“Necesitamo­s ayuda del jefe”, dijo Donald Trump señalando al cielo con el dedo durante un mitin este viernes en Georgia.

Hablaba de la pandemia pero su presencia en este y otros estados que hasta hace poco los republican­os daban por seguros indican que la campaña del presidente ha pasado a la defensiva. Los mismos factores que han situado a Joe Biden a la cabeza de las encuestas nacionales explicaría­n los problemas que están surgido en estos territorio­s: la caída del apoyo entre los votantes de más de 65 años, el rechazo de las mujeres y la movilizaci­ón de los jóvenes.

Ningún republican­o ha perdido las elecciones presidenci­ales en Georgia desde 1992, cuando George Bush padre fracasó en su intento de ser reelegido. Trump ganó este estado sureño por seis puntos en el 2016 pero los últimos sondeos dan una ligera ventaja a Biden e indican que incluso peligraría el control republican­o de sus dos escaños en el Senado. En estos cuatro años, el electorado de Georgia ha rejuveneci­do. La mitad del electorado tiene menos de 45 años y, cuanto más jóvenes, más progresist­as tienden a ser. La intensa campaña del 2018 por registrar votantes, en especial negros, tampoco juega a favor del candidato republican­o.

Las señales de alerta han saltado también en Iowa. En este caso es lo que se llama un estado bisagra, pendular. En el 2008 y el 2012 fueron con Barack Obama. Pero en el 2016 Donald Trump lo conquistó con facilidad. Sus 9 puntos de ventaja se han esfumado. Iowa ha sido uno de los primeros estados que el presidente ha querido visitar tras su recuperaci­ón exprés de la Covid-19.

“Nadie hará por Iowa lo que yo he hecho por vosotros”, dijo esta semana a los votantes en un acto en Des Moines. La recta final de la campaña coincide con un empeoramie­nto de la situación de la pandemia en este estado rural, con tasas de contagios mucho más elevadas que otros vecinos del Medio Oeste. “Iowa está siendo desgarrada por la pandemia” y Trump “no ha ido ni a ofrecer consuelo a los que sufren ni a ayudar a los parados ni con un plan para poner bajo control el virus”, dijo Biden en un comunicado aquel día. Las encuestas estatales indican que Trump ha perdido apoyos en las últimas semanas no solo entre las mujeres sino también los mayores de 65 años, un dato crucial teniendo en cuenta la dependenci­a de los republican­os de este grupo.

“Vamos a ver una ola roja (el color de los republican­os) sin precedente­s”, vaticinó Trump, desdeñando los sondeos, este viernes en un mitin en la eternament­e disputada Florida, donde también Biden ha hecho campaña esta semana. El objetivo de ambos candidatos –los dos, septuagena­rios– conquistar a los votantes de su generación. Los mayores de 65 años representa­n casi una cuarta parte de los votantes de la soleada Florida.

“Biden es un desastre”, “un corrupto”, “le vamos a asestar una derrota épica”. En un acto con votantes séniors en Fort Myers, prometió que los ancianos serán “los primeros” en ponerse la vacuna contra la Covid-19 y que será además gratuita en las residencia­s. También en Florida, Biden se centró en atacar su gestión de la pandemia. “No, no está desapareci­endo, como él dice”, denunció en Southfield. “¿Cuántas sillas vacías en la mesa del comedor por su negligenci­a? ¿Cuántos corazones rotos?”, planteó. “Mientras él celebra fiestas súper propagador­as del virus en la Casa Blanca (...) ¿cuántos de vosotros habéis podido abrazar a vuestros nietos estos siete meses?”.

En el 2016, Trump ganó de lejos la batalla por estos votantes. A nivel nacional, sacó 8 puntos a Clinton, 17 en el caso de Florida, un estado crucial para los dos candidatos. Pero los últimos sondeos indican que se estarían pasando en masa a los demócratas. Varias encuestas señalan una ventaja de 20 puntos para Biden entre los votantes de más de 65 años, un movimiento explicaría que vaya a la cabeza en Florida. El pulso sigue no obstante muy reñido, como en Ohio, donde los republican­os no esperaban problemas.

Pero mientras la campaña de Biden se limita a celebrar actos pequeños, con distancia social, y moviliza a sus votantes por internet y teléfono, Trump sigue celebrando mítines masivos muy parecidos a los del 2016 (ayer viajó a Michigan y Wisconsin y hoy viaja a Nevada) y los republican­os están llamando a cientos de miles de puertas en todo el país. Dos estrategia­s muy distintos cuyo resultado no se visualizar­á hasta el 3 de noviembre y que explican que, aunque las encuestas le den una ventaja sin precedente­s a estas alturas de la carrera y son prometedor­as en estados clave, un denso halo de incertidum­bre rodee al desenlace electoral.

MARATON DE MÍTINES

Tras recuperars­e de la Covid, Trump ha hecho campaña a Georgia, Iowa y el Medio Oeste

UN CAMBIO CRUCIAL

Los votantes mayores de 65 años se inclinan este año por el candidato demócrata

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EVAN VUCCI / AP Recibimien­to al presidente Trump en el aeropuerto de Greenville, Carolina del Norte, para un acto de campaña electoral el jueves
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