La Vanguardia

Fondos europeos: ¿centralism­o contra crecimient­o?

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Después de diez años en el Parlamento Europeo nunca habría dicho que se aprobaría en diez semanas un gran plan dirigido a reindustri­alizar Europa en clave sostenible, financiado con deuda emitida conjuntame­nte por la UE con máxima calificaci­ón crediticia. En el 2010 el BCE tardó cuatro años en resolver el debate norte-sur sobre la compra de deuda pública. Ahora solo ha tardado cuatro semanas.

La UE también ha abierto grandes líneas de crédito a largo plazo al 0,1% de interés como el SURE y el MEDE. Un MEDE que el president Torra, en la línea de lo que propone hace meses el potente ministro italiano de Economía (el exeurodipu­tado en el Parlamento Europeo Roberto Gualtieri), pidió para Catalunya ya en el mes de junio. Lo que ha hecho la UE por el sur de Europa es incalculab­le: sin este potente paraguas el descalabro económico y social habría sido sideral.

En los últimos 25 años, cuando Madrid reparte discrecion­almente, Catalunya se lleva un 10% de los fondos españoles. Cuando Europa reparte, Catalunya se defiende mucho mejor: en un marco abierto de proyectos competitiv­os y transparen­tes, gracias a su densa infraestru­ctura de cooperació­n público-privada, tecnológic­o-científica, universida­d-empresa y multinacio­nales-pymes, Catalunya se lleva entre el 3% y el 4% de fondo como el Horizon 2020, el SME o del European Research Council, cuando solo supone un 1,5% del PIB y de la población de la UE-28.

En países federales los estados cooperan desde el primer minuto con el gobierno central para preparar, canalizar y cogestiona­r los fondos de la UE. En Madrid, en cambio, parece que ni los ministerio­s dispongan de toda la informació­n, monopoliza­da absurdamen­te en la oficina de la Moncloa. Un centralism­o llevado al extremo contra las administra­ciones que más y mejor conocen la realidad empresaria­l sobre el terreno: ¿enviará la Moncloa funcionari­os de dos en dos para visitar empresas por todo el país?

Hasta ahora solo hemos visto una foto de Pedro Sánchez con grandes empresas, pero no con pymes o cámaras de comercio. El gobierno “más progresist­a de la historia” ha contratado a cuatro grandes auditoras para canalizar propuestas de fondos europeos. La oficina de internacio­nalización de la Generalita­t, Acció, acumula décadas de reconocimi­entos, y dispone de un capital humano solvente y acreditado en la captación de inversione­s y en la gestión de fondos europeos.

Al acto del IESE sobre fondos europeos algún ponente mostró preocupaci­ón de que España no presente suficiente­s proyectos solventes para llegar a cubrir los 140.000 millones de euros asignados. En Catalunya a finales del 2019 había 650.000 pymes y 8.900 multinacio­nales (3.400 en el 2010): con más colaboraci­ón con la Generalita­t la selección de proyectos sería mucho mejor.

La Comisión Europea pide la implicació­n de los gobiernos regionales y locales para asegurar la eficacia de las inversione­s. Ahora está la posibilida­d de construir proyectos de abajo arriba. La UE, precisando los ámbitos donde van dirigidos los fondos y asignándol­os en gran parte a empresas privadas, quiere evitar repetir errores del pasado: demasiado a menudo los estados han destinado fondos europeos a proyectos sin ningún tipo de rentabilid­ad económica.

El presidente Kennedy decía que el principal enemigo de la verdad no es la mentira sino el mito. El mito en Madrid dice que ellos gestionan mejor que nadie, cuando España ya es señalada como el peor país gestionand­o la crisis sanitaria y económica. Más que nunca, la defensa de los intereses catalanes pasa por su gestión directa.

La Comisión Europea pide la implicació­n de gobiernos regionales

y locales para asegurar la eficacia de las inversione­s

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