LA AUSENCIA DE LAS TERRAZAS
Pasear estos días por la Barcelona sin bares ni restaurantes va a servir para poner de relieve el papel nunca lo suficientemente valorado que juegan las terrazas en el espacio urbano. Se puede comprobar en cualquier plaza de Ciutat Vella donde las sillas o las mesas han quedado arrinconadas a la espera de tiempos mejores. Sin este espacio de convivencia que son las terrazas, la plazas y las calles se deshumanizan y se vuelven hostiles, meros lugares por donde desplazarse. París no sería la misma sin sus terrazas. Ahora descubrimos que Barcelona tampoco.