Los rostros del cine español tiñen de rojo la alfombra del Festival de Sitges
La antesala del certamen reunió a estrellas como Macarena Gómez y Mario Casas
El Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya ha sido este año más apocalíptico que en otras ocasiones. El aumento de contagios por la Covid-19 en todo el territorio obligó a las autoridades a lanzar un nuevo paquete de medidas preventivas contra la pandemia, que en Sitges se tradujo en la cancelación de sus sesiones de noche, una reducción del público y la celebración de una escueta pero cuidada alfombra roja.
La antesala del festival reunió sobre el felpudo rojo, salvaguardando las distancias, a rostros tan famosos como el de Macarena Gómez, Mario Casas o Najwa Nimri. Esta última, se metió al público en el bolsillo apenas arrancó el acontecimiento. No solo por su visceral y emotivo discurso tras recibir el Gran Premio Honorifico del Festival de Sitges –“Franco está muerto pero el cine español está violentamente vivo”, sentenció– sino también por su aire siempre distintivo y original puesta en escena. En su paso por la alfombra roja la intérprete lució una mascarilla de tela transparente y un vestido negro de estilo casi victoriano, firmado por la casa Loewe, con cuello rígido y exageradas mangas.
La alfombra roja no tuvo este año grandes pretensiones. Ni vestidos de lentejuelas ni excentricidades, a excepción del mono con capucha que vistió la actriz Milena Smit, quien comparte pantalla con Mario Casas en No matarás. Los dos diseños que lució la intérprete durante el festival la han postulado como la Roony Mara de las alfombras rojas españolas. Por un lado, por su firme apuesta por el elegante negro y, por otro, por el punto gótico que integra en todos sus estilismos, a partir de, por ejemplo, un pintalabios negro o una prenda asimétrica y deconstruida.
Pero si algo ha caracterizado este desfile de estrellas vestidas de
Actrices como Megan Montaner y Charlotte Vega cautivaron con trajes sencillos pero llenos de color
gala es la vuelta de un clásico: el vestido rojo. Largo, corto o satinado, el vestido rojo ha invadido en todas sus versiones el photocall vip de Sitges. La primera en recuperarlo fue la actriz Macarena Gómez, que asistió al evento para presentar su última incursión en el cine de terror, Musarañas. Ella optó por un rojo claro, casi an
aranjado, en un traje corto, con cuello subido y manga abullonada, obra de Pertegaz. Poco después llegaba una de las mas aplaudidas en la alfombra. Megan Montaner lució para la ocasión un vestido lencero firmado por Hugo Boss. De color rojo y hasta los pies, la pieza llevaba una gran abertura en una de las piernas. Muy Jessica Rabbit.
La última en proclamar en Sitges el triunfo de este color como tendencia evidente del otoño fue la joven Mafalda Carbonell (12), hija del humorista y actor español, Pablo Carbonell. La pequeña presentaba junto a su compañera de reparto, Montaner, el nuevo film de Juanma Bajo Ulloa, Baby.
Sus primeros pasos, al menos en la alfombra roja, recuerdan indudablemente a los de Ivanca Baquero, la niña que Guillermo del Toro catapultó con El laberinto del Fauno
y que cautivó a todos durante la première del film, en el 2006, con un vestido corto, rojo por supuesto, y sus botas a juego. Carbonell, sin embargo, prefiere las zapatillas deportivas de color blanco.
Brilló con luz propia la actriz Charlotte Vega, una de las mejores vestidas de esta edición. En una revisión del traje de sastre, la actriz que debutó en El Secreto de Puente Viejo y ahora estrenará Mosquito Place, escogió un look morado de la firma Bogdar, con pantalón de tiro alto, cuerpo abotonado y mangas abullonadas. Un estilismo muy acertado por su sobriedad adaptada a los tiempos que corren. Porque si la pandemia ha transformado la forma de vestir en las calles, en el mundo de las alfombras rojas ha desdibujado por completo los códigos de vestimenta. Sitges ha sido un reflejo de ello. La ausencia de vestidos exagerados o vertiginosos tacones. Maquillajes neutros combinados con melenas sueltas y naturales.
La moda masculina también ha tenido un papel importante en este cambio de mentalidad, gracias a rostros como Mario Casas y Miguel Ángel Silvestre. Ambos escogieron para su cita con Sitges trajes fluidos, sin corbatas ni pajaritas.
Es la “nueva formalidad” de las alfombras rojas, adaptadas a la época de confinamientos y restricciones sanitarias. Donde una mascarilla es un complemento tan imprescindible como un par de zapatos. Y aunque el rojo ya no es para los labios, sí continúa aportando glamur a estas citas con las estrellas, ya sea al teñir la tradicional alfombra o un vestido de estética hollywoodiense.