Flauta mágica de lujo
En plena pandemia, y con el público y el coro con las dichosas mascarillas, los Amics de l’òpera de Sabadell, presididos como siempre por la eficientísima Mirna Lacambra, han hecho posible no solo mantener el proyecto inaugural de la temporada, sino que han obtenido un éxito brillante con una Flauta mágica en Sabadell. Habrá también dos funciones más, con el añadido de las de los alumnos de la Escola d’òpera (22 y 24) y la circulación del espectáculo por varias poblaciones catalanas.la dirección escénica de Pau Monterde, con la obra prácticamente entera y en alemán (recitados incluidos), ha brillado una vez más. La producción del AOS es de una elegante sobriedad, clara y comprensible de esta enrevesada historia con la cual Mozart y Schikaneder intentaron hacer propaganda discreta de la masonería, que el 1791 estaba a punto de estar prohibida en el imperio austriaco.
Un equipo competente, todos del país, han dado vida a esta función admirable con la presencia de los mejores cantantes catalanes de estos últimos años, empezando por el fabuloso Papageno de Carles Pachón, la elegante Pamina de Serena Sáenz, el espectacular Reina de la Noche de Sara Blanch, recompensada con ovaciones por sus sobreagudos implacables y el eficaz y simpático Tamino de Marc Sala. Solo pasable, en cambio, el Sarastro, de graves problemáticos, de Jeroboam Tejera. Curioso el Monostatos lascivo de Carles Ortiz y graciosa la Papagena de Laura Obradors. Buena funcionalidad del resto, especialmente las tres Damas y los tres Genios, que no solamente cantaban sino que también daban pasos de ballet, a pesar de las limitaciones pandémicas. Orquesta de notable eficacia, dirigida por Daniel G. de Tejada con el coro del AOS, el efecto de conjunto ha subrayado el virtuosismo de los intérpretes. No se volvió a alzar el telón a pesar de la ovación final y la gente salió gratamente impresionada por la calidad del espectáculo.