La Vanguardia

Un gran Messi lidera la goleada (0-4) del Barça

Messi y Griezmann, con sendos dobletes, encuentran la eficacia perdida

- CARLES RUIPÉREZ

Al Barça le entran todas y le empiezan a salir las cuentas. Después de meses y meses peleado con la definición, finalmente el gol sonrió al Barcelona. Muchos balones que no querían entrar, muchas jugadas a las que les faltó la guinda, muchos remates que se fueron fuera por centímetro­s. Las caras y la desesperac­ión de Koeman cuando sus futbolista­s desaprovec­haban ocasiones claras han dado estos días la vuelta al mundo. Goles cantados que no subieron al marcador y significar­on puntos que volaron se acabaron en Granada, donde el Barça se reencontró con la puntería perdida. La eficacia que añoraba Koeman apareció al fin.

El fútbol es ilógica pura, la locura normalizad­a, el caos sin sentido. El Barcelona es ese equipo que puede sufrir en Huesca después de realizar una magnífica primera parte y que también acaba con un nudo en San Mamés tras 75 minutos muy, muy buenos. En cambio, de golpe y porrazo, le entraron todas. Desde la frontal, de falta, de volea y hasta de regalo en una cesión del rival que anula un fuera de juego.

“Hay partidos que los vuelves a mirar y no entiendes cómo no los hemos ganado”, dijo en rueda de prensa el técnico holandés. Parafrasea­ndo al entrenador, fue un partido que sin una gran historia, el Barça lo llevó al descanso ganando 0-3. O sí, sí que tiene una explicació­n, se llama Leo Messi, autor de goles con su majestuosa zurda, que le quitó las telarañas a la escuadra en el 0-2 y rebañó la base del poste en la falta directa que significó el 0-3. Al diez no se le ha olvidado hacer goles y ya encabeza la lista de realizador­es en solitario, con 11 dianas.

La escalada del Barcelona en la Liga ha ido de la mano del renacer goleador de Messi en 2021. Da igual que los partidos hayan sido los tres a domicilio. Con una asistencia y cuatro goles del argentino, todo es más sencillo. Tantas veces ha pasado que el crack, sin hacer nada del otro mundo, sin hacer uno de sus mejores cien partidos, ha hecho la diferencia y ha dejado al rival con cara de no saber qué había ocurrido.

Es lo que le pasó al Granada, equipo intenso y serio, que tiene muy claras las cosas, y que se quedó sin poder decir ni mú, desquiciad­o con el árbitro ante la imposibili­dad de buscar otras razones, más allá que la de resignarse a la ley de Messi, más inclemente que Filomena.

El Barcelona había esquivado el temporal pero no la fatalidad. En el calentamie­nto, Araújo (el líder de la defensa en San Mamés) notó un pinchazo en el muslo y Umtiti, que no era titular desde el 2-2 de Vigo de junio, tuvo que ocupar su lugar en el once. Con una pareja de central improvisad­a entre Mingueza y Umtiti, lo que no podía faltar era el susto inicial para Ter Stegen. Sin ninguna culpa de los dos defensas nuevos. De Jong dejó un pase corto a Busquets, que se estiró ante Soldado. El balón se lo quedó Antonio Puertas y su chut lo tuvo que enviar a córner con una gran palomita. Era solo el minuto 2.

Parecía que el Granada tenía el partido más controlado, pero los blaugrana se mostraron inmiserico­rdes cuando se acercaron a Rui Silva. No perdonaron ni una. Porque las tres veces que chutaron en la primera parte, celebraron. Hasta Griezmann, que llevaba siete partidos seguidos sin ver puerta, acertó. A la primera.

Aunque lo cierto es que el francés estaba en posición adelantada. Busquets filtró un pase después de un córner sacado en corto, Soldado quiso despejar pero lo hizo fatal y habilitó a Griezmann, que estaba saliendo y se encontró solo para batió al portero y abrir la lata. El gol primero fue anulado por fuera de juego por el asistente, después validado por el árbitro, protestado por los jugadores del Granada hasta que el VAR también lo dio por bueno y Soldado tuvo que sacar de centro.

EL CONTRASTE

Después de jugar bien y sufrir en Huesca y Bilbao, los blaugrana golean en Granada sin despeinars­e

CUATRO GOLES EN EL 2021

El argentino ya es pichichi en solitario y tras el 0-4 fue sustituido por Koeman, un lujo de otros tiempos

Con el 0-1, el Barcelona pareció entrar en un letargo del que solo salió para montar el contragolp­e del segundo gol cuando el Granada menos se lo esperaba. Sobre todo porque los locales se quedaron protestand­o unas manos de Busquets. Así que Griezmann avanzó y avanzó hasta que se la dio en la frontal a Messi, que tuvo todo el tiempo del mundo para colocarse el balón a su guante izquierdo, perdón a su bota, para lanzar una parábola imparable a la escuadra.

También el 0-3 fue puesto en duda por el cuadro nazarí. De Burgos Bengoetxea señaló una falta de Eteki sobre Pedri por obstrucció­n cuando el canario buscaba un centro de Dembélé desde la derecha. El balón lo plantó Messi dentro de la media luna del área y lo resolvió por debajo y por el palo del portero. Era su primer gol de falta desde el 16 de julio y un mensaje a todos los apocalípti­cos que no creían en él.

Si Messi ha puesto la directa, también Griezmann quiso reividicar­se con su segundo tanto, ya en la segunda mitad. Dembélé, que sigue inspirado, le puso un pase de cuchara y el 7 controló y remató de volea cruzado. Un gran remate para cerrar la tarde de la puntería, la definición y que significó además la sustitució­n de Messi, pensando en darle descanso. Un lujo que hacía tiempo que el Barça no se daba.

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Antoine Griezmann celebra el cuarto gol del Barça en Granada
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MIGUEL ÁNGEL MOLINA / EFE

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