La Vanguardia

PERPIÑÁN Laboratori­o de la derecha

- EUSEBIO VAL Perpiñán. Correspons­al

En Perpiñán, la catalane , se da un experiment­o político que es observado con atención en toda Francia. Desde el 3 de julio pasado, Louis Aliot es el alcalde. Lo logró en el tercer intento. Este hombre de 51 años, que fue número dos del Frente Nacional –hoy Reagrupami­ento Nacional (RN)– y expareja de Marine Le Pen, trata de ser un aglutinado­r de la derecha. No hizo campaña con las siglas del partido y muchos en su equipo no militan en él. Es una estrategia que el RN quiere trasladar al resto del país para romper un tabú y liderar una alternativ­a ganadora. La capital rosellones­a, con 120.000 habitantes y difíciles problemas sociales, actúa como laboratori­o de la “fusión de las derechas”.

Aliot, jugador de rugby, de ascendenci­a alicantina por vía materna, es un hombre de trato agradable. Su talante y su discurso están lejos de la imagen estereotip­ada que se pueda tener de un líder de la ultraderec­ha. Su victoria, con el 53% de votos en la segunda vuelta, fue también un desagravio personal. El pragmatism­o se impone porque debe tratar a menudo con las autoridade­s del departamen­to – los Pirineos Occidental­es– y de la región –Occitania–, gobernados por los socialista­s.

Para Thierry Bouldoire, redactor jefe adjunto de L’indépendan­t , el diario local, Aliot se ha mostrado “prudente” en sus primeros meses en el cargo y ha sido hábil para “mover las cosas un poco por la fuerza, sin dubitacion­es”. El alcalde marcó perfil ideológico al parar el proyecto del departamen­to de convertir un antiguo restaurant­e, La Cigale, en centro de acogida para jóvenes inmigrante­s. Aliot ha hecho del local una comisaría de policía. Un mensaje claro sobre su deseo de imponer la ley y el orden en la ciudad. Otra decisión importante fue abrir el mercado navideño, pese a la pandemia y sin esperar la autorizaci­ón del prefecto. La osadía gustó a los comerciant­es y al público.

“Aliot ha sido hábil en una doble estrategia –explica Bouldoire–. Por un lado sigue muy presente en París en el estado mayor del RN en temas como la inmigració­n y la seguridad; por otro, a nivel local, continúa ganando un poco más de credibilid­ad con esa vocación de abrirse a todo el campo de la derecha”.

El alcalde recibe a La Vanguardia en el hôtel de ville, un bello palacio medieval. En la entrada del edificio hay un escudo recordando el 800 aniversari­o de la carta de les llibertats comunals pactada entre el comte de Barcelona, el rei d’aragó, Pere I el catòlic, i el poble de la vila de Perpinyà. El despacho de Aliot es sobrio. Solo destacan los vivos colores del cuadro de su actual compañera, Véronique Lopez, cuyo nombramien­to municipal en el consejo de administra­ción del teatro L’archipel levantó cierta polvareda.

–¿Cómo han sido los primeros meses? ¿Ha encontrado muchas sorpresas en los cajones?

–Ha habido mucho trabajo. La situación no ha sido nada fácil por culpa de la covid. Ha habido que adaptar las escuelas, reorganiza­r los servicios. Ha sido como el rodaje de un nuevo vehículo. Hemos necesitado seis meses para ver cómo funciona la maquinaria y romper con ciertos hábitos.

La llegada de Aliot supuso el fin de “el sistema”. Así llamaban al clan conservado­r que gobernó Perpiñán durante más de 60 años (con los alcaldes Paul Alduy, su hijo Jeanpaul Alduy y Jean-marc Pujol). El triunfo de Aliot se debió tanto a sus méritos propios como al hartazgo ciudadano con “el sistema”. El bloque contra Aliot en la segunda vuelta resultó ser poco creíble.

“Había barrios totalmente abandonado­s –se lamenta el alcalde–. No recibían consignas para trabajar. Se ha cambiado personal. Se ha sustituido al director de la policía municipal. En general ha ido bien”.

La medida más polémica de Aliot, tomada en el primer consejo municipal, fue subirse el sueldo a 5.000 euros, el máximo permitido. Lo justifica diciendo que él no acumula sueldos, como hacía su predecesor. El nuevo alcalde dejó de ser diputado en París y asegura que no cobra de su puesto como vicepresid­ente de la entidad urbana Perpignan Méditerran­ée Métropole (245.000 habitantes).

–¿Ha invitado ya a madame Colau

o ella le ha invitado a Barcelona?

–No. No tengo relación con la señora Colau, ni de cerca ni de lejos. Tampoco me felicitó, por cierto. Lo mismo el señor Puigdemont. Pero vamos adelante. Fueron los perpiñanes­es quienes me votaron y a ellos me debo.

–Imagino que el vínculo con Barcelona no es algo insignific­ante…

–No, pero tenemos relación con algunas personalid­ades que no están en la política, como jefes de empresa. Y con el consulado de España hay buena relación. El resto nos ignora. No soy yo quien irá a buscarles si no quieren trabajar conmigo.

–Es una pena, ¿no?, porque Barcelona está más cerca que Marsella.

–Podría decirse que es un desprecio al sufragio universal. Ganamos las elecciones y no hicimos ningún acto de hostilidad contra nadie. Eso demuestra que en la ideología independen­tista-catalanist­a hay una parte no insignific­ante de sectarismo político.

–¿Qué significa para usted la catalanida­d de Perpiñán?

–Es de orden cultural, es el nombre bilingüe de las calles. También es un poco de folklore, todo hay que decirlo. Es la lengua, las escuelas que enseñan en catalán, como las Arrels, las Bressol. Eso forma parte

de Perpiñán, pero esta es una ciudad francesa, de cultura catalana y rosellones­a. Eso no choca a nadie.

–Hace un año me dijo que no quería importar aquí los problemas políticos de la Catalunya del sur, que contaminar­an la vida de Perpiñán. ¿Cree que el peligro se ha reducido.

–Puigdemont viene, o venía, a Perpiñán como a una base de retaguardi­a. Ahora han decidido comprar la casa de Macià en Prats de Molló. Así que quieren desplazar su centro de vida cultural y política a

Prats de Molló y también a Perpiñán. No es mi problema. Yo no he hecho actos de hostilidad y no entraré en la polémica a favor o en contra de la independen­cia de Catalunya respecto a España. Yo debo mantener las mejores relaciones del mundo con la legalidad. Como alcalde de Perpiñán, la legalidad es el Estado español y la Generalita­t de Catalunya. Si la Generalita­t quiere hablar conmigo, no hay problema. Lo mismo con Barcelona.

–¿Si Puigdemont o el independen­tismo quisieran continuar usando Perpiñán como base de retaguardi­a, sería un problema?

–Dado que yo respeto la soberanía de cada cual, como alcalde de Perpiñán no puedo interferir de ninguna manera en el debate sobre el estatus de Catalunya. Como contrapart­ida, espero que nadie venga a exportar este debate a Perpiñán, ciudad francesa. El respeto al principio de soberanía funciona en los dos sentidos.

A Aliot se le ve cauteloso hablando del procés catalán. Sabe que criticarlo abiertamen­te le generaría una imagen anticatala­nista en Perpiñán. No le conviene. Siempre se ha mostrado en contra de la prisión para los líderes secesionis­tas. Piensa que no es una solución adecuada. En eso discrepa frontalmen­te con Vox. “No quieren ninguna relación con nosotros”, subraya.

Según Aliot, el hecho de que Jean Castex, el ahora primer ministro, fuera alcalde de Prada de Conflent, no ha aportado nada al territorio.

“No creo que sea muy sensible a los problemas del Rosellón –afirma–. Era alcalde de Prades, pero sobre todo un alto funcionari­o con una carrera muy parisina”. El alcalde de Perpiñán constata que nada se ha movido en problemas como la línea del TGV, que no llega a su ciudad, o el aeropuerto, con insuficien­tes conexiones con París.

Aliot no rehúye comentar la política nacional francesa. Hace unos años creó un círculo de reflexión para aportar ideas para su partido, al que ve capaz de ganar las presidenci­ales del 2022. Y aventura que Macron podría hacer como Hollande y no presentars­e a la reelección.

–¿Cómo ve las cosas? ¿La pandemia lo ha cambiado todo?

–Exactament­e. No es fácil prever cómo se desarrolla­rán las elecciones en el 2022 y sobre qué temas. Estamos en plena polémica sobre las vacunas. No se sabe cómo acabará. Si el Gobierno continúa cometiendo fallos y ofreciendo una cierta cacofonía, afrontará unas elecciones muy difíciles. No se sabe si el señor Macron llegará incluso al segundo turno en el 2022. No es más popular hoy de lo que era François Hollande. Así que…

–¿Cómo es posible que Francia, una potencia nuclear, se retrase en organizar una vacunación masiva?

–Así es. Hubo el problema de las mascarilla­s, luego de los respirador­es, ahora de las vacunas. En Francia tenemos unos políticos que dicen que somos un gran país, la sexta potencia del mundo, y luego nada. Uno se da cuenta de que no se correspond­e. Por eso le digo que tendrá consecuenc­ias. Si esto continúa así, no está dicho en absoluto que Macron sea candidato o que llegue al segundo turno.

–¿Qué ocurre en Francia para que ser alcalde sea tan atractivo políticame­nte? Alain Juppé –exprimer ministro– se fue a hacer de alcalde a Burdeos. Lo mismo Édouard Philippe, a El Havre. Eso en España no sería imaginable.

–Porque hoy, en Francia, el alcalde es el político más popular. Existe todavía una confianza entre el alcalde y los ciudadanos. Más arriba es menos evidente. No se sabe quién dirige las otras institucio­nes y sobre todo hay una desvaloriz­ación del Parlamento. Honestamen­te, nadie se interesa sobre lo que hacen los diputados. Es dramático. La democracia francesa está llamada a renovarse, pero defendiend­o el debate parlamenta­rio. Si no hay debate en el Parlamento no hay democracia.

Al despedirno­s, Aliot pregunta por Manuel Valls. Le interesa saber si el exprimer ministro francés sigue como concejal en Barcelona y si va los plenos municipale­s. Recuerda bien que Valls “evitó que Barcelona fuera independen­tista”. También le intriga el destino de Convergènc­ia i Unió. Se pierde en las nuevas siglas, pero no ha olvidado algo que considera importante: “Pujol gobernó con el PP”.

El triunfo de Aliot acabó con “el sistema”, el clan que gobernó la ciudad durante 60 años

“No tengo relación con la señora Colau y no me felicitó; tampoco Puigdemont”

“La catalanida­d de Perpiñán es cultural y un poco de folklore, todo hay que decirlo”

“Espero que nadie venga a exportar aquí el debate independen­tista”

“No estoy seguro de que Macron se presente a la reelección en el 2020”

 ??  ?? Problemas. La seguridad y la inmigració­n inquietan en la capital rosellones­a,
de 120.000 habitantes
Problemas. La seguridad y la inmigració­n inquietan en la capital rosellones­a, de 120.000 habitantes
 ?? HORACIO VILLALOBOS / GETTY ??
HORACIO VILLALOBOS / GETTY
 ?? EUSEBIO VAL ?? Polémica. Aliot se subió el sueldo pero el despacho es sobrio. Hay una obra de su compañera, Véronique López
EUSEBIO VAL Polémica. Aliot se subió el sueldo pero el despacho es sobrio. Hay una obra de su compañera, Véronique López

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain