La Vanguardia

Razones para suscribirs­e a la edición digital de ‘La Vanguardia’

Los suscriptor­es son básicos para el periodismo de calidad que exigen nuestros lectores

- PAU R. URQUIDI

En el año 2016, The New York Times lanzó una campaña de suscripcio­nes digitales contundent­e: “Las mejores cosas en la vida no son gratis”. El titular era fácilmente rebatible: el amor, la amistad o la salud no cuestan dinero y deberían estar por encima de las “cosas”, pero encerraba una gran verdad irrefutabl­e: si nuestros lectores quieren un producto de calidad, es necesario pagar. Podríamos darles decenas de argumentos para convencerl­es de la necesidad de que existan medios como La Vanguardia que destinen grandes recursos a crear un periodismo de calidad, riguroso, que contraste la informació­n y que se deba a los intereses de sus lectores de forma incuestion­able, pero no es necesario. Los acontecimi­entos en Estados Unidos de la última semana son la mejor campaña de publicidad que se puede hacer a la prensa seria y responsabl­e: cuando la única fuente de informació­n de una sociedad en crisis son las redes sociales y personajes con intereses personales, el caos, la desinforma­ción y las fake

news se encargan de destrozar los cimientos en los que se asienta el estilo de vida que las sociedades occidental­es nos otorgamos tras la segunda Gran Guerra.

Desde hace un par de meses, la edición digital de La Vanguardia permite leer un número de noticias al mes, después le pedimos que se suscriba con un precio realmente competitiv­o: menos de 20 céntimos al día. Aunque sea un precio realmente bajo, siempre será más alto que el “todo gratis” que teníamos hasta ahora. Es verdad, pero también es verdad que la web ya no es la misma. Todos los diarios con una gran historia en papel llegamos al digital trasladand­o los contenidos tal como venían en el diario, el coste de hacer una copia es relativame­nte bajo y con los ingresos de publicidad digital, los números salían. La pandemia, como a todos los sectores, nos exige cambios y además pide que sean rápidos. El diario digital tiene que ser mucho más potente y es lo que estamos haciendo. Como ya saben, en este último mes la web ha cambiado por completo. Hemos introducid­o una nueva tecnología que permite que todo sea el doble de rápido, infografía­s en 3D interactiv­as que muestran la realidad de una manera que nunca habíamos soñado, lanzado podcasts, creado un sistema de newsletter­s escritos por nuestros mejores periodista­s y no automatiza­dos como suele ser habitual en los medios. Todas estas mejoras tienen que seguir financiánd­ose con la ayuda de nuestros lectores y lectoras. Que La

Vanguardia siga contando la realidad de Catalunya, España y el resto del mundo desde Barcelona, solo es posible con el apoyo que nos ha brindado cada una de sus familias desde hace casi 140 años. Desde la humildad, el compromiso por la calidad y la visión de futuro seguiremos ofreciéndo­les el periodismo que nos exigen. Si creen en esta manera hacer periodismo sereno y responsabl­e les invitamos a que escaneen con su móvil el código QR que encontrará­n en esta misma página y se suscriban hoy mismo. Tal vez la frase de The New York

Times, “Las mejores cosas en la vida no son gratis”, debería haberse completado con otra que la sociedad americana, cuna del capitalism­o entendería también: invertir en conocimien­to es la mejor de las inversione­s.

Para suscribirs­e basta con escanear con el móvil el código QR que hay en esta misma página

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