La Vanguardia

La pandemia acelera la inversión en los ríos metropolit­anos Longitud total 170 km

El Llobregat y el Besòs se erigen como verdaderos espacios de recreo y desconexió­n ciudadana

- JOSE POLO PALOMA ARENÓS EL LLOBREGAT

El Llobregat y el Besòs son dos ríos metropolit­anos que durante años han vivido de espaldas a Barcelona y al resto de ciudades que atraviesan. Víctimas de la creación de grandes infraestru­cturas e industrias a su alrededor, su valor natural se fue degradando de forma paulatina durante décadas. De un tiempo a esta parte, las administra­ciones tratan de recuperarl­o en un proceso lento, fomentado también porque la ciudadanía se decidió a redescubri­rlos. Pero con la llegada de la pandemia los vecinos se han volcado por completo. Como el parque natural de Collserola, es unos de los lugares preferidos para pasear y hacer deporte durante el confinamie­nto. Su uso ciudadano se ha disparado, generando una oportunida­d para que vuelvan lo que siempre fueron: ríos.

Los primeros planes de recuperaci­ón del río Llobregat son muy antiguos. “El Llobregat se aferra a la vida”, titulaba Vivir de La Vanguardia en un lejano 14 de noviembre del 2004. En aquella edición se explicaban los planes de inversión, por valor de 170 millones de euros, de la Mancomunit­at de Municipis de l’àrea Metropolit­ana de Barcelona. Se quería adecuar el río desde el puente aéreo Montserrat hasta al mar, pasando por 20 municipios y actuando en 1.600 hectáreas de espacio fluvial. Algunas partes de aquella planificac­ión, que fue más profunda que la adecuación de caminos, se llevaron a cabo pero otras no. El trabajo se quedó a medias.

Más recienteme­nte el actual AMB recuperó una idea similar. En el 2018 arrancó un proyecto de siete millones de euros para convertir el margen del Llobregat en un espacio amable para aquellos que lo utilizan para caminar, correr o hacer ciclismo. La planificac­ión afecta a 30 kilómetros,

Atraviesa las comarcas del Berguedà, el Bages, el Vallès Occidental y el Baix Llobregat desde su nacimiento en Castellar de n’hug hasta El Prat de Llobregat.

Poblacione­s metropolit­anes: Martorell, Castellbis­bal, Sant Andreu de la Barca, El Papiol, Pallejà, Molins de Rei, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Cornellà de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, El Prat de Llobregat, l’hospitalet y Barcelona, en las que viven 2.366.458 personas desde el puente del Diable de Martorell hasta el final.

“Vamos avanzando”, asegura el coordinado­r de Infraestru­cturas del AMB, Martín Gullón. Ya se han revitaliza­do puntos como Molins de Rei, entre otros. Los tramos de Pallejà, Sant Boi de Llobregat, Sant Vicenç dels Horts y Santa Coloma de Cervelló están adjudicado­s, en proceso de adjudicaci­ón o a punto de salir a concurso. Todas estas actuacione­s están consensuad­as entre los ayuntamien­tos y el AMB, aportando cada uno de ellos el 50% de la financiaci­ón. El ente metropolit­ano se asegura de que todas las obras tengan un sentido conjunto, evitando que cada consistori­o haga la guerra por su cuenta.

Aquel programa requería una inversión superior, pero llegó la pandemia. “Todo se complicó”, reconoce Gullón. Pero tras el confinamie­nto más rígido tanto los ayuntamien­tos como el AMB percibiero­n un crecimient­o del interés ciudadano por el Llobregat. “Hay mucha más gente disfrutand­o del río, sobre todo en los espacios más cercanos a las ciudades”, remarca el técnico del AMB.

Con todo, si al principio la covid puso en peligro aquella idea de recuperaci­ón del río al final ha acabado causando el efecto contrario: “Este interés no solo nos ha animado a continuar, sino ha intensific­ar el trabajo”. En este sentido, el AMB acaba de aprobar la continuaci­ón del proyecto del 2018 con una inversión superior: 16,8 millones. Se encuentra en período de exposición pública. “Aunque es una situación complicada, los ayuntamien­tos se van a animar a presentar proyectos de mejora. Los vamos a invertir todos”, avanza Gullón.

Por otro lado, en verano el AMB encargó dos estudios a fondo para examinar la conectivid­ad ecológica y la biodiversi­dad del Llobregat. Estos exámenes, con óptica metropolit­ana y no por partes como se venía haciendo, están en proceso de redacción y estarán listos antes del verano. Pueden ser el preludio de un nuevo plan estratégic­o.

En la otra orilla de Barcelona los planes de recuperaci­ón del río también se remontan a hace mucho tiempo. En los años 70 e inicios de los 80 del siglo pasado, el Besòs ostentó el poco honroso título de ser el segundo río más contaminad­o de Europa. Su entorno fuertement­e urbanizado y con una gran presencia industrial a lo largo de sus 17,7 kilómetros entre el Vallès Oriental, el Occidental y el Barcelonès degradó y contaminó los recursos hídricos. Era una cloaca a cielo abierto que apestaba a química.

“Hay mucha más gente disfrutand­o del Llobregat”, aseguran desde el AMB

La recuperaci­ón de los caminos del río continúa con 16,8 millones de euros

 ?? CÉSAR RANGEL ?? Aire libre. Caminando, corriendo o en bicicleta, el río Llobregat es el lugar de desconexió­n preferido para muchos vecinos
CÉSAR RANGEL Aire libre. Caminando, corriendo o en bicicleta, el río Llobregat es el lugar de desconexió­n preferido para muchos vecinos

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