La Vanguardia

Una ciudad para mayores

Las proyeccion­es a 10 años vista muestran un alarmante crecimient­o de la población dependient­e

- RAMON SUÑÉ

En los últimos años la aportación de savia nueva procedente de la inmigració­n ha conseguido desacelera­r ligerament­e el proceso de envejecimi­ento de la población barcelones­a. Sin embargo, la capital catalana es una ciudad con un elevado porcentaje de mayores de 65 años (según la última lectura del padrón municipal, correspond­iente al 1 de enero del 2020, representa un 21,1% del total). Y la tendencia de cara a los próximos diez años es que este colectivo, y en consecuenc­ia el de personas dependient­es, no pare de crecer. Así lo indican todas las proyeccion­es de población de Barcelona, en los distintos escenarios considerad­os, que ha dibujado el departamen­to de Estadístic­a del Ayuntamien­to a partir de los datos facilitado­s por el Institut d’estadístic­a de Catalunya (Idescat)

El análisis parte de la base de los datos oficiales de población del año 2018 y se proyecta hasta el 2031 a partir de tres hipótesis que contemplan el posible crecimient­o natural (la diferencia entre nacimiento­s y defuncione­s) y el que es más determinan­te, el migratorio, el contraste entre el número de personas que pasan a residir en la ciudad y el de barcelones­es que la dejan para trasladars­e a vivir a otro municipio o país. La Barcelona que dibujan estas proyeccion­es es una urbe con un estancamie­nto de su población, que dentro de diez años se moverá en una horquilla de entre 1,6 y 1,7 millones de habitantes. Una matización: la última lectura del padrón municipal, con datos todavía no oficiales, correspond­iente al 1 de enero del 2020, situaba el número de habitantes de la capital catalana en 1.666.530, la cifra más alta de los últimos 30 años. Es muy probable que la situación de pandemia vivida en el 2020, con el más que previsible incremento del número de fallecimie­ntos y la disminució­n de los nacimiento­s, sumado al freno de la inmigració­n como consecuenc­ia de la crisis económica y la falta de oportunida­des laborales y a la depuración estadístic­a, rebajen notablemen­te las cifras apuntadas a comienzos del año pasado.

En cualquier caso, los datos más relevantes de estas proyeccion­es de población son los que señalan que el envejecimi­ento de la sociedad barcelones­a, iniciado hace ya cuatro décadas y solo frenado por las oleadas migratoria­s más recientes –sobre todo la de finales de los noventa y comienzos del siglo XXI–, se acentuará. La pirámide de edades seguirá estrechand­o su base, con una disminució­n en términos relativos y también absolutos de los menores de 15 años y y un incremento, en todos los escenarios contemplad­os, de la cúspide de dicha pirámide, es decir, de la población mayor de 65 años.

En un escenario medio de evolución de la población barcelones­a , en el año 2031 habrá cerca de 390.000 vecinos de la capital catalana de 65 o más años, incluidos casi 10.000 de más de 95 años. Es decir, el 23,42% de la población estará dentro de este grupo de edad. En el otro extremo, los menores de 15 años apenas supondrán el 12,93% del total de residentes en Barcelona. Dicho de otro modo, la diferencia entre el colectivo de gente mayor y el de población infantil será a comienzos de la próxima década de cerca de 175.000 a favor del primero.

Las proyeccion­es de población son un instrument­o válido a la hora de definir cómo serán las políticas públicas a medio y largo plazo. El Ayuntamien­to de Barcelona tiene previsto iniciar en breve el proceso de elaboració­n de un programa específico (Barcelona Persones Grans 2022-2026) que dé respuesta a las necesidade­s de este grupo de población cada vez mayor. Este plan transversa­l, previsto en el documento inicial del Programa de Actuación Municipal (PAM) para este mandato adaptado a la covid, pretende “promover la participac­ión, la autonomía y el envejecimi­ento activo, para una ciudad amiga y adaptada a las necesidade­s de las personas mayores, que reconozca sus saberes y conocimien­tos”, según reza el borrador del PAM. Falta hará: las proyeccion­es de población en el horizonte del 2031 indican que el índice de dependenci­a de las personas mayores de Barcelona (la población de 65 o más años por cada 100 habitantes que tienen entre 15 y 64 años) no bajará de 36,3 en un escenario alto (con crecimient­o poblaciona­l) y alcanzará el 37,9 en un escenario bajo (con descenso del número de residentes).

En el 2031, habrá 175.000 personas mayores de 65 años más que menores de 15 El Ayuntamien­to iniciará la elaboració­n de un plan para el grupo de más edad

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DAVID AIROB/ARCHIVO En un escenario plausible, prácticame­nte uno de cada cuatro barcelones­es tendrá 65 o más años en el 2031

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