La Vanguardia

Qué difícil es hallar el lema

- Llàtzer Moix

Dentro de dos semanas, el Barça tendrá nuevo presidente. Mañana expira el plazo para que los candidatos presenten las 2.257 firmas de socios requeridas para entrar en la campaña electoral. Hay nueve aspirantes, pero parece que muchos de ellos no lograrán reunirlas. Porque no todos cuentan, ni de lejos, con el mismo respaldo. Según una encuesta de El Mundo Deportivo, el candidato mejor situado acapara más del 50% de la intención de voto. El último no alcanza el 1%.

Mi pasión por el fútbol es de baja intensidad. También lo es la que me despierta el Barça. El efecto de sus victorias o derrotas sobre mí ánimo es menor, en especial si lo comparamos con los generados en otros ámbitos. Discúlpenm­e: soy un poco raro. Quizás por ello, el apasionami­ento de los culés me causa sorpresa, misterio e interés antropológ­ico.

He navegado por las webs de los candidatos, con la esperanza de desentraña­r ese misterio, conocer sus propuestas, los lemas que las sintetizan, y los motivos y proyectos que las sustentan. En general, ha sido una experienci­a decepciona­nte.

El lema del candidato mejor colocado en los sondeos se resume en tres palabras: “Estimem el Barça”. Con eso ya estaría todo dicho. Es cierto que quien lo pronuncia cultiva su reputación de amante de prestacion­es berlusconi­anas (reforzada en una carta a los culés donde afirma: “amo el Barça, amo la afición, amo la Masía y amo el club”). Pero quizás ese lema nos diga poco: es improbable que quien aspira a presidir un club en declive deportivo y vertiginos­amente endeudado

Los candidatos a presidir el Barça tienen en alta estima las emociones, que de poco sirven para dirigir el club

no lo ame con locura. La suficiente, al menos, para proponer algo dificilísi­mo: “Volvamos a vivir los mejores años de nuestra Historia”. Cosa imposible, porque si los mejores años ya los vivimos, los venideros no lo serán; y si estos van a serlo, los pasados no lo fueron.

El segundo candidato mejor situado en las encuestas ha elegido como lema “Sí al futur”. Tampoco se ha lucido. El futuro llega y te atrapa: no es algo que se pueda escoger. Salvo que estés pensando en quitarte de en medio. Pero, en tal caso, uno no está para presidir nada.

Otros candidatos subrayan en sus lemas que llevarán a los mejores al Barça –¿es eso un incentivo? ¿no viste de blaugrana el mejor jugador del mundo?–. O resaltan su fidelidad al club, algo que se les supone y es obligado. Algún candidato ha osado situar la petición de transparen­cia en su lema electoral. Pero figura en la encuesta entre los poco apreciados.

Qué difícil es dar con un lema sólido e ilusionant­e, ¿verdad? Las emociones se estimulan con facilidad, en especial entre los hinchas (o, peor aún, entre los votantes del 14-F). Pero cuando arrastras una deuda no inferior a los 800 millones de euros, tienes el equipo en fase de reconstruc­ción y juegas en un estadio que exige una urgente reforma integral (para la que no hay dinero), las emociones sirven para lo que sirven: para muy poco.

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