La Vanguardia

El objetivo no son las ayudas, sino volver

- Jordi Herreruela Director del Festival Cruïlla de Barcelona

Estos días previos a la aplicación de las nuevas limitacion­es provocadas por el aumento del número de casos de covid, me doy cuenta de que el estado de ánimo general es quejumbros­o, a través de los medios y las redes. Hay una sensación de disconform­idad generaliza­da con las medidas sanitarias y muchos sectores reclaman ayudas urgentes.

Me pregunto si la política de solicitar y conceder ayudas no estará hipotecand­o el futuro de las próximas generacion­es, ya que las administra­ciones solo gestionan el dinero que proviene de nuestros impuestos.

Se ha tenido que hacer un esfuerzo sanitario sin precedente­s, y todavía hace falta comprar vacunas, administra­rlas, detectar casos y, por supuesto, garantizar una salud pública completa y universal. ¿Hay algún sector más prioritari­o y más tensionado que la sanidad? Es obvio que no dispondrem­os de ayudas para todo el mundo que sufra la crisis. ¿Y entonces qué hacemos? ¿Esperar? Creo que tenemos una alternativ­a, podemos demostrar seguridad sanitaria en nuestras actividade­s.

Como promotor musical, desde el mes de abril he sido muy activo haciendo propuestas que nos permitiera­n volver a la actividad de música en vivo y gracias a eso he tenido la oportunida­d de ir hablando con algunos de los expertos sanitarios del país. A lo largo de estos meses he entendido que la covid condiciona­rá nuestras vidas hasta que no exista una inmunidad de grupo, cosa que los expertos sitúan al final del 2021 o en el 2022, como muy pronto. Por lo tanto: tenemos que generar espacios seguros, las llamadas burbujas sanitarias; hay que generar sistemas fiables que garanticen que no hay posibilida­des de transmisió­n de la covid; hay que demostrar que los tests de antígenos son seguros y hay que entender que solo podrán volver a la actividad aquellos que cumplan estrictame­nte los protocolos sanitarios que hayan acreditado seguridad. Tenemos una cantidad de trabajo.

Producir un festival de música se parece bastante a crear una ciudad efímera de entre 25.000 y 60.000 personas, que se construye en 15 días, se desmonta en 5, y tiene actividad durante 3 o 4 días, pero ofreciendo muchos de los servicios que existen en las ciudades. Durante unos pocos días son algunas de las “ciudades” mayores de Catalunya donde trabajan miles de personas. Los profesiona­les que trabajan en nuestros festivales son reconocido­s internacio­nalmente y requeridos por todas partes para compartir su experienci­a. Tienen la capacidad de solucionar cualquier incidencia en un tiempo récord, y de adaptarse a cualquier situación imprevista. Por ejemplo, desprendid­o de los atentados de las Ramblas, los festivales de Barcelona adaptamos nuestros protocolos de acceso para prevenir atentados terrorista­s en perfecta coordinaci­ón con las fuerzas del orden, o el verano pasado, ofrecimos conciertos para aforos limitados con las condicione­s sanitarias adecuadas para garantizar la seguridad de los asistentes y de los artistas.

A pesar de tener una profesión poco conocida y, a veces, poco valorada, Barcelona y Catalunya han acogido lo que posiblemen­te sea el mejor grupo de promotores que se haya concentrad­o en una ciudad no anglosajon­a. El trabajo de Sónar, Primavera Sound, Cruïlla, Razzmatazz, Doctor Music, The Project, Concert Studio, entre otros, ha generado un nivel de profesiona­lización y de eficacia excepciona­les. Un festival de música es posiblemen­te el acontecimi­ento social con más impacto que existe hoy en día en una ciudad. Barcelona es una potencia mundial con respecto a los promotores musicales y de grandes acontecimi­entos en general, incluyendo el Barça, el Mobile World Congress y otras ferias y congresos.

El Primavera Sound y el Apolo, junto con el hospital Hermanos Tries y Pujol, con el apoyo de varios promotores musicales, entre los que se incluye el Cruïlla, han demostrado ya, que la utilizació­n de los tests de antígenos es una herramient­a válida por garantizar la seguridad en un acontecimi­ento donde se elimina la distancia de seguridad.

En los próximos meses queremos emprender un camino que nos permita hacer grandes acontecimi­entos al aire libre con miles de personas cantando y bailando sin distancia de seguridad. Tendremos que hacer pruebas con más público, pedir a Sanidad que nos valide el sistema y que los tests de antígenos se comerciali­cen en las farmacias. Nos hará falta también que exista un sistema o aplicación única que permita certificar un negativo de un test de antígeno en las últimas 72 h antes de entrar en el recinto. No será fácil pero estamos dispuestos a recorrer este camino, porque si no lo hacemos nosotros, el próximo verano no tendremos festivales de música por mucho ruido que podamos hacer pidiendo soluciones a las administra­ciones. El objetivo no son las ayudas, el objetivo es volver a la actividad.

Me siento orgulloso de mi profesión y creo que otros sectores, e incluso las administra­ciones, podrían cogernos de referencia para liderar su propio camino hacia la normalidad, el de la seguridad sanitaria y de los protocolos de acceso. Las soluciones tecnológic­as existen, la voluntad tiene que ser firme, los profesiona­les están disponible­s y solo hace falta decidir dejar de quejarnos y trabajar desde cada sector para demostrar seguridad sanitaria.

Queremos avanzar hacia grandes eventos al aire libre con miles de personas cantando y bailando sin distancia de seguridad

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CÉSAR RANGEL El estudio clínico en la Sala Apolo finalizó sin ningún contagio

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