Un simple anillo
Vallehermoso es la referencia madrileña en materia de atletismo. Este estadio inaugurado en 1961, escenario de récords, fue derribado en el 2008 y luego reconstruido, abriéndose de nuevo hace algo más de un año. En su nueva configuración, el estadio ha pasado de una pista de seis calles a otra de ocho, y reúne ya las condiciones para la competición de élite, con un aforo de 10.000 espectadores. Cano Lasso, el estudio de los hermanos Diego, Gonzalo y Alfonso Cano, entregó en el verano del 2019 esta obra aparentemente simple, también muy funcional y elegante.
El criterio central en este proyecto ha, en efecto, sido la simplicidad. Se trataba de dar al anillo el máximo protagonismo, con ecos clásicos, en busca de la empatía entre el público y los atletas, prescindiendo de los elementos que pudieran limitarla.
Lo primero que sorprende al acceder a su recinto es el verde del tartán –claro y con un punto fluorescente–, que remite a los coloridos ácidos de Selgascano, el estudio de Lucía Cano, hermana de los tres arquitectos del Vallehermoso, y José Selgas. Ese verde pop se combina con el verde hierba (natural) del interior de la pista y el verde hierba (artificial) que la rodea, además del blanco de las gradas. Es una paleta cromática alegre y efectiva. Sorprende, asimismo, la marquesina de efte blanca, ligera y airosa, que cubre parte del graderío. Y la pista interior de calentamiento, elevada y construida sobre el tramo de poniente del graderío, solución inhabitual pero apreciada por los atletas en invierno. El abanico de materiales usado por los Cano ha sido aquí reducido, para evitar cacofonías y favorecer el protagonismo reservado al anillo: hormigón, acero, vidrio, efte y poco más.
La presencia urbana del estadio, de puertas afuera, ha sido también cuidada. Por un lado, revistiendo parte de su perímetro con chapa perforada ondulante, también blanca, que da amabilidad al volumen allí donde se manifiesta. Y, por otra, ganando metros para espacio público en una de sus esquinas. El nuevo estadio Vallehermoso es por todo lo dicho una obra de cierta sutileza, funcional, con agradables instalaciones y bien implantada en la ciudad.