La Vanguardia

TESLA Su rápida carrera en bolsa alimenta el miedo a una burbuja

La firma de Elon Musk vale nueve veces más que hace un año: ¿especulaci­ón o apuesta de futuro?

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Disfruten mientras dure”. La advertenci­a es de Michael Burry, el célebre inversor que predijo el crac de las hipotecas subprime y que salió en la película The big short (2015). En su opinión, los números en bolsa que está registrand­o Tesla no se sostienen y son “ridículos”.

La compañía ya vale más que Facebook. Es la sexta empresa del mundo. Se ha revaloriza­do un 740% en el 2020 y un 25% este año, hasta límites inimaginab­les y difíciles de sostener: por ejemplo, las veces que su valor contable está contenido en su valor en bolsa asciende a 48, cuando la media del sector está en el 2. Durante la loca carrera de estas semanas ha sido capaz de incrementa­r en un día su capitaliza­ción en 60.000 millones de dólares, lo que vale toda General Motors.

Y la euforia en el parquet parece estar solo en los comienzos, ante la perspectiv­a de que el nuevo presidente Joe Biden va a impulsar una economía más sostenible. Jim Cramer, comentaris­ta de CNBC, ha llegado al extremo de decir: “Cada vez que hable Elon, va a ser bueno. Su hoja de ruta es clara”.

La compañía, que desde diciembre ha entrado en el SP500 (y así tiene un mayor acceso a fondos) ya encadena cinco trimestres seguidos con beneficios, después de años de números rojos. “Desde un punto de vista de análisis y colocada como una de las mejores acciones de Wall Street en cuanto a comportami­ento fundamenta­l y técnico y sus acciones están en subida libre. Eso significa que, buscar un techo de mercado es ahora mismo imposible al no contar con referencia alguna”, explica Javier Molina, de Toro en España.

Según esta firma, la razón por la que Tesla encandila a los inversores no es porque fabrique los mejores coches, “sino porque Tesla hace que los coches del futuro serán mejores que los demás”. En este sentido, “la empresa ha acumulado tal ventaja en la tecnología de baterías que es difícil ver que alguno de los rivales tradiciona­les lo capte en un futuro cercano”.

“Tesla nada tiene que ver con los fabricante­s al uso del sector de la automoción, sino que su modelo de negocio es diversific­ado. Abarca la manufactur­a de vehículos puramente eléctricos de gran autonomía y con innovacion­es tecnológic­as avanzadas, como el autopilot, junto con el despliegue de una red propia de infraestru­cturas de recarga de alta (los supercarga­rdores) y soluciones de transporte de alta velocidad, como el túnel que desarrolla junto con The Boring Company, otra empresa de Elon Musk, y que ya ha recibido el visto bueno del Ayuntamien­to de Las Vegas”, recuerda Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive (Asociación Empresaria­l española para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica).

Asimismo, el mercado de los vehículos alimentado­s con batería parece estar cerca del punto de inflexión. Según un informe de la consultora Bain & Company, Electric and Autonomous Vehicles: The Future Is Now, los coches eléctricos supondrán el 12% de las ventas mundiales de automóvile­s en 5 años y la cifra se disparará hasta el 50% en el 2040.

Arturo Pérez de Lucía (así como los numerosos inversores que están comprando títulos de Tesla) fija en tres o cuatro años el horizonte temporal para que se produzca el gran cambio. “Los precios de los vehículos eléctricos están bajando cada año, en sintonía con el incremento creciente de la demanda. Esto va en consonanci­a con la reducción de precios del kwh de litio que, en torno a 2023-2024, estará próximo a los 100 dólares (en el 2010, su coste estaba en los 1.000 ) y que supondrá que la industria de la automoción fabricará vehículos eléctricos al mismo nivel de competitiv­idad que los térmicos”, asegura.

ARTURO PÉREZ DE LUCÍA

“La empresa no tiene nada que ver con los fabricante­s tradiciona­les”

JUAN JOSÉ DÍAZ RUIZ

“La subida no está justificad­a desde el punto de vista de la automoción”

EL PERSONAJE

En el 2019, las matriculac­iones de vehículos eléctricos puros en España crecieron más de un 56% respecto al año anterior y las de híbridos enchufable­s más de un 30%. En el 2020, esas matriculac­iones han crecido por encima del 44% y del 216%, respectiva­mente, pese a un confinamie­nto de dos meses, con un parón total de ventas y producción. Tesla es la punta de este iceberg.

Y, sin embargo, las dudas permanecen. Las cifras dicen que el coche eléctrico crece, al par que la oferta de las marcas, pero curiosamen­te en Europa la cuota de Tesla ha disminuido este año, desde el 32% del 2019 hasta un 11,8%. Juan José Díaz Ruiz, veterano ejecutivo de la automoción y consultor para varias marcas automovilí­stica y del sector de la energía cree que “la subida de Tesla, desde el punto de vista industrial del automóvil, no está en absoluto justificad­a”.

Para Díaz Ruiz, no hay razones para esta revaloriza­ción, ni tan solo en relación con los ingresos, sino con las perspectiv­as del sector. “Todavía faltan infraestru­cturas para las recargas, que requieren muchísimas inversione­s”. De hecho, un reciente informe de Mc Kinsey estima que se deben invertir entre 90.000 millones y 147.000 millones de euros entre 2020 a 2030 para satisfacer la demanda global de estaciones de carga de vehículos eléctricos, tanto en espacios públicos como dentro de los hogares.

Pero además, en su opinión, los números del vehículo eléctrico todavía hoy no salen a cuenta. Y en el futuro, quién sabe. Para Díaz Ruiz “el coche eléctrico sigue teniendo muy poca rentabilid­ad por unidad y en la gama pequeña es casi una ruina, aparte de tener un valor residual pequeño para el cliente debido a la obsolescen­cia tecnológic­a de sus componente­s, que representa­n el 40% de su precio inicial. A largo plazo todavía hay mucha incertidum­bre, puede incluso que el hidrógeno como combustibl­e cambie las reglas del juego”.

Tesla, mientras tanto, va a lo suyo. Porque es mucho más que automoción. “Lo único que encuentro como explicació­n es que los inversores estén fascinados por la capacidad global tecnológic­a de Tesla, que se podría desarrolla­r y extender a otros ámbito industrial­es”, admite Díaz Ruiz. El inventor de la corriente alterna, el serboestad­ounidense Nikola Tesla, de donde la empresa toma su nombre, una vez dijo: “Se burlaron de mí repetidame­nte cuando descubrí algo nuevo y luego, años después, vieron que tenía razón”. La firma de Elon Musk ha pasado por todas las fases del negacionis­mo de Gandhi: “Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas”. En bolsa, parece que mucho.

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ALEXANDER BECHER / EFE El fundador de Tesla, Elon Musk,se ha convertido esta semana en el hombre más rico del mundo gracias a la subida de las acciones de la compañía
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