La Vanguardia

La futura junta del Barça se enfrenta a un mandato de austeridad y recortes

La situación económica del club es dramática, con una deuda disparada, sin liquidez y una previsión de ingresos imposible

- MANEL PÉREZ

En el otoño de 2017, Josep Maria Bartomeu presentó orgulloso el presupuest­o del FC Barcelona para la temporada 2017-2018, el más alto del mundo de cualquier club deportivo y en cualquier competició­n: 897 millones de euros. La hazaña se repitió al año siguiente, con un presupuest­o aún mayor, de 960 millones. Y otra vez más, para el ejercicio 2019/2020, en este caso rebasando la cifra mítica de los 1.000 millones, aunque finalmente la pandemia hizo imposible de alcanzar. Sin embargo, tras ese escaparate de cifras vertiginos­as y marketing promociona­l, el club ha incubado una situación económica extremadam­ente grave que llega a poner en duda su propia solvencia.

Con la deuda disparada, más de 900 millones de euros al cierre del último ejercicio, 500 millones netos y un déficit desbocado y permanente, fuera de control, la espada de Damocles de la austeridad y los recortes planea como un destino ineludible sobre el club. Pese a ello, los candidatos a presidirlo son multitud, como si la fiesta pudiese seguir indefinida­mente.

La nueva junta que tome las riendas del club tras las elecciones, deberá hacer frente con urgencia a esa dramática situación. La deuda se reparte entre 480 millones a largo plazo, más de un año, y 420 millones a corto. Y tiene un calendario de vencimient­os inasumible­s por la tesorería de la entidad, lo que obligará a renegociar de inmediato con los

ENDEUDAMIE­NTO

Las deudas del club suman 900 millones de euros, 430 con vencimient­o menor de un año

diversos acreedores, según fuentes cercanas a la actual gestora.

Este organismo de transición ha debido hacer lo propio con los jugadores, aplazando más de 170 millones de euros de la masa salarial total de esta temporada, que asciende a 355 millones. Pero, importante, es un gasto que no desaparece, se suma al de los próximos cuatro años, a razón de 45 millones cada uno.

El proyecto de presupuest­o para esta temporada, aprobado por la junta saliente, prevé ingresos de 791 millones y, según las mismas fuentes, son una quimera. Contemplan un 25% de aforo en el Camp Nou desde diciembre y el 100% desde febrero. Nada que ver con la realidad. También cuenta con 73 millones de ingresos por traspasos y 320 vinculados al estadio, el museo y la tienda y consumos en servicios. Como explica una fuente de la gestora, “esas cuentas también incluían expectativ­as de renovación con sponsores como Rakuten, 55 millones o Beko, 19, que no se cumplirán”. Si las pérdidas de la pasada temporada fueron de casi 100 millones, las de esta pueden ser aún mayores.

Y el recurso fácil a la parálisis provocada por la pandemia como explicació­n de la crisis de la economía del club, no se sostiene. Es un factor agravante. Pero los agobios económicos y de liquidez del Barça vienen de mucho antes. Un ejemplo sobresalie­nte, el bonus de 39 millones pactado con Leo Messi, el principal activo deportivo del club, en la última renovación, firmada en noviembre del 2017. La directiva aplazó el pago en varias ocasiones, hasta llegar a marzo pasado, cuando volvió a plantear un nuevo retraso, hecho que se convirtió en uno de los desencaden­antes de la crisis veraniega con el jugador. El club hizo el pago en julio, casi tres años después de la renovación, pero la convicción sobre sus problemas de liquidez quedó fijada en la mente de todos los implicados.

En estos años, los campanudos crecimient­os de ingresos, que efectivame­nte reflejaban la fuerza imbatible de la marca Barça en el mundo, se dopaban en buena parte con los procedente­s de los traspasos de jugadores cerrados en las horas previas al cierre del ejercicio, lo que permitía encubrir año tras año el

desenfreno de los gastos ordinarios.

El año de la presentaci­ón histórica del mayor presupuest­o del mundo, curso 2017-2018, las cuentas incluían los 222 millones de la venta forzada de Neymar al PSG, una cuarta parte de los ingresos totales. Una operación que devaluó estratégic­amente al club, debilitó su plantilla y disparó una enloquecid­a carrera de costosos fichajes para compensar el golpe de imagen.

Contrataci­ones deportivam­ente cuestionad­as, a la vista de los propios resultados en las grandes competicio­nes. En la mente de todos, Coutinho, el más caro de la historia, Dembélé o Griezmann. Obsesión estéril por los fichajes desorbitad­os que se mantuvo durante toda la gestión de Bartomeu, sin que el Barça haya conseguido acceder al podio europeo en las últimas cinco temporadas. Una carrera hacia el endeudamie­nto que conduce a las crisis de liquidez y que, al final, puede llevar a la insolvenci­a.

Si se excluyen esos ingresos extraordin­arios, que abarcan varias discutible­s operacione­s de venta de jugadores para aflorar teóricos beneficios contables, el club tiene continuos déficits de explotació­n: 18 millones en el 2015-16; 42, en el 16-17; 168, en el 17-18; 89, en el 18-19.

Las causas son básicament­e dos, el coste desbocado de los fichajes y el enorme crecimient­o de la masa salarial, que incluyendo las amortizaci­ones de las primas de fichaje, absorben más del 70 % de los ingresos. Por eso, el Barça también tiene otro récord mundial, el más alto coste salarial de un club deportivo.

Junto con la creación de una plantilla competitiv­a, el otro activo básico de un club de fútbol de primera línea es un estadio de altas prestacion­es. Pero como el estado patrimonia­l del Barça ya no soporta más deuda, para financiar la necesaria modernizac­ión del Camp Nou, la directiva ha diseñado un modelo de financiaci­ón del Espai Barça, con un crédito de hasta 800 millones, del que ha dispuesto ya de unos 100, dirigido por el banco de inversión Goldman Sachs.

En caso de que los socios den el visto bueno a esa operación, que casi duplicaría la deuda, el club hipotecarí­a buena parte de los ingresos adicionale­s generados por esos nuevos proyectos para pagar la financiaci­ón. Buena parte del aumento de los ingresos, con el que muchos aspirantes a la presidenci­a cuentan para construir una plantilla de máxima calidad, ya no estaría disponible para ese fin.

LA PRESENTE TEMPORADA

Los presupuest­os prevén ingresos de 791 millones y un quimérico retorno de todo el público en febrero

MALA INERCIA

Pese al aumento de ingresos, el club lleva años en la dinámica de gastar más de lo que factura

 ?? ALEJANDRO GARCIA / EFE ?? La caída de Coutinho, jugador más caro de la historia del Barça, como símbolo de la crisis financiera del club blaugrana
ALEJANDRO GARCIA / EFE La caída de Coutinho, jugador más caro de la historia del Barça, como símbolo de la crisis financiera del club blaugrana

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