Toque de atención

La encuesta publicada ayer y hoy por La Vanguardia muestra un serio toque de atención a los gobernantes sobre la gestión de la pandemia. Los ciudadanos dan un sonoro suspenso a todos los líderes políticos, también suspenden a los gobiernos central y catalán por cómo han administrado la crisis de la covid, y lanzan un clamoroso mensaje a favor de que aparquen sus improductivas peleas y se pongan a trabajar juntos.

Y es que la gente está harta de riñas y exige soluciones. Esta vía es política y mediáticamente menos divertida, pero es más eficaz. Porque la crisis social y económica que ha provocado el coronavirus no entiende de comedias y requiere seriedad y urgencia. En ese contexto, las constantes divergencias entre los dos socios del Govern a cuenta de la gestión de la pandemia van en dirección contraria al sentir ciudadano que prefiere serenidad y alejarse de las disputas. En este sentido, la encuesta advierte que la distancia entre ERC y Jxcat se acorta, cosa que puede causar más tensión en la carrera entre los dos socios del Govern por quedar primero en las elecciones del 14 de febrero, unos comicios que cada vez tienen menos defensores de un aplazamiento por mucho virus que haya. En el PSC se ve esa lucha como una oportunidad porque, como pasó en el 2017 con Ciudadanos, la división crónica de los partidos independentistas puede dar ahora la victoria a los socialistas.

Pase lo que pase, la ciudadanía está avisando con su suspenso general, su intención de aumentar la abstención y su hartazgo de una fórmula de gobierno que lleva camino de convertirse en el divorcio de La guerra de los Rose. En el mes que falta para las elecciones pueden pasar muchas cosas y la gestión de la pandemia debe ser afinada para evitar que los partidos gobernantes tengan un disgusto. Por eso, mucha atención a la luz de alarma que se ha encendido en las residencias de mayores donde se ha vuelto a colar el virus incomprensiblemente, cuando nos habían asegurado que estaban blindadas. Y, sobre todo, máxima concentración en las dos cosas más importantes que tenemos delante: la atención a los enfermos y el proceso de vacunación, que no puede admitir ni un solo retraso más. Quizás ahí estará la clave de la victoria.