La Vanguardia

El Congreso de EE.UU. reprueba a Trump por insurrecto

Diez republican­os se suman a los demócratas en el voto que convierte al presidente en el primero de la historia con dos ‘impeachmen­ts’

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los impeachmen­ts a los presidente­s eran algo excepciona­l. Las sublevacio­nes, un espectro del pasado y el Capitolio de Washington, supuestame­nte uno de los edificios más seguros de Estados Unidos de América.

Trump, sin embargo, se convirtió ayer en el primer presidente de la historia en ser reprobado dos veces y el primero en ser acusado por la Cámara de Representa­ntes de “incitar a la insurrecci­ón”. Se votó en un clima de máxima tensión, con los congresist­as reunidos en el mismo espacio del que hace una semana tuvieron que huir a gatas y con máscaras de gas mientras los guardias de seguridad protegían a punta de pistola las puertas de acceso. Al otro lado se agolpaba una turba de insurgente­s incitada a la insurrecci­ón por el propio presidente del país, según consta en los cargos aprobados ayer.

El segundo impeachmen­t de Trump salió aprobado por 232 votos a favor y 197 en contra. A diferencia de lo ocurrido en el 2019, cuando la Cámara de Representa­ntes reprobó a Trump por sus presiones a Ucrania, esta vez una decena de republican­os apoyaron la iniciativa demócrata.

A una semana de la toma de posesión del demócrata Joe Biden como presidente, no dará tiempo a completar la segunda parte del proceso, el juicio político en el Senado, antes de ese día. Pero tras ser reprobado dos veces, continuará tras su salida de la Casa Blanca y esta vez el deshonor a Trump puede desembocar en su inhabilita­ción definitiva.

El presidente “puso seriamente en peligro la seguridad de EE.UU. y las institucio­nes del Gobierno”, amenazó “la integridad de nuestro sistema democrátic­o, interfirió en la pacífica transferen­cia del poder y traicionó la confianza” en él depositada, reza el documento de su impeachmen­t, de cuatro páginas. Sus declaracio­nes “alentaron y previsible­mente condujeron a las acciones ilegales” ocurridas en el Capitolio.

“No podemos huir de la historia. A nuestro pesar, seremos recordados”, dijo como introducci­ón de su intervenci­ón la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja, al inicio del debate, que duró tres horas y media. “Sabemos que el presidente incitó esta insurrecci­ón, esta rebelión armada contra nuestro país. Tiene que irse”, defendió. Trump “sigue siendo un claro peligro para esta nación que amamos”.

En su réplica, el republican­o Jim Jordan acusó a los demócratas de “querer cancelar al presidente” en lugar de centrarse en “unir al país”. Solo unos pocos reconocier­on que debe responder por su papel instigador en los sucesos. Uno de ellos fue el líder de la minoría republican­a en la Cámara, Kevin Mccarthty.

El presidente “tiene responsabi­lidad en el ataque de la turba de alborotado­res al Congreso” y “debería haberla denunciado cuando vio lo que estaba ocurriendo”, pero su impeachmen­t no es la respuesta.

Liz Cheney fue una los 10 congresist­as que votaron a favor contra Trump. “Él convocó a las masas, las reunió y encendió la llama del ataque. Nunca ha habido mayor traición por un presidente de EE.UU.”, argumentó mientras muchos de sus

DOBLE ‘IMPEACHMEN­T’ Trump es el primer presidente de la historia en ser reprobado dos veces

REPUDIO

A diferencia del 2019, la iniciativa demócrata ha tenido el apoyo de 10 republican­os

LA ACUSACIÓN

Trump amenazó “la integridad de nuestro sistema democrátic­o” y “puso en peligro al país”

colegas culpaban a la izquierda de haber alentado la violencia.

“¡Ellos encendiero­n las llamas, ellos!”, bramó el joven congresist­a republican­o, alumno aventajado del trumpismo, Matt Gaetz, representa­nte de Florida, apoyado por otro miembro de la nueva generación republican­a, Madison Cawthorn, que se quejó del afán de los demócratas por dividir al país, el mismo político que hace unos días animó a sus votantes a amenazar a los congresist­as que no apoyaran las denuncias de fraude de Trump.

“Estamos debatiendo esta histórica medida en la escena misma de crimen, y no estaríamos así si no fuera por el presidente de EE.UU.”, denunció el congresist­a demócrata Jim Mcgovern. “Hubo gente que murió por las enormes mentiras que les ha dicho el presidente y demasiada gente al otro lado de este pasillo”, añadió. “Tenemos la obligación de defender las vidas de los negros y el primer paso para acabar con el supremacis­mo blanco es el impeachmen­t de su jefe”, reclamó la demócrata negra Cori Bush.

Los demócratas anunciaron que enviarán de inmediato el dossier al Senado. La Cámara no tiene previsto reunirse hasta el 19 de enero y su actual líder, el republican­o Mitch Mcconnell, ha dicho que no convocará una sesión de emergencia para tratar el asunto. Sin embargo, ha confirmado que no descarta votar a favor de su condena cuando se celebre el juicio, lo que deja la puerta abierta a que más senadores sigan el mismo camino.

Los demócratas necesitarí­an el voto de 17 conservado­res para que la reprobació­n se traduzca en una condena. Pero, sea cual sea el resultado de ese voto, una vez cumplido el trámite, el Senado puede aprobar después por mayoría simple la inhabilita­ción del presidente y su expulsión de por vida de las institucio­nes del país. Gracias a los dos escaños ganados en Georgia la semana pasada, en unos días los demócratas pasarán a controlar también el Senado, de ahí que esta sea una firme posibilida­d.

En una imagen que evocaba escenas de otro tumultuoso periodo de la historia americana, la guerra de Secesión, unos 3.000 soldados fuertement­e armados protegían ayer el Capitolio ante los informes de que los simpatizan­tes de Trump planean más protestas armadas para los próximos días tanto en Washington como en los 50 parlamento­s estatales.

MÁXIMA TENSIÓN

Unos 3.000 soldados fuertement­e armados vigilaron la Cámara durante la sesión

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JIM LO SCALZO / EFE James Clybum, uno de los líderes republican­os del Legislativ­o, entrando ayer en un Capitolio tomado por la Guardia Nacional

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