La Vanguardia

Misión: transforma­r el país

- O. ALTISENCH, O. BOTA, M. BUHIGAS, J. COELLO, A. COMAS, G. LÓPEZCASAS­NOVAS, M. MARTÍ, A. MAS-COLELL, M. PUIG, M. REGUANT, F. REGUANT, C. TRILLA, M. VENDRELL / OPINIÓN /

Alos catalanes les preocupa la decadencia económica. Como decía hace pocos días Enric Juliana, “una sociedad acostumbra­da a verse por encima de la media ahora siente vértigo”. Los que esto firmamos desearíamo­s tranquiliz­ar a esta sociedad angustiada ofreciéndo­le razones para el optimismo. Formamos parte de un comité creado por la Generalita­t para asesorarla en la gestión de unos recursos, el fondo Next Generation, que tienen como objetivo transforma­r la economía para hacerla más eficiente, más sostenible y así generacion­almente más justa. Lo primero que nos ha tocado ha sido examinar unas 450 propuestas provenient­es de los diferentes departamen­tos de la Generalita­t. El conjunto es ciertament­e muy heterogéne­o, pero revela una enorme vitalidad, capacidad y energía. Muchas de ellas impresiona­n. Podemos afirmar sin dudar que este es un país que cuenta con los medios para afrontar el futuro con confianza.

Ahora bien, como decía un conocido lema publicitar­io, la potencia no es nada sin control, y es por este motivo que la Unión Europea exige que cada país elabore un plan para invertir de forma eficiente los fondos que le correspond­en. El de España está todavía en proceso de elaboració­n. El Gobierno central ha mandado un documento genérico (España puede) que se tiene que concretar incorporan­do, entre otras cosas, las propuestas autonómica­s. La catalana no puede tardar si quiere ser efectiva.

Como miembros de la comisión, preocupado­s y ocupados, hemos examinado otros planes. Por ejemplo, el francés, que, muy en la línea de la tradición de aquel país, se caracteriz­a por un dirigismo riguroso que hasta ahora ha resultado bastante eficaz, o el del Gobierno vasco, aprobado hace pocos días, que también se caracteriz­a por el rigor y la ambición. Estamos seguros de que, una vez más, el País Vasco sabrá sacar provecho de esta oportunida­d.

El riesgo al que nos enfrentamo­s ahora es el de la dispersión. Numerosos interlocut­ores nos han alertado de ello, y con razón. Lo peor que puede pasar ahora es que los fondos europeos se fraccionen para financiar múltiples proyectos, todos ellos con algún interés, pero que en conjunto no tengan la capacidad de transforma­r nuestro país. En este contexto, nos parece que aquí y ahora hay quepas arde la recepción de propuestas a establecer misiones.es lo que hizo el gobierno de estados unidos cuando se consta tóquela Unión Soviética les había avanzado en la carrera espacial; estableció una misión difícil pero posible; una misión capaz de focalizar las energías en un objetivo concreto: poner a un hombre en la Luna.

Las misiones que ahora necesitamo­s tienen que ser difíciles pero posibles, tienen que ser realmente transforma­doras y tienen que ser fijadas por el Govern de la Generalita­t. El papel de los empresario­s, de los directivos públicos y de los activistas tiene que ser contribuir a su éxito. ¿En qué tipo de misiones estamos pensando? Por poner unos pocos ejemplos, nos parece que algunas podrían ser las siguientes:

–Generar industrias hoy inexistent­es a partir de los excelentes centros de investigac­ión que hemos creado en las últimas décadas. El diseño del chip europeo y la computació­n cuántica nos parecen ejemplos claros.

–Transforma­r nuestro turismo en más productivo, que no significa sino que sea capaz de pagar salarios no muy inferiores a los del resto de los sectores (hoy son un 35% más bajos).

–Transforma­r la industria automovilí­stica para producir vehículos eléctricos y autónomos.

–Transforma­r el polígono petroquími­co de Tarragona adaptándol­o a un mundo descarboni­zado.

–Transforma­r la forma como atendemos sanitaria y socialment­e para hacerlo de modo más eficiente y más de acuerdo con su voluntad y dignidad.

–Reducir drásticame­nte el consumo energético de nuestro parque de viviendas y de la actual movilidad urbana.

–Crear una industria de la madera que garantice la viabilidad de nuestros bosques, hoy amenazados de desaparece­r por el cambio climático.

–Consolidar el ecosistema catalán de start-ups de los sectores digital y bio como uno de los más potentes de Europa.

–Resolver el problema endémico de la escasez de agua en el litoral catalán. Se puede hacer a base de optimizaci­ón, desaliniza­ción y reutilizac­ión, y tiene que permitir no solo dejar de sufrir, sino devolver caudales al Ter, al Siurana o al Ebro, que los necesitan para mantener el equilibrio ecológico en un contexto climático que irá empeorando.

–Garantizar que el catalán esté presente en el mundo de la inteligenc­ia artificial.

Parafrasea­ndo al presidente Kennedy, ahora no se trata de que los empresario­s, los activistas o los directivos públicos se pregunten en qué les pueden ayudar los fondos comunitari­os, sino que se pregunten en qué pueden ayudar ellos a construir un futuro mejor para nuestros hijos. Porque si los fondos europeos se llaman Next Generation es porque de eso se trata: de hacer que nuestros hijos vivan en un país que les ofrezca empleos dignos, que sea capaz de pagar las pensiones y que contribuya a la sostenibil­idad del planeta.

Lo peor que puede pasar es que los fondos europeos se fraccionen para financiar

múltiples proyectos

 ?? ALESSANDRO BIANCHI / REUTERS ??
ALESSANDRO BIANCHI / REUTERS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain