La Vanguardia

La subida constante de casos empuja a Catalunya a prorrogar restriccio­nes

Más de 3.000 nuevos infectados diarios llevan a las ucis al punto crítico

- ANA MACPHERSON

El incremento de casos en Catalunya empuja a la prórroga de las medidas adoptadas el pasado jueves. “Sabemos que diez días de las actuales restriccio­nes, que son bastante duras, no bastarán para bajar la curva y aliviar la situación en los hospitales”, reconocía ayer el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon. El Govern tiene que decidir qué hacer hoy mismo, ya que las medidas caducan el domingo.

Las restriccio­nes en vigor desde hace una semana aún no han tenido tiempo de demostrar su utilidad, pero el martes se detectó un destello de esperanza: “Por primera vez en los últimos cuarenta días, los positivos en los test de antígenos han cambiado de tendencia, son menos que el martes anterior”, anunció Argimon. Que a continuaci­ón matizó: “Ahora hay que ver si ese cambio de tendencia se repite jueves y viernes. Ver si el objetivo propuesto, frenar el ascenso de casos, se está consiguien­do”.

La epidemia sigue creciendo en Catalunya, como en la mayoría de comunidade­s autónomas no de forma muy explosiva, pero sí constante. Desde el puente de la Constituci­ón. “Esos días fueron un desmadre”, reconoce Argimon. A partir de esas fechas, la bajada de la segunda ola empezó a frenarse y cambió de signo. Y con un importante factor en contra, que el punto de partida esta vez estaba mucho más alto, con las ucis mucho más llenas que cuando empezó la ola de octubre.

El crecimient­o desde entonces es de un 2% diario, sin dar tregua. Y poniendo en enorme riesgo el sistema sanitario otra vez. Un promedio de más de 3.000 nuevos positivos cada día suponen que, “si seguimos así, en dos semanas estaremos como en el peor momento de la segunda ola”, apuntó Argimon.

Para hacerse una idea, ahora hay unos 23.000 nuevos casos cada semana y entonces se alcanzaron los 30.000. Para retroceder hasta los deseados mil casos diarios se necesitará­n otras tres semanas restringid­os –sin salir del municipio, sin centros comerciale­s, con el pequeño comercio cerrado el fin de semana y con las franjas horarias de la hostelería– , según calculan los expertos de Salut Pública.

Y en las ucis ya atienden a 493 enfermos de covid graves. Están tocando el límite (500) que permite a los hospitales admitir a enfermos de otras dolencias que

ARGIMON

“Sabemos que diez días de limitacion­es no bastarán para bajar la curva”

CARÁCTER ESTACIONAL

La previsión es que las medidas frenen al virus y, con subidas y bajadas, siga circulando

no sean casos urgentes. Y que obliga a los centros a desprogram­ar actividad no covid y a adaptar equipos y salas a ese desbordami­ento que ya se vivió en las olas anteriores.

Esta está siendo un poco diferente a la anterior. Crece inexorable, pero más lentamente. Y a diferencia de la de octubre, de subida y bajada rápida, hay menos neumonías bilaterale­s, según apuntó Argimon.

También es muy diferente ese crecimient­o constante a la explosión de casos que vive el Reino Unido. “Quizá las medidas que se han ido tomando estos meses en Catalunya hayan logrado moderar la subida”, reconoce Argimon. “Es cierto que hemos adoptado restriccio­nes mucho antes que otras comunidade­s, que nos hemos adelantado y quizá eso haya ayudado, pero estamos en cifras tan altas que en estos momentos casi no es importante cómo hemos llegado. Sino cómo salimos”.

A la vista de la reclamació­n del vicepresid­ente Pere Aragonès de que el Gobierno central obligue al teletrabaj­o y se paguen ayudas a los afectados más allá de los ERTE, el Govern muestra que no estudia confinar mucho más. Por eso es posible pensar que hoy se apruebe una prórroga que, como en ocasiones anteriores, se vaya evaluando sobre la marcha y en comunicaci­ón con los sectores más afectados.

El terrible ritmo de propagació­n de la enfermedad en el Reino Unido, Alemania y otros países que habían afrontado muy eficazment­e la pandemia con buen tiempo hace pensar que el virus es muy estacional. Eso supone que seguirá circulando aunque se hagan esfuerzos por acotarlo y frenarlo. Que se podrá rebajar el número de nuevos contagios, pero en el momento que se vuelva a abrir la mano para que la economía respire un poco, la circulació­n volverá a intensific­arse y crecerá de nuevo la enfermedad.

Por eso el panorama del invierno es de subidas y bajadas aguantando para alcanzar dos objetivos mientras se espera un tiempo más cálido: que no se colapse el sistema sanitario totalmente (parcialmen­te ya no tiene remedio) y, mientras, ir sacando del carril del máximo riesgo a los más vulnerable­s con la vacunación.

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