Casado, en aprietos por los distintos criterios de los barones ante la covid
Cierre a las ocho de la tarde, confinamiento domiciliario o medidas laxas para no estrangular la economía. Los criterios de los barones del PP ante la covid son tan dispares y tan contradictorios unos con otros, que ponen al presidente del partido en aprietos, con vistas a la fijación de una posición en una eventual modificación del decreto de alarma vigente, como piden algunos de los presidentes autonómicos, no solo populares, sino del PSOE.
Esa fue la razón por la que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, hizo malabares el martes para no contestar a las múltiples preguntas que le hicieron en la rueda de prensa posterior a la reunión del comité de dirección de la formación. También por eso, los dirigentes populares se han sumado a la tesis de que no hace falta llevar un nuevo decreto de estado de alarma al Congreso, sino que bastaría con una modificación que hiciera el Consejo de Ministros. Todo con tal de no tener que dar la razón a unos presidentes y quitársela a otros.
La polémica llega en un momento en el que la dirección del PP, pese a que las relaciones con la presidenta madrileña no eran las mejores, se ha apuntado a sus tesis, porque estaban dando resultados y había conseguido doblegar la curva, pero ahora las cifras de contagios se han disparado e Isabel Díaz Ayuso se ha limitado a adelantar la hora del cierre de la hostelería a las diez de la noche, dejando el toque de queda en las once.
Esta posición contrasta con la del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que tiene cerrados bares y restaurantes desde noviembre. Medidas contrapuestas que se compaginan con las del presidente andaluz, Juanma Moreno, que pide el confinamiento domiciliario, algo de lo que otros presidentes autonómicos del PP no quieren ni oír.
A Casado le gustaría que hubiera unos criterios para todas las autonomías, y que no quedara a la voluntad de los presidentes. Se trataría de establecer un número de contagios, o ratio de ocupación de uci o de hospitalización, que al alcanzarse obligara en unos casos a adelantar el toque de queda, el cierre de los bares en otros, o el confinamiento en los más graves. Pero la dirección del PP tampoco tiene la seguridad de que esos criterios vayan a ser aceptados por todas sus comunidades, por ejemplo la de Madrid, que no quiere la dureza que otros dirigentes autonómicos plantean cuando se den los mismos casos.